Pablo Carrizo: “La escritura es una labor esencialmente social”
Esta tarde, el cordobés presenta su nuevo libro “Va a ser afuera” en el Centro Cultural Córdoba, acompañado por la cantautora Guadalupe Gómez y la escritora Camila García Reyna. Poemas de una intemperie sin huracanes, de un afuera donde la hostilidad se alivia en la canción, donde el silencio protege, del incendio, al amor.
Por Soledad Sgarella para La tinta
aquí llagan las preguntas que allá son soluciones
aquí no duerme el lago
no canta una raíz.
viento porque no se condice el esfuerzo en rocío.
“Va a ser afuera” bautiza Pablo Carrizo a su segundo libro de poemas. ¿Dónde, si no, después de dos años de encierro? ¿Dónde, si no, será la poesía como encuentro?
Y sabemos que ese afuera es aún posible, dice sobre él María Paulinelli.
La publicación del integrante del grupo de Poesía Pan Comido es una puerta, una ventana y una rendija. Es, en versos, la salida a un exterior propio y común, un afuera que también es albergue.
En esta charlita, el escritor y periodista cordobés nos habla de su nuevo libro (que cuenta con ilustraciones de Cecilia Alfonso Esteves), pero también del acontecer de la poesía siempre con otrxs, de lo vital y transformador que trae la diversidad en el mundo literario y de su cara a cara con Gelman.
—En el libro, hay un elemento central que es el viento… Un elemento que aparece y se repite como fuerza inexorable de las cosas, como pulso o impulso por fuera de las voluntades humanas. Que se impone casi como una fuerza cósmica… ¿Nos contás de esa elección?
—Qué bello eso que interpretás. Algo de eso hay, naturalmente. Siento que en el libro compartimos preguntas sobre el viento, como la inquietud y el movimiento que somos. Como la transformación que somos.
¿Hay algo quieto? ¿Hay alguien inmutable? Para mí, cada piedra contiene aún el vigor de una llama, cada motita de polvo se está yendo, viniendo. Siento que el viento es acaso una posibilidad de sentir en la piel la inquietud que nos constituye. Hay viento porque en algún lugar falta. Y allí va, viene.
Y si nos estamos transformando: ¿es posible que lo hagamos solos o solas?
Somos viento. Vamos. De allí la fuerza que nos trasciende y de la que somos parte.
—Además de poeta, sos alguien que ha reflexionado mucho acerca de la poesía y pertenecés a un colectivo que hace décadas milita la poesía casi como forma de vida… ¿Cuánto tiene que ver esa historia con la obra que hoy estás presentando?
—Tiene mucho que ver, seguramente. Solo puedo decir con otras personas, me habitan y me constituyen. Mis compañeros del grupo de poesía Pan Comido y también muchos otros que escriben, con quienes trato de entablar diálogos y encuentros, más allá de lo formal de ser parte de tal o cual espacio.
Va a ser afuera es una ofrenda que sale después de diálogos con otras personas que escriben, un poco por fuera estrictamente del vínculo con mis compañeros de Pan Comido. Estos últimos años, he tratado de encontrarme, de abrirme y dejarme atravesar por otras formas de sentir la poesía. Creo que hay mucho de eso en las palabras que salieron, hay mucho de la nutrición que da el intercambio.
No sabría cómo definir la poesía de una vez, ya que es algo vivo y sonante. Pero para mí la poesía es música que escucha. Es una ventana, abierta y cerrada a la vez, por donde puede pasar o quedar luz, aire, vaivenes o sed. En esa luminosa opacidad, trato de encontrar a otras personas. Creo que es con otras personas que puede acontecer. Creo que escribir poesía es una manera de abrir lo abierto, aceptar el ritmo inestable, no atar agua.
Por eso, siento que lo que va en este libro recién salido es encuentro, tiempo compartido con otras personas y palabras que pretenden recibir.
—¿Sentís que tu obra -o, en particular, este presente tuyo como poeta- forma parte de una escena, si es que la hay? Digo, en esa trama de la poesía presente, ¿te sentís parte?
—Creo que en Córdoba, el lugar que habito, hay un entramado poético muy frondoso y diverso. Un bosque dentro de otros bosques que se viene expandiendo desde hace varias décadas. No soy un estudioso del tema, pero por mis aproximaciones y experiencias, lo que hoy acaso se vea como una “escena” es una hilatura que lleva muchos años embrollándose.
Desde que me aproximé a la lectura y la escritura de poesía -a fines del siglo pasado o fines de la década del 90-, encontré múltiples actores que vitalizaron y vitalizan ese proceso: ciclos de lectura, editoriales, talleres literarios, festivales, revistas literarias. Muchas personas haciendo y empujando.
Hablar de una escena actual es hablar también de un entramado histórico y territorial muy amplio, con contornos muy permeables. ¿Cuándo empezó? ¿Qué rasgos podrían sintetizar tanta diversidad? ¿Por qué delimitarlo? Quizás hoy se visibiliza como una escena porque las transformaciones tecnológicas permiten replicar de otra manera lo que se mueve en términos de escritura y lectura. Pero, a mi punto de vista, más que escena, me gustaría hablar de tramas, de embrollos, de una historia que mañana continuará de maneras distintas. Celebro la diversificación que se ve hoy, en términos de búsquedas estéticas, políticas y en términos de maneras de circulación. La reconozco como un aire vital y transformador.
Y sí, lo que yo escribo está hecho con otras personas y acontecimientos. Me siento parte, una ínfima muy ínfima parte de procesos de lectura y escritura que se vienen dando. Porque leo a personas que escriben en Córdoba, porque integro un grupo de poesía que habita en Córdoba y porque concibo a la escritura como una labor esencialmente social, colectiva.
—Hace una década, entrevistabas al maravilloso Juan Gelman en la UNC. ¿Cómo fue que llegaste ahí?
—La entrevista a Juan Gelman: pura suerte y gratitud. Un regalo que nos entregó la vida, estas vidas de poetas amateurs o “poetas estándar” –parafraseando al gran Joaquín Giannuzzi- fue la posibilidad de entrevistar a Juan Gelman. Y lo digo en colectivo, porque si bien fui yo el que realizó la entrevista, se trató de un vínculo en el que participamos los poetas del grupo Pan Comido.
Fue hace 10 años, en julio de 2011, una entrevista audiovisual para el programa “Los invitados”, que se emitía por Canal 10 – Córdoba. Yo estaba muy nervioso y emocionado, me costó dormir la noche anterior. No solo por Gelman y su estela, que para muchos de nosotros era relevante, sino por la cuestión audiovisual. Así que hice lo que pude ante el talante generoso y cristalino del poeta. Juan Gelman, siempre humilde, con su voz recia, me contuvo todo el tiempo.
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=R7v1L17-TY4]Aquel día de la entrevista, tratando de decir algo sobre la obra y vida de Juan Gelman, junto a otros poetas de Pan Comido apuntamos esto:
“La poesía no es un sistema sagrado de méritos y calificaciones entre algunos: es eminentemente una tarea social, colectiva, al alcance de todos.
Es una tarea que cumple la gente: escribiéndola a cántaros, anotándola en papeles cercanos, publicándola en letra de molde; pero fundamentalmente leyéndola, olvidándola, silbándola, recordándola”.
Va a ser afuera. El libro se presenta hoy jueves 18 de noviembre a las 19 h en el Centro Cultural Córdoba (Av. Poeta Lugones 401), con entrada libre y gratuita.
*Por Soledad Sgarella para La tinta. Fotografías: Hugo Suárez y Cecilia Alfonso Esteves.