Posverdad, fake news y ¿el regreso del trumpismo?
Teorías conspirativas, resurrecciones espectaculares y negación absoluta de la realidad son algunas características de los más acérrimos seguidores de Donald Trump.
Por Gonzalo Fiore Viani para La tinta
Uno de los hechos más estrambóticos -lo cual ya es mucho decir- de los últimos años en la política de los Estados Unidos sucedió hace algunas semanas en Dallas, Texas. Allí, un grupo de seguidores de Donald Trump y de la teoría de conspiración QAnon se dieron cita para esperar el retorno del hijo del presidente John Fitzgerald Kennedy (JFK). La elección no fue casual: en esa plaza fue asesinado JFK, en noviembre de 1963. Por supuesto, el también mítico John F. Kennedy Jr., conocido como por su apodo John-John, no apareció en el lugar. El heredero de la dinastía Kennedy murió el 16 de julio de 1999, en un accidente mientras piloteaba su avioneta durante una noche de neblina y mal clima. De acuerdo con los creyentes en QAnon, JFK Jr. en realidad está vivo y reaparecerá pronto para ser candidato a vicepresidente de Donald Trump, cuando este sea “reinstaurado” en la Casa Blanca.
De más está decir que la Constitución de los Estados Unidos no prevé ningún tipo de mecanismo remotamente cercano a la “reinstauración” de un presidente con mandato cumplido. Mucho más aún está decir que el hijo del presidente Kennedy murió a los 38 años junto a su esposa y su cuñada cuando la avioneta que manejaba cayó al fondo del océano Atlántico aquella tarde de julio.
Los hechos, en los tiempos de las fake news y la “posverdad”, no son tan relevantes y mucho menos para quienes están convencidos de este tipo de “teorías”, que harían sonrojar incluso a los negadores del cambio climático. Cuando JFK Jr. no apareció, los fanáticos aseguraron que aparecería en el recital de los Rolling Stones previsto para esa misma noche en Dallas. Una mujer afirmó que había podido ver al fallecido actor Robin Williams, mientras que otros estaban convencidos de que esa tarde también reaparecerían el basquetbolista Kobe Bryant, muerto en un accidente de helicóptero el año pasado, o el rapero Tupac Shakur, asesinado en 1996.
Pero, ¿qué es QAnon? Esta “red” de seguidores de Trump surgió a partir del foro 4chan, donde pueden encontrarse todo tipo de teorías conspirativas. Allí, en 2017, un usuario llamado Q afirmó que trabajaba en el gobierno, con acceso a información clasificada, y que existía una red de pedofilia que involucraba a las élites de Washington. De acuerdo con este usuario, Trump, por supuesto, estaba combatiendo este macabro plan. De ahí en más, todas las teorías de conspiración fueron cada vez más delirantes, superando ampliamente los límites de la ficción.
Trump no ha hablado demasiadas veces en público sobre QAnon, aunque una vez que le preguntaron afirmó que “es gente que, por lo que he oído, ama a nuestro país”. El ex mandatario no es ajeno a las teorías de conspiración e incluso ha afirmado que su antecesor, Barack Obama, no había nacido en los Estados Unidos, sino en Kenia.
Estados Unidos se encuentra atravesando su peor inflación en 30 años, con un 6,2 por ciento anual. Esto preocupa a la Casa Blanca: el mismo Joe Biden afirmó que “golpea a los bolsillos” y a los sectores más vulnerables. La situación económica, heredada de la pandemia, los mega-planes de ayuda social y el escenario dejado por la administración Trump viene golpeando, entre otras cosas, a la popularidad del gobierno demócrata. Recientemente, el Partido Demócrata perdió la gobernación en el Estado de Virginia, donde Biden había sacado más de 10 por ciento de ventaja en las elecciones presidenciales de 2020. Esto demuestra que la “luna de miel” que suelen tener los mandatarios los primeros 100 días de su gobierno se terminó hace ya algún tiempo.
Los desafíos de Biden son muchos y de compleja resolución. Tiene que hacerle frente a la peor crisis económica y social desde los tiempos de la Gran Depresión. A su vez, debe hacerlo en el contexto de un país profundamente dividido y con la oposición más movilizada y hasta violenta de la que se tenga recuerdo en la historia reciente. Trump obtuvo más votos cuando fue derrotado en 2020 que cuando se hizo con la Casa Blanca, en 2016. Hoy, su movimiento está lejos de haber desaparecido. Más bien, todo lo contrario.
Todo parece indicar que el trumpismo, más vivo que nunca, tiene grandes posibilidades de volver a la Casa Blanca en 2024. Biden deberá resolver los problemas de los estadounidenses, sin embargo, más allá de las buenas intenciones, por ahora, no viene siendo necesariamente el caso.
*Por Gonzalo Fiore Viani para La tinta / Foto de portada: Elias Valverde II – The Dallas Morning News.