Acampe por la liberación de Milagro Sala: dos mil días de impunidad

Acampe por la liberación de Milagro Sala: dos mil días de impunidad
12 julio, 2021 por Verónika Ferrucci

Durante cuatro jornadas -denominadas: militancia, dignidad, liberación e independencia-, centenares de carpas de distintas organizaciones sociales, sindicales y políticas de toda la Argentina ocuparon la Plaza de Mayo pidiendo por la liberación de la referente jujeña. En esta nota, las fotos de Eloísa Molina nos acercan un recorrido de lo que fue el #Acampe por la #LibertadAMilagroSala.

Por Verónika Ferrucci y Soledad Sgarella para La tinta

La cara de Milagro Sala ha recorrido el país desde mucho tiempo antes de lo que lleva encarcelada. Ese rostro agrietado con el aire seco de la puna, las marcas coyas de su pueblo indígena en su mirada implacable y su tonada norteña, tan parca como atrevida. Sala es la mujer negra, marrona, indígena, que lideró un proceso revolucionario para su pueblo. 

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(Imagen: Eloísa Molina para La tinta)

El racismo sistémico, el odio colonial y patriarcal representado en el gobernador Morales, y todo el aparato institucional y judicial han hecho de Milagro un lawfare aleccionador, que creó la imagen de una referente violenta, para calmar a una salvajada que sueña en grande y se hace una pileta, un parque de diversiones y arma una patrulla de albañilas que construyeron casas. Ella ilustra la disputa territorial en medio de una cancha política donde los blancos y varones tienen el poder, una postal de los feudos del norte. Y, por esto, está presa. 

Milagro es, desde el 16 enero del 2016, una presa política. Ese comienzo de año, fue detenida por participar de un acampe de protesta frente a la casa de gobierno de Jujuy, sin cumplirse con el debido proceso judicial. Fue uno de los primeros hechos de la gestión de Macri, quien, junto al Gobernador Morales, uno de sus aliados, llevaría adelante un contundente mensaje político para el resto de los movimientos, no solo en Jujuy, sino del país. 

A partir de ese momento, el sistema judicial avanzó en su contra, con un total de seis juicios y dos condenas (ninguna firme). Todas las causas que vinieron luego de su detención, plagadas de irregularidades, portan la estigmatización con que se arrojó a la organización Tupac Amaru a los medios hegemónicos y al sentido común: “pibes villeros”, “acampe”, “bombachas”, “huevazos”. 

Es invierno en Plaza de Mayo. Las ollas humean entre las 200 carpas instaladas. Los gazebos con consignas y pancartas, las radios abiertas y las muestras fotográficas dejan clarísimo el mensaje: libertad a Milagro Sala. “4 jornadas para reunir la fuerza necesaria y conquistar la Justicia que nos fue negada: Militancia, Dignidad, Liberación, Independencia”, así invitaron desde el Comité por la Libertad de Milagro Sala. 

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(Imagen: Eloísa Molina para La tinta)

Claudia Chorolque Sala es hija de Milagro. En diálogo con La tinta, Claudia reafirma lo que la plaza entera dice: su madre está presa injustamente. 


“Estamos esperando que la justicia nacional haga algo, porque sabemos que, en Jujuy, los jueces son elegidos a dedo y ninguno es libre de poder juzgar. Estuvieron durísimos todos estos años, no pudimos hacer mucho. Si vos te mostrás con una bandera o con una remera, vas detenido o sos perseguido políticamente. El acampe no es en contra del gobierno nacional, es un pedido a la Justicia para que vean que estamos viendo las injusticias y que hagan algo”, agrega Chorolque Sala.


Un sobrino de Milagro, Javier Ortega, explica: “Venimos a pedir acá por la liberación de ella sí o sí, la referente de nosotros está injustamente detenida. Que nos den respuestas, nosotros necesitamos que esté afuera, no solo los tupaqueros, sino la mayoría de la provincia y los más necesitados y perseguidos de Jujuy”. 

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(Imagen: Eloísa Molina para La tinta)

Graciela es parte de la Tupac Amaru de Jujuy. “Vinimos desde allá para pedir por su liberación, queremos seguir trabajando y construyendo casas, escuelas. Teníamos fábricas, bloqueras, textil, teníamos muchas cosas cuando ella estaba libre. Sin ella, hay mucha gente que se quedó sin trabajo… Jujuy está endeudada y lo van a terminar pagando nuestros hijos y nietos. Por eso, estamos acá, porque queremos otro futuro”, cuenta la militante.

Las carpas empezaron a instalarse a comienzos de la semana pasada y el acampe tuvo cuatro jornadas pautadas. La del lunes fue denominada “Militancia”, para la instalación de las carpas y gazebos, y con un programa de radio: “Voces libres del acampe”. El miércoles fue la “Jornada dignidad”, con muestras fotográficas y dos paneles de debate, uno sobre violencia política e institucional, y otro titulado “La soberanía como horizonte para el trabajo y la producción”. El jueves 8 de julio comenzó con conferencia de prensa, seguida de un panel sobre Reforma Judicial Feminista. Además, se presentó el libro “Tocar fondo” y hubo lectura de cartas, poesías y canciones para Milagro. El viernes feriado -y último día del acampe- se denominó “Jornada independencia” y cerró con una misa interreligiosa a cargo de los Curas por la Opción de los Pobres, al mediodía, con la lectura de una “proclama por la definitiva independencia”.

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(Imagen: Eloísa Molina para La tinta)

La semana previa, se realizó, de manera virtual, una nueva edición del Encuentro Jallalla Mujeres, un grito colectivo por la libertad de Milagro. Participaron funcionarias, legisladoras, representantes políticas, sociales, gremiales, artistas e investigadoras, y desde sus prisiones domiciliarias, se sumaron Milagro y Graciela López.


Como lo explica con claridad la Red de intelectuales y artistas en Defensa de la Humanidad (RedH), la persecución a Milagro Sala y la deliberada destrucción de la monumental obra urbanística y social de su organización, Tupac Amaru, fue en nuestro país un laboratorio bélico-político a través del arma más poderosa perfeccionada por el neoliberalismo en su disputa ideológica, financiera y territorial: el lawfare, una guerra jurídica.


La RedH agrega en el documento, publicado por los 2.000 días de Milagro presa: “El esquema se perfecciona con la aniquilación de la organización social y la represión de la protesta como expresión política, y se completa con la destrucción de la obra realizada para hacer desaparecer el testimonio y la memoria de que otro modelo social, económico y político es posible y sustentable. Castigan a Milagro por haber construido 8.000 viviendas, 4 fábricas (bloquera, textil, metalúrgica y muebles de caño), 2 escuelas, primaria y secundaria, un terciario, varios centros de terminalidad educativa para adultos, 15 polideportivos con piletas de natación, un centro cultural, varios centros de salud, un centro público y gratuito para rehabilitacion de personas con discapacidad, una sede extraordinaria. Castigan a la organización por haber sido reconocidos en el mundo por una concepción urbanística que sumó a la generación de trabajo la creación de comunidad, la incorporación de las mujeres a las actividades no convencionales y la recuperación de los lazos sociales”.

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(Imagen: Eloísa Molina para La tinta)

El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), y otros organismos de derechos humanos solicitaron a la Corte Interamericana de Derechos Humanos que sostenga las medidas provisionales otorgadas en noviembre de 2017, cuando le ordenó al Estado argentino adoptar de manera inmediata las medidas de protección que sean necesarias para garantizar la vida, integridad personal y salud de la referente. 

Además de Milagro, hay una decena de integrantes de la Tupac privades de su libertad, en las mismas condiciones de ilegalidad que Sala, y alrededor de 200 personas están imputadas en causas vinculadas. La pregunta es: ¿por qué a la mayoría, incluso progre, no le conmueve la Milagro? Una referente política racializada, con buenas migas con el kirchnerismo, que corrió los límites posibles para su poblada en la Jujuy blanca clasista. Es Milagro, pero es la historia de muchas personas más. La cárcel como destino, la indiferencia y el olvido, y la corrupción del accionar judicial. ¿Quedan dudas de por qué necesitamos una reforma judicial y feminista?

*Por Verónika Ferrucci y Soledad Sgarella para La tinta / Imagen de portada: Eloísa Molina para La tinta.

Palabras claves: Buenos Aires, Jujuy, Milagro Sala

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