China desembarca en Medio Oriente

China desembarca en Medio Oriente
26 mayo, 2022 por Gonzalo Fiore Viani

Mientras la mayoría de los focos del escenario internacional se concentran sobre el este de Europa y lo que sucede en la invasión rusa a Ucrania, la República Popular China continúa moviendo sus fichas en el mundo. Una de las regiones sobre las que el gigante asiático ha concentrado gran parte de su atención es la de Medio Oriente.

Por Gonzalo Fiore Viani para La tinta

China está concentrando gran parte de su atención en Medio Oriente, aprovechando el repliegue reciente de los Estados Unidos, comenzado -especialmente- durante la administración de Donald Trump, pero concretado a mediados de 2021 con la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán, Beijing aprovecha para buscar un nuevo rol en la zona. Ya, en agosto del año pasado, fue la primera potencia en entablar conversaciones diplomáticas con el Talibán, poco antes de su regreso al poder, y en un momento donde eran vistos como extremistas peligrosos por prácticamente la totalidad de la comunidad internacional. Además, los diplomáticos chinos mantuvieron en enero una ronda de charlas con algunos de los principales países árabes. El objetivo de estas reuniones fueron acordar una serie de inversiones chinas en los próximos años, lo que representa un desembarco importante en un área donde Beijing nunca se había enfocado especialmente.

Es en este marco que se acordaron inversiones con la República Islámica de Irán que superan los 400.000 millones de dólares. Estos desembolsos tendrán como destino principal la construcción de infraestructura en el país persa. Será un proyecto a largo plazo y se extenderá durante los próximos 25 años. Los vínculos entre el gigante asiático y la República Islámica son muchos y vienen ya de larga data. Desde 2010, China es el principal socio comercial de Teherán. Y el comercio bilateral se incrementó desde 240.000 millones de dólares en 2014 a una cifra superior a la de los 500.000 millones actualmente. 

Desde comienzos de la década de los 2010, China viene fomentando que sus empresas privadas inviertan en áreas que tienen que ver con lo energético, la agricultura, los petroquímicos, la agricultura y servicios en los países de Oriente Medio. Especialmente, las industrias correspondientes a las áreas de los petroquímicos, del gas y del petróleo tienen una importancia estratégica para China en Irán en particular y en la región en general. Irán contribuye, aproximadamente, con el 10% del total de las importaciones petroleras de China.

Otro país en el que China ha desembarcado de manera decidida es Irak. Durante 2021, Beijing invirtió cifras superiores a los 10.000 millones de dólares y reforzó su vínculo con Bagdad en un contexto donde Irak necesita financiamiento para continuar la reconstrucción de un país golpeado por una guerra de dos décadas y enfrentamientos constantes. En diciembre del año pasado, empresas chinas como Sinotech o Power Construction Corporation of China firmaron un convenio para la construcción de más de 1.000 establecimientos educativos en Irak. Esto será pagado a través de derivados del petróleo. Además, existe una decisión política clara del gobierno encabezado por Xi Jinping de reforzar sus lazos con Bagdad. Luego de una guerra brutal como la que vivió Irak, el país quedó con una infraestructura prácticamente destruida y completamente deficiente. Para China, la construcción de rutas, caminos, puertos, vías férreas y todo tipo de infraestructura en la región es clave a la hora de pensar su mega proyecto de la Nueva Ruta de la Seda para unir Europa, Asia y África.

De acuerdo con los datos que arroja el Plan Quinquenal chino, las inversiones de Beijing en la región de Medio Oriente aumentaron hasta un 350%. A su vez, los países de la zona representan para China más del 40% del total de sus importaciones de crudo. China parece dispuesto a mostrarse como una potencia benévola, diferente al rol que históricamente detentaron los Estados Unidos en la región. Muchos países de Medio Oriente sufren las permanentes sanciones de los Estados Unidos, por ejemplo, Siria o Irán. En este contexto, los países de la región encontraron en China alguien en quien apoyarse. Siria, por ejemplo, firmó el ingreso a la Iniciativa de la Franja y la Ruta en 2022. Aunque Estados Unidos invirtió más de 90.000 millones de dólares en la zona durante 2021, tras la retirada de Afganistán, comenzó un repliegue que lo llevará a centrarse en áreas que considera hoy más importantes. 

China entiende que es su momento allí. Mediante la cooperación, la política de buenos vínculos, la diplomacia y la amistad, China se ha convertido en un socio fundamental para los países de Medio Oriente. Ahora, quiere reforzar esto para seguir disputando la hegemonía mundial de los Estados Unidos. Por supuesto, si efectivamente China tiene la intención concreta de hacer esto, no será un hegemón como Washington. Más bien, en ese caso, tendríamos que hablar de una “hegemonía con características chinas”.

*Por Gonzalo Fiore Viani para La tinta / Imagen de portada: El Economista.

Palabras claves: China, Medio Oriente

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