De espía a escritora

De espía a escritora
13 julio, 2021 por Gilda

“La mujer que sabe guardar secretos”, recién publicada en castellano, narra en forma de novela la vida de Elena Vavilova y su esposo, dos ex espías soviéticos en Estados Unidos. Dos personajes que inspiraron la aclamada serie The Americans. Dice que quiere dar testimonio a los jóvenes de lo que significó la Guerra Fría.

Por Lucas Gatica para La tinta

Tracey Ann Foley es, en realidad, Elena Vavilova y no nació en Canadá como durante muchos años se creía. Nació en la extinta Unión Soviética en 1962 y entró a formar las filas de la KGB cuando era estudiante de Historia en la lejana Siberia. Nacida en Tomsk en 1962, desde la década de los ochenta, operó, junto a su marido, como espía en varios países occidentales. Primero, se casó en Rusia con Andréi Bezrúkov, también agente. Pero para que la pantomima de estar encubiertos fuera efectiva, tuvieron que volver a conocerse, enamorarse y casarse en Montreal, su primer destino como espías. 

elena-vavilova-espia-novela-urssLos 25 años que Vavilova vivió como espía del servicio de inteligencia ruso en Estados Unidos inspiraron la famosa serie The Americans. Ahora, gracias a la traducción de la novela “La mujer que sabe guardar secretos (editorial Roca), se puede echar un vistazo al sistema de entrenamiento de los agentes soviéticos ilegales durante buena parte de la Guerra Fría y las peripecias a las que se tuvieron que enfrentar en suelo enemigo. Sobre lo narrado en la novela, Vavilova dice que es “un 80% real”. Es decir, una mezcla entre una autobiografía de película y una cuota de ficción que alimenta las fantasías del espionaje soviético de aquellas décadas.

Fue a finales de los noventa cuando la pareja fue destinada a Estados Unidos, donde vivieron en las afueras de Boston. Allí, Vavilova era Tracey Foley y era inmobiliaria, y su esposo era el consultor Donald Heathfield. Tuvieron dos hijos que no conocieron la verdadera identidad de sus padres hasta que todo explotó en 2010.

Bajo la fachada de un matrimonio francocanadiense, intentaban ocultar el extraño acento con el que hablaban en inglés, pero diez años después de estar instalados en EE. UU., fueron descubiertos, arrestados y deportados con otros agentes en un sonado intercambio de espías. El 27 de junio de 2010, el FBI arrestó a diez agentes rusos, entre ellos, a Vavilova y Bezrúkov. Fueron detenidos en su casa de Boston, ante la mirada incrédula de sus hijos y sus vecinos que, recién en ese momento, se enteraron de la identidad y profesión de sus padres. La operación fue bautizada como Operación Ghost Stories y puso fin a la vida de los espías en suelo norteamericano.

Regresaron a Rusia –la Unión Soviética que dejaron al partir ya no existía-. En Moscú, fueron condecorados y recibidos por Putin. Hoy, Vavilova, que tiene cargo de coronel, se dedica a escribir e impartir seminarios relacionados a la seguridad y el mundo empresarial.


La ex espía, hoy casi una celebridad, recuerda el momento exacto en el que vio a través de la televisión el derrumbe de la Unión Soviética en 1991. “Para nosotros fue como una pérdida, la de un país enorme y poderoso. Pero nos mantuvimos fieles a la promesa porque nunca trabajamos para un régimen específico o para un presidente concreto, sino para nuestra tierra y las personas que vivían allí”, declaró en una entrevista reciente.


Es común ver a Vavilova en distintos programas de televisión rusos. Por sus conocimientos de la Guerra Fría, ha participado de la promoción del juego Call of Duty: Black Ops Cold War, un videojuego muy popular de disparos en primera persona. Esa entrega del Call of Duty incluye a un misterioso agente soviético y otros personajes que hacen referencia al momento de paranoia e incertidumbre de aquellos tiempos de enfrentamiento ideológico entre las dos superpotencias.

A propósito de ello, Vavilova subraya que, al igual que la serie inspirada en su vida, el videojuego es también ficción: “Tanto The Americans como el Call of Duty nos llevan a la era de la Guerra Fría con sus tensiones geopolíticas y nos ofrecen entretenimiento”, dijo a un medio de comunicación. 

Sin embargo, la vida del espía es más difícil y audaz que una novela o un videojuego, según Vavilova. 

*Por Lucas Gatica para La tinta. 

Palabras claves: Elena Vavilova, Union Sovietica

Compartir: