Información para decidir: PAF! comienza a testear drogas en fiestas y eventos
Contextualizado en un paradigma de reducción de riesgo y daños asociados al consumo de drogas, desde el Proyecto de Atención en Fiestas (PAF!) sostienen que el testeo de sustancias ilegales es una herramienta de salud pública que permite tener información verificada, aumentar los cuidados y difundir alertas sobre sustancias adulteradas. Se trata de la primera experiencia de este tipo en Argentina.
Antes de empezar a prejuzgar este artículo como promotor del consumo de drogas ilegales, sugiero a la persona que esté leyendo que le dé una posibilidad y lo aborde como una nota informativa que contribuye al debate de qué hacer con las drogas en la sociedad actual y qué alternativas se pueden construir al prohibicionismo criminalizante, que ha dado sobradas muestras las últimas décadas de haber fracasado.
Y sobre todo, escribo desde una premisa que me parece, al menos, legítima para poder debatirla seriamente: el uso recreativo y responsable de drogas existe, es una realidad y, si una persona ya tiene la intención de consumir determinada droga ilegal, es preferible que antes de hacerlo cuente con la mayor cantidad de información posible sobre la composición de lo que está por consumir para tomar una decisión. Información es poder, ¿no?
Estas son algunas ideas que militan desde el equipo del Proyecto de Atención en Fiestas (PAF!), el programa de reducción de riesgos y daños en espacios festivos y juveniles de la Asociación Civil Intercambios, organización que hace más de 25 años que trabaja para el estudio y atención de problemas relacionados con las drogas.
PAF! se forma como proyecto en 2016, tras los debates que generó la Tragedia de la Time Warp en Costa Salguero, donde murieron cinco personas y decenas debieron ser hospitalizadas, en un festival electrónico con muchísima más gente de la permitida, sin puestos de hidratación y con una importante circulación de drogas de diseño de dudosa procedencia. La tragedia puso en agenda a las fiestas electrónicas y el consumo de sustancias, pero el tratamiento mediático aportó más confusión y estigmatización que información.
Para cubrir esa necesidad de información, es que nace PAF!, que lleva cinco años interviniendo en espacios de nocturnidad y juventud para «darle un cachetazo al mal viaje», donde instalan puestos para entregar información responsable sobre drogas legales e ilegales, agua gratis, frutas, golosinas y un espacio confortable para invitar a relajarse cuando «estás muy pasado». Hasta ahora, la cuenta pendiente era el testeo de sustancias.
El testeo de pastillas como empoderamiento de las personas usuarias
Hace unos meses, desde la organización realizaron una encuesta virtual, donde quedó reflejado que la gran mayoría de lxs usuarixs (cerca del 90%) testearían lo que consumen si existiese un dispositivo que lo permita.
Desde que empezó a gestarse PAF!, se barajó la posibilidad de testear sustancias en eventos. Si bien se trata de una práctica legalizada y hasta diseñada como política sanitaria pública en algunos países de Europa, en Argentina se trata de una instancia complicada, ya que algunos de los ingredientes que se utilizan para hacer los reactivos del Test de Marquis están controlados por la Ley de Drogas y se han dado casos de persecución a personas que testean.
En diálogo con La tinta, la coordinadora de la organización, Carolina Ahumada, explica que el accionar de PAF!, al ser un programa de reducción de daños, se enmarca en las leyes de Salud Mental y de Abordaje de Consumos Problemáticos, y que por eso pueden trabajar como lo hacen. Sin embargo, reconoce que -por falta de políticas claras desde el Estado- muchas veces están a merced de que las fuerzas de seguridad y los diferentes gobiernos entiendan que la tarea realizada es un aporte para la salud pública.
Por todo esto, es tan buena noticia lo que anunció PAF! hace apenas unos días: «Estamos testeando». Después de un largo trabajo, formación y articulación con dispositivos de otros países que llevan adelante esta práctica (Energy Control, de España; y Échele Cabeza, de Colombia), la organización realizó su primer testeo en fiestas a fines de 2021.
«Nosotros tenemos una visión integral de la reducción de daños de amplio espectro, que no solo se limita a testear sustancias, sino que abarca una mirada más integral, tanto para la persona que usa drogas como para su entorno. Damos folletería, capacitamos voluntarios, nos aseguramos que los eventos a donde vamos tengan el aforo adecuado, puestos de hidratación y que se trate de la mejor manera a las personas que van. Ahora, poder garantizar los testeos es como un cierre de ciclo de lo que empezamos a organizar desde 2016, es la frutillita del postre», señala Ahumada, que es socióloga y cursó la Maestría en Políticas Públicas de la UBA.
El testeo más común en este tipo de casos es el colorimétrico, a través de reactivos de Marquis, que permiten de manera casi inmediata saber si las pastillas de éxtasis tienen MD o tienen otros componentes. Se extrae polvo de la pastilla, se pone en contacto con el reactivo y este cambia de color según su composición. Por ejemplo: se pone negro si tiene MDMA en su composición, naranja claro si es Anfetamina, naranja oscuro si es Metanfetamina, violeta si es Opiáceo, amarillo si es Catinona o sin reacción si es Cocaína o Ketamina.
En la intervención realizada a fines del año pasado, pudieron comprobar que dos de las muestras analizadas no eran lo que decían ser. «Los estudios internacionales muestran que cuando el testeo indica presencia de sustancias no esperadas o de adulteraciones, las personas son más propensas a decidir no consumirlas. Esto da cuenta de la importancia del testeo como forma de reducir riesgos, pero también como empoderamiento del usuarix para decidir sobre su salud», sostienen.
La posibilidad de testeo, sin embargo, requiere también de productores artísticos que den lugar a este tipo de intervenciones en sus shows. Es decir, que admitan y reconozcan el consumo de drogas ilegales en sus eventos, y que les preocupe de una manera positiva para abordarlo desde una mirada de reducción de riesgo y daños.
«Los productores, al invitar a PAF!, saben lo que está pasando, les preocupa y quieren actuar de una manera propositiva, y preocupándose porque la persona que va a su fiesta la pase de la mejor manera posible. Esperamos que a los productores les cope la idea de los testeos. La mayoría de personas con las que hemos trabajado ya trae la idea de testeos de Europa y es hora de que nos permitan hacerlo acá», concluyó la coordinadora de la organización.
«Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes», reza una frase que le atribuyen a Albert Einstein. Tal vez es momento de buscar alternativas a la perspectiva prohibicionista y abstencionista que criminaliza a las personas usuarias de drogas, que ha demostrado no ser exitosa ni para frenar el consumo ni para desarmar el narcotráfico, y comenzar a acompañar acciones para mejorar y hacer más saludable la experiencia de lxs consumidorxs y su entorno.
* Por Ezequiel Luque para La tinta. / Imagen de portada: PAF!
