17 de mayo: Día de la Conciencia Vial Activa
El juicio por la muerte de Sol y Agustín, y las graves lesiones de Fernanda finalizó el pasado viernes con un fallo que sienta precedente para juzgar siniestros viales. Rescatamos la propuesta de una comunidad educativa que pone en agenda el debate sobre la conciencia vial, la colectivización del saber como forma de cuidado y las herramientas que son necesarias para que lo sucedido el 17 de mayo del 2021 no se repita nunca más.
Por Anabella Antonelli y Juan Pablo Pantano para La tinta
El abrazo colectivo en la puerta de Tribunales II de la ciudad de Córdoba cobijó la sensación de que se trata de “un granito de arena para que tengamos una mejor convivencia en la calle. Siento alivio. Significa un montón”, dijo conmovida Fernanda. La sentencia fue una bisagra en Córdoba. Modifica el modo en el que se sancionan conductas viales irresponsables y desaprensivas que son causantes de muertes al volante, algo que, hasta el momento, solo eran juzgadas como accidentes.
Finalizado el juicio, Claudio Orosz, abogado querellante, expresó que «estaría bueno que tanta plata que se recauda con las multas, ya que la propia ley provincial lo dice, realmente se aplique para la prevención y educación, desde la escuela primaria tendríamos que tener clases de tránsito para que se respeten (las normas viales)».
Atrás de los abrazos, los micrófonos amontonados y las primeras reacciones a la sentencia, hay una bandera de colores amarillo, verde y naranja colgada en una baranda. “Si te cuidas, nos cuidas”, “Gracias al caso de Sol pudimos entender qué es la conciencia vial”, rezan algunas frases. Abajo, tres letras: IEC. La bandera, acompañando el momento de la sentencia, es la expresión del trabajo colectivo realizado en la escuela secundaria Instituto de Educación Córdoba.
En el IEC, la “Tragedia de Circunvalación” impactó de un modo singular. Sol cursó la escuela secundaria en la institución, participó activamente en el Centro de Estudiantes y compartió espacios organizativos con algunas de las personas que hoy transitan como docentes. “Tomamos mucho a Sol porque vino a nuestro colegio y estuvo sentada en nuestras aulas, en nuestros bancos. Podría haber sido nuestra compañera, podríamos haber sido nosotres -contó une estudiante-. Fue una amiga, fue una parte importante de la vida de gente que hoy nos enseña en este colegio”.
A comienzos del ciclo lectivo, les docentes planificaron los proyectos comunes a realizar durante el año. La Tragedia de Circunvalación apareció con la fuerza de la trama afectiva y de la preocupación por una problemática recurrente. Decidieron incorporar el 17 de mayo en la pancarta de “actos y homenajes” del IEC, declarándolo «Día de la Conciencia Vial».
“Yo venía en contacto con familias y amigos en el grupo que se estaba movilizando y organizando para exigir justicia. El juicio todavía no había empezado, pero se hablaba de mayo”, comentó Francisco Filippi, profe de la institución. La importancia de realizar una actividad era clara, aunque “no sabíamos muy bien qué hacer, sí sabíamos que teníamos que contar la historia de Sol y de lo que sucedió, y poner en juego el debate sobre la conciencia vial, algo muy poco trabajado en las escuelas”, agrega.
Los primeros días de marzo, invitaron al papá de Sol, Carlos Vignolo, y al hermano de Agustín, Daniel Burgos, para dialogar con docentes, equipo directivo y personal de la escuela, organizar algunas charlas y actividades conjuntas, convocando a la marcha del 17 de marzo. “Ese fue el primer encuentro con este movimiento tan admirable e interesante de las familias. A partir de allí, comenzamos a conversar con los chicos y las chicas, invitando a la marcha, involucrando al Centro de Estudiantes -comenta Alina Dreyer, directora de Nivel medio-. La idea original era hablar de conciencia vial, pero, en el proceso, nos dimos cuenta de que es conciencia vial activa”.
La diferenciación es significativa, conciencia activa busca generar una mirada no punitivista; no reducida a leyes de tránsito, a multas y sanciones; no reducida a manuales abstractos difíciles de llevar a la práctica. Conciencia vial activa busca repensar las conductas de circulación, de tránsito, repensar las formas de vincularnos en el espacio público. Activa significa, principalmente, que se construye en espacios comunes, colectivos, que atienda a las necesidades y a los contextos sociales en donde se desarrolla.
Les estudiantes de 5º año de Sociales tomaron la posta organizando la jornada. Carlos y Daniel volvieron, esta vez para dialogar con elles. Uno de los puntos centrales del debate fue diferenciar “accidente” de “crimen”, en consonancia con la postura de las familias, además de la importancia, en el pedido de justicia, de la concientización sobre educación vial.
“Yo no sabía mucho del tema y, la verdad, tampoco me interesaba. Pero cuando vinieron los familiares a contarnos sobre lo que les sucedió a Sol, Agus y Fer, fue como que me abrieron los ojos. Pensé en todas las situaciones que cotidianamente nos atraviesan sobre este tema. Desde ahí, entendimos lo importante de hablarlo en la escuela, sobre todo, con los cursos más chicos, ya que ellos no manejan todavía y está bueno que aprendan a manejar desde el cuidado por el otro”, comentó une estudiante de 5º año.
¿Cuándo se nos enseña a les conductores la responsabilidad social que implica manejar un vehículo? En Córdoba, para obtener el carnet de conducir, hay que pasar una serie de pruebas para demostrar conocimiento sobre manejo, señales y normas de tránsito. Para rendir “el teórico”, se sugiere estudiar el “Manual del Buen Conductor”, un archivo de 24 páginas de preguntas y respuestas que nada tiene que ver con generar una cultura del cuidado y la responsabilidad colectiva.
El Ministerio de Educación de Córdoba propone la “Cultura Vial” como uno de los ocho ejes transversales articuladores de aprendizajes en el nivel medio. Sin embargo, como sucede con otros contenidos que hasta tienen estatus legal, como la Ley de Educación Sexual Integral, no hay una sistematicidad en su dictado.
Cómo somos en la calle o en la vereda es, como toda situación social, aprendida en un amplio repertorio de posibilidades que ofrece la sociedad. Aún con márgenes de decisión, “esas conductas no están aisladas, sino que hay algo que las envuelve”, explicó el antropólogo e investigador del CONICET especializado en Antropología Vial, Pablo Wrigth. “En el caso de Argentina, lo que envuelve estas conductas es un Estado deficiente, una relación ciudadano–Estado donde siempre pensamos que el Estado nos quiere perjudicar y una transgresión constante de las normas en todos los órdenes de la vida, y que se ve en la cuestión vial en las transgresiones cotidianas que hacemos como peatones o conductores”, señaló.
El 17 de mayo, la palabra “ritual” apareció en todas las puertas de las aulas. Los versos que acompañaban eran de una poesía de Sol. Adentro, les estudiantes compartían con sus pares producciones que habían realizado previamente, generando debate y reflexión sobre la conciencia vial. La jornada tuvo una instancia de formación y producción de afiches, finalizando con una puesta en común colectiva.
Nadia Dreyer, docente de la institución, nos decía: “Es difícil recuperar y contar las experiencias y sensaciones que nos llevó la realización de esta jornada, porque fue a partir de un hecho tan trágico, tan absurdo, tan sin sentido, tan conmovedor. Se me viene a la cabeza un grupo de niñas de primer año que estaban armando el afiche y me preguntaron si podían escribir: ‘Sol llegó al sol’. Me pareció que expresaba un poco el intento de encontrarle sentido a todo esto”.
“Fue muy movilizante y shockeante el final de la jornada. Somos una comunidad más fuerte cuando nos ponemos de acuerdo y nos juntamos a hacer algo que sabemos que vale la pena y que conlleva cierto respeto y cierta atención”, comentó une estudiante al terminar la actividad. En semicírculo, en el patio del colegio, la comunidad educativa fue creando la bandera colectiva que se llevaría al juicio. De fondo, se escuchaba a León Gieco cantando a las ausencias que “aparecen de la nada, en cualquier momento del día, como un refugio de los sueños victoriosos, perpetuos. Siempre presentes como el aire al respirar». La tela vacía se llenó de frases, dibujos, consignas: “No te hagas el boludo, si estás borracho, no manejes”, “Nos cuidemos entre todxs”, “Conciencia vial colectiva”, “Justicia por Sol, Agus y Fer”.
300 personas alrededor de una bandera producida en el tiempo que dura una canción, pero con el trabajo de meses enteros y la esperanza de que aquello funcionara como un homenaje, como una forma de acompañar el pedido de justicia, como una manera de pensar en le otre, de pensar colectivamente. Una poesía de Sol y otra de una estudiante cerraron la jornada.
“Ver la bandera del IEC en el juicio me genera orgullo -expresó una integrante del Centro de Estudiantes-. Significa ser parte de un cole comprometido, en donde tanto profes como alumnes decidimos mostrar que estábamos presentes. Necesitamos hablar de conciencia vial activa, tenemos las herramientas para cambiar estos paradigmas sociales. Estas instancias reflejan eso”.
Lo sucedido en la escuela marca la necesidad de generar debates, reflexiones y consensos populares en relación a la conciencia vial, al cuidado colectivo, a las formas que existen de habitar y de apropiar el espacio público. El 17 de mayo es una fecha que quedará registrada en el cuerpo y la memoria de todas las personas cercanas a Sol, Agus y Fer. Es una fecha que marca también una forma de ser y estar en una institución, una comunidad que decidió colectivizar la conciencia. Que decidió hacer, de un hecho absurdo y doloroso, una instancia de memoria y debate. Nunca más un 17 de mayo pasará desapercibido en la escuela. Que así sea para cada rincón de los territorios que habitamos. Que la conciencia se multiplique y se expanda.
“Es muy importante que haya llegado este tema a la escuela. Capaz, si no fuera por las ganas, la onda y el amor de la gente que llevó a cabo esta jornada, y de la familia de Sol y de Agus, nos hubiera pasado por debajo del radar y es importante que eso no haya pasado”, concluyó une estudiante.
*Por Anabella Antonelli y Juan Pablo Pantano para La tinta / Imagen de portada: A/D.
