La inequidad en el acceso a la vacuna detrás de la nueva variante ómicron
Organizaciones y expertos advierten que hasta que no se procure un acceso equitativo a los medicamentos contra el coronavirus, la aparición de nuevas variantes será una realidad que pondrá en jaque a los avances conseguidos.
Por Sara Plaza Casares para El Salto Diario
El porcentaje de personas con dos dosis de la vacuna contra la COVID-19 en Sudáfrica apenas alcanza el 24 por ciento. Del otro lado, más del 75 por ciento de la población de España, Canadá o Japón ha cumplido con la pauta completa. Los datos, recopilados por Our World In Data, hablan solos. De fondo, la aparición de una nueva variante reportada por primera vez el pasado jueves por Sudáfrica y bautizada como ómicron. Una nueva y aún desconocida versión de la COVID-19, que alberga 30 mutaciones del virus inicial y que desde el sur de África ya se ha extendido hasta asentarse en más de una quincena de países. España confirmaba el lunes el primer caso en un hospital de Madrid. Antes se posó en Bélgica, Reino Unido o Canadá. Hasta 13 casos se han detectado ya en Portugal.
Tras la nueva amenaza, se precipitan los cierres de aeropuertos y el bloqueo de países africanos. “La aparición de la nueva variante ómicron constituye una prueba elocuente de cómo el virus sigue mutando en ausencia de un acceso equitativo a las herramientas médicas para hacerle frente”, alertan desde Médicos Sin Fronteras.
El 2 de octubre de 2020, también Sudáfrica protagonizaba la actualidad en torno a la COVID-19. En esta ocasión, y junto a India, solicitaba al Consejo de los Acuerdos sobre los Derechos de Propiedad Intelectual con el Comercio (ADPIC), de la Organización Mundial del Comercio (OMC), una exención a las patentes de los medicamentos y vacunas contra la COVID-19. La idea era democratizar el tratamiento, aumentar la producción y fabricar las dosis necesarias en estos países que aseguran contar con la tecnología necesaria. Al día de hoy, la OMC mantiene bloqueada esta petición.
“Mientras el virus circule, el virus seguirá mutando y, en consecuencia, podrá crear nuevas variantes. Cuanta más población sin vacunar, más posibilidad de contagiar y de mutar”, expresa a El Salto Fernando Lamata, experto en Salud Pública y ex consejero de Sanidad en Castilla-La Mancha. El problema es que, en esta pandemia, el reparto equitativo se ha limitado a los países ricos. “Y en una pandemia, la solución tiene que ser global. Este es el error de la estrategia europea. Ahora aparece una nueva variante, suben los casos, cierran fronteras, baja la bolsa y aumenta el sufrimiento de todos”, sentencia, al mismo tiempo que denuncia el “acaparamiento de vacunas” en Europa. “Tenemos compradas o reservadas 10 por cada ciudadano europeo”, advierte.
Para Lamata, se debería dar un giro en la estrategia seguida ya que la Unión Europea (UE) ha cedido los derechos de propiedad intelectual a las empresas farmacéuticas, “y son ellas las que deciden cuánto se fabrica, a quién se vende y a qué precio. El ánimo de lucro hace que pongan precios 10 y 20 veces sobre coste, que muchos países no pueden pagar. Y, al mismo tiempo, limitan la producción según sus intereses comerciales y no ceden la tecnología para que otros puedan fabricar”, denuncia.
Y hay modelos para dar un giro en el timón. Desde Médicos del Mundo, avisan que un estudio de la organización de consumidores estadounidenses Public Citizen y la Universidad de Oxford demuestra que, si se suspenden temporalmente las patentes, “podemos vacunar al mundo”. Así, el informe propone el establecimiento de centros regionales capaces de producir 8.000 millones de dosis de vacunas para mayo de 2022. “Esto permitiría vacunar al 80 por ciento de la población por 9.400 millones de dólares, un coste ínfimo teniendo en cuenta los cientos de miles de vidas que podrían salvarse”, avisan desde la organización.
La cuestionada tercera dosis
No en vano, la Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió a los países ricos una moratoria en la aplicación de terceras dosis hasta que se hubiera vacunado al menos un 40 por ciento de la población de los países de ingresos bajos. “La OMS lleva meses avisando que si no hay un reparto equitativo, la llegada de nuevas variantes va a ser un problema para todos. El virus no distingue entre países ricos y pobres, busca al personal más vulnerable”, avisa África González, catedrática en Inmunología del Centro de Investigaciones Biomédicas CINBIO.
Mientras la estrategia de los países europeos pasa por centrar sus esfuerzos en administrar terceras dosis cada vez a más sectores de la población, esta inmunóloga asegura que habría que dar prioridad a la vacunación global antes que terceras dosis a personas en general. Y avisa que esta solo sería necesaria para las personas mayores y con patologías, “ya que por la inmunosenescencia y por otras co-morbilidades como los inmunodeprimidos o en tratamiento inmunosupresor, la vacuna no tiene tanto efecto en ellas y con esta tercera dosis se completaría la vacunación”.
“Pensemos qué pasaría si hubiéramos vacunado con tres dosis a la población de Madrid y Cataluña, y todavía no hubiéramos puesto ninguna dosis a las poblaciones de Aragón y Castilla-La Mancha, o que se hubieran puesto tres dosis a las poblaciones de Alemania y Francia, y ninguna dosis a las poblaciones de España e Italia. ¿Sería justo? ¿Sería útil, para nosotros y para ellos? ¿O el virus se movería entre regiones y países alargando la pandemia? La prioridad, sin duda, es vacunar la población mundial”, sentencia Lamata.
Una variante desconocida
Mientras tanto, las autoridades sanitarias batallan contra una nueva variante aún desconocida. La OMS habla de un riesgo global “alto”, por la alta probabilidad de que se propague internacionalmente en una variante “altamente divergente” con “un alto número de mutaciones”, algunas de las cuales “son preocupantes y pueden estar asociadas con el potencial de escape inmunológico y una mayor transmisibilidad”.
“Los países de bajos ingresos, en su mayoría en África, apenas han recibido el 0,6 por ciento de todas las vacunas”, lamentaba en rueda de prensa el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, alertando que la crisis sanitaria mundial “no ha terminado” y la situación “sigue siendo peligrosa y precaria”.
En cuanto a una posible bajada en la protección de las vacunas actuales frente a la nueva variante, González no cree que se pierda protección, ya que no se ha visto con las anteriores. “Esta tiene algunas mutaciones como la variante delta y las vacunas protegían de la delta”, asegura la inmunóloga. “El sistema inmunitario tiene mecanismos para adaptarse y cambiar también frente a virus que cambien. Lo importante es que hayan visto algo parecido antes y por esto es tan importante que se haga una vacunación global cuanto antes. Las cifras del ministerio respecto a hospitalización, estancia en UCI y fallecimientos son muy claras: la mayoría son de personas sin vacunar”, sentencia.
*Por Sara Plaza Casares para El Salto Diario / Foto de portada: Thomas Mukoya – Reuters.