Prensa La Libertad: la gráfica es un gesto amplificador

Prensa La Libertad: la gráfica es un gesto amplificador
20 octubre, 2021 por Soledad Sgarella

Federico Cimatti es el artista detrás de un proyecto que ya lleva más de una década siendo parte de calles, marchas y casas, con afiches 100% tecnología tipográfica. En pleno siglo XXI, recuperar el impacto de la impresión artesanal no es por nostalgia: el gesto de la intervención artística sigue teniendo la vigencia y la fuerza de un aluvión. La batalla comunicacional, los modos de producción a escala humana y el aporte de las artes gráficas para el mundo que queremos. Una charla imperdible con un imprentero artista contemporáneo.

Por Soledad Sgarella para La tinta

Hace como diez años, buceando por las casi inexistentes redes, conocí Prensa La Libertad. Su estética, pegadísima a lo que yo había elegido como especialidad de mi carrera, el grabado, me hipnotizó. En Córdoba, solo había visto esos afiches en la calle invitando a peñas norteñas, pero en La Libertad los había con distintas frases y se podían comprar. Pero claro, como un montón de cosas, era en Buenos Aires. El grabado nunca fue la disciplina mimada de las artes visuales, por el contrario, explicar qué es siempre ha sido un viaje. Podemos decir que es más popular de lo que se cree: desde la fotografía hasta el stencil o la serigrafía que estampa cualquier remera son técnicas que se consideran dentro del mundo del grabado.

Un par de años después y con la década ganada, agarramos las mochilas, nos fuimos a la capital con unas amigas y volvimos con unos afiches enormes realizados con la técnica impresión tipográfica y con unos degradé de colores maravillosos. “Insista en construir desde el amor”, decía el de la Caro y, el mío, “Atención, despierte, Ud. es parte de esta realidad”, con una manito que me señalaba inquisidoramente.

Federico Cimatti es Prensa La Libertad. Le pregunto por qué trabajar con máquinas de los años 40 para atrás, en el 2021. Federico cuenta que empezó con el proyecto en el 2008, siendo estudiante de la UBA y, mientras trabajaba de día en imprentas barriales pequeñas, de noche imprimía sus propias cosas. “Y ahí se daba una situación como de Dr. Jekyll y Mr. Hyde: de 9 a 18 era una cosa y después venía lo demás… Además, de las 00 a las 2, salía a pegar impresos en la vía pública o, antes de eso, pintaba stencils. Y creo que empecé porque yo venía buscando la experiencia de lo múltiple. Multiplicar el mensaje con una herramienta y, aunque ya lo venía experimentando con el grabado, con el stencil, cuando encontré la impresión tipográfica, encontré que había una maquinaria detrás de eso, una maquinaria dispuesta para multiplicar un mensaje y encontré en eso una potencia, una fuerza revolucionaria en algún punto”.

prensa-la-libertad

La recuperación de la impresión tipográfica está lejos, en Prensa La Libertad, de la nostalgia o de lo cool. De hecho, Cimatti aclara que no tiene ninguna etiqueta anglosajona para ponerle a algo que ya tiene un nombre en nuestro contexto y que, además, en América Latina tiene una tradición muy grande.

Utilizar la impresión tipográfica en el contexto 2021 es para Cimatti la oportunidad de retomar la fuerza que tiene una técnica ya descartada en la gran industria masiva, de recuperar ese impacto que tuvo en un momento. Oportunidad de repensar los modos de producción, estimular y utilizar métodos que tengan que ver con una cuestión cultural también. “Pensemos que esta técnica marcó una revolución cultural en el mundo entero, en donde estimuló el pensamiento crítico y fue un cambio de paradigma así como hoy estamos viviendo uno. Internet nació como un espacio de utopía también. Las imprentas eran lugares -inclusive- de producción del material, no solamente de multiplicación de una pieza. La imprenta como un lugar de luz, porque había (y hay) algo revelador ahí. En términos técnicos y en términos físicos, es una liberación de fuerza y a mí me gusta transpolar esa fuerza al material que produzco. Pienso… cuando produzco algo es porque hay una contención -en el sentido de una barrera- que va juntando energía, va armando un discurso, conformándolo con palabras y, en un momento, eso se libera y pasa al afuera”.


El artista afirma que la obra sale del pequeño taller y va al formato de volante, postal o afiche, y es ahí cuando empieza a cobrar la verdadera dimensión que tiene, que es la del estado público.


Y sintetiza: “La imprenta es básicamente eso: difundir, publicar, hacer circular material y luchar contra ese pronóstico que nos habla de la muerte del papel. Un pronóstico que está muy lejos de ser real. Sí me parece importante los cuidados que hay que tener del medio ambiente y de que las formas de producción sean amenas para nuestro hábitat”.

Pan, techo y trabajo. Imaginación, música y poesía.

«Plataforma» es la pieza que más me llama la atención de las últimas. Para mí, son todos los derechos juntos, todas las cosas que necesitamos para vivir bien, dignamente. “Se llama así porque me parece que es una serie de ítems de deseos en un contexto muy complejo donde es muy necesaria la imaginación, hoy en día, para resolver los graves problemas que tenemos y la situación tan crítica que estamos viviendo. Un poco la pieza lo dice: esto también es muy importante, estimular la cultura en este momento como motor de soporte de una situación de tanto dolor y oscuridad”, relata Cimatti.

El artista agrega que tiene que ver -obvia y directamente- con el tiempo electoral que vivimos, pero también pensando en un tiempo posterior a la pandemia y que surgió (como también surgieron otras piezas) en momentos determinados donde sintió que tenía que participar en la realidad con la «liberación» o la producción de un mensaje para depositarlo en la vía pública. La gráfica, entonces, va de la mano de las luchas y siempre las amplifica o se convierte en un motor. Una gráfica que estimula la imaginación de un mundo posible y necesario, con cambios realmente radicales. 

prensa-la-libertad

“Yo creo mucho en la vía pública como un lugar amplificador y de batalla comunicacional, y creo también en esa batalla que hay de retornar a la fuerza del gesto. Un afiche no es solo un afiche, sino que también puede ser un llamado a la acción y ahí es donde la gráfica, en este proceso que se ha abierto en América Latina desde el 2019, me parece que ha sido fundamental.

Lo estamos viendo, lo estamos viviendo. Sobre todo a partir de todas las manifestaciones que hubo (que es un proceso que todavía no está repensado porque el capítulo de la pandemia nos anuló esa capacidad de repensar la importancia de las manifestaciones del 2019) y que fueron directamente al corazón de gobiernos con políticas neoliberales de las más brutales, como es el ejemplo de Chile. Y es también un claro ejemplo de cómo la gráfica generó un llamado y combatió comunicacionalmente a todos los esfuerzos que hubo de frenar las manifestaciones”, dice Cimatti.

Fede me cuenta algo que entiendo obvio: no cree en la figura del artista que está sobre la masa y viene a traer luz. “Creo más bien en la figura del artista que viene del pueblo y que no refleja, sino que participa en la realidad desde su pertenencia de clase para generar un cambio”, dice y vuelve a enfatizar lo que viene compartiendo: retornar al gesto como un posible motor de cambio, como una parte de un conjunto de acciones. El arte tiene que estar en el espacio público y poder generar esos impactos, esas detonaciones, esas amplificaciones.

“Esta pieza surge de ahí, de esa motivación, de esa pregunta vital que hay siempre ahí en Prensa La Libertad, de participar en la realidad. Con lo que yo creo, con lo que pienso, con lo que sueño, con lo que siento. Tratar con un gesto, que considero mínimo, pero siempre estimulando que esos gestos mínimos sean multiplicadores y que cualquiera los pueda hacer también. Retomando esa idea de que los artistas no estamos en otra categoría y estamos inmersos en lo que nos sucede como trabajadores de la cultura”.

Nunca seré policía / Siempre seré poesía

¿Cuál es el lugar de las artes gráficas en este contexto? ¿Cuál es el rol del arte? ¿Es posible decir sobre sus funciones? “Me parece que este escenario se da en términos de una batalla de comunicación, que es en sí un campo de batalla”, responde Cimatti y agrega: “Hay maneras muy sutiles desde las que el poder trata de instrumentar discursos, que muchas veces son reproducidos a través de pequeñas sutilezas y pequeños gestos, mensajes que parecen inocuos, pero cuando nos ponemos a profundizarlos, estimulan el individualismo o un tipo de positivismo tóxico que no construye un cuestionamiento individual y, por ende, tampoco una construcción colectiva”.

prensa-la-libertad

El aporte, asegura Federico, es la construcción de otro discurso, es usar esos recursos para instalar otro mensaje que interrumpa la programación, que salte una pila inmensa de basura que hay en el medio y visibilice, aunque sea por una vez, un discurso o un mensaje diferente.

“Me parece que la gráfica siempre abre puertas, interpela y hace nuevas preguntas, y eso, en menos o mayor escala, va quedando. Son cosas que no son inocuas. No es inocuo que una persona tome una pieza y la haga propia, y lo levante como un símbolo y que haya artistas que traten de cristalizar los momentos políticos en piezas. Me parece sumamente importante porque eso crea memoria, entonces, es algo que es hacia adelante y hacia el futuro, y es algo que queda vibrando”, concluye el artista.

Sabemos que la politicidad de las prácticas artísticas no se reduce a sus temáticas, sino que también está relacionada a los modos de producción de la obra (individual o colectivo) y de intervención–producción en lo social, especialmente, en el espacio. Así, Prensa La Libertad opera en un quehacer a escala humana, en las calles cotidianas, en las luchas diarias. En nuestras casas o en pleno corte de calle, la gráfica siendo parte de la vida real.

*Por Soledad Sgarella para La tinta.

Palabras claves: Artes visuales, Prensa La Libertad

Compartir: