Jaguara handmade: resiliente creatividad latinoamericana

Jaguara handmade: resiliente creatividad latinoamericana
1 junio, 2021 por Soledad Sgarella

Paso a dar una vuelta por el feed. Tortugas, jaguares, bichas, bananas. Ballenas y soles. Los diseños de la bogotana Yeraldin Casallas son profusos y coloridos, como la selva, como la biodiversidad de Latinoamérica. No hay que ser demasiado perspicaz para darse cuenta de que hay mucho más detrás de esas cerámicas. Lo hay: hay muchísimo más. Hay un continente de sentires, de sentidos, de literatura y de lucha, brotando en cada cacharro, rugiendo en cada cuenco.

Por Soledad Sgarella para La tinta

Yeraldin Casallas es colombiana, de Bogotá, y quedó en nuestro país de camino hacia Australia, con las vicisitudes de comienzos de esta pandemia. Argentina la alberga sin ser una posta planeada y la pandemia la atraviesa, como a todes, como un huracán de aprendizajes, o por lo menos, dice, así lo ha querido ver y vivir.

La creadora colombiana aclara que es nueva en este oficio de la cerámica y que, si bien ha tenido muchos acercamientos al mundo del arte y de la creación desde diferentes esferas (desde trabajar en museos hasta pertenecer a colectivos gráficos), explica que: “Siempre he tenido presente la importancia de la memoria y el poder comunicativo que tiene el arte en cualquiera de sus formas, tal vez porque soy socióloga o tal vez porque la vida me ha dejado viajar y vivir en diferentes lugares del mundo o tal vez por la gente que me rodea, o por la suma de todo lo anterior, creo que el arte debe ser un lugar para expresar las diferentes visiones del mundo, de lo que nos hace ser”.


Su producción artística está inspirada en la biodiversidad latinoamericana. El eje de sentido de sus objetos de cerámica recorre todo lo que brota como vida: animales, intuiciones, magias, leyendas, colores, fulgor.


Yeraldin relata entretenidamente, escribe como cantando y logra sostener mi atención, tanto, quizás, como las fotos de sus trabajos. “¿Y por qué me incliné hacia la biodiversidad latinoamericana?», me dice. Y se/me contesta: “La verdad es que no es algo de ahora, sino que, a lo largo de mi vida, he podido entender y dimensionar lo poderosa, exuberante e influyente que es la biodiversidad en nuestros territorios latinoamericanos, y aquí rescato lo que se denomina diversidad biocultural, término en el cual se incluye a la diversidad tanto en lo biológico como en lo cultural», explica la bogotana y agrega que esto de la diversidad biocultural le hace click en el momento de crear, “y así nace Jaguara Handmade, con el Jaguar (aquí llamado Yaguareté) como animal de poder y queriéndolo tomar como guía en el camino de la creación artística y de la cerámica. Con la intención de contar historias, desde las creencias que nos conectan con lo natural, con lo ancestral, con lo espiritual, con lo simbólico, de la mano de lo ecológico, natural, salvaje y animal”.

Yeraldin hace una declaración que me encanta: planea sus piezas como cerámica utilitaria, pero, a la vez, les atribuye el poder de decir. “También las pienso como cerámica que cuente algo, como piezas que te conecten con algo dentro de tí. Si la pieza logra que quien se la lleva pueda sentirse reflejadx, alejadx, conectadx, empáticx, curiosx (en resumen, si despierta algún sentir), para mí, esa pieza ya logró su función. Darle esta intención a mis piezas hace que las mismas no sean solamente un objeto más en un hogar, sino que tengan una profundidad diferente”.

Tres diseños, tres historias, en primera persona

1. Porta vela jaguara: son unas mini esculturas de jaguar, a la cuales les adapté un espacio para poner una velita; claramente, quería hacer alguna pieza poderosa relacionada con el jaguar por lo que te contaba antes, así que estas piezas (digo piezas porque al final resultaron ser 4 jaguaras) nacieron bajo la misma idea. En ellas, lo que quise plasmar fue el relato del nacimiento del jaguar desde la tradición amazónica, el cual -muy resumidamente- cuenta que, en la mitad de la selva, el padre sol se ha enamorado de su hija, quien es su más bella creación y con quien decide casarse, y como lugar para su unión han escogido los Tepuys de Chiribiquete (grandes columnas formadas naturalmente en medio del Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete). De esta unión, nace el ser más poderoso que ha pisado la selva, el jaguar, pintado en la espalda de amarillo como su padre y en el vientre blanco como su madre.

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2. El cenicero banana: tiene un significado muy especial para mí, ya que, después de pensar en algo que nos juntara a los territorios latinoamericanos como uno, solo pensé en las luchas que históricamente hemos asumido y que se han ido desarrollando a través del tiempo. Unas más largas, otras más cortas, unas más dolorosas que otras, unas más perdidas en la historia y otras más recientes en nuestros días, pero, al final, todas luchas dignas para llegar a conquistar diferentes libertades y derechos. Pero te preguntarás: ¿Y esto qué tiene que ver con las bananas? Bueno, el tema es que también pensé que si hay una fruta que a muchxs en América nos gusta y fácilmente la consigues en cualquier lugar, es la banana, ¿o no? Así que llegaron a mi memoria las luchas de los trabajadores de bananeras y de ahí salió también la utilidad de esta pieza… un cenicero, ¿por qué? Porque uno de los episodios más significativos de estas luchas lo constituye la masacre como desenlace de una huelga de los trabajadores de la United Fruit Company, uno de los hechos más dolorosos y olvidados en la tierra de Gabriel García Márquez, quien también lo narra -a su manera- en Cien años de soledad. Entonces, quise, a través de esta pieza, traer a la memoria las bananas perfectas, amarillas, prolijitas (como las que se producían para la United Fruit Company), pero que adentro están llenas de ceniza y colillas. Es una pieza que todo el tiempo está siendo intervenida y que igual cada quien puede leer, interpretar y sentirla a su manera, de eso se trata el arte al final.

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3. El manicero serpiente cascabel: esta obra nace con la intención de aportar una pieza a esas cotidianidades argentinas relacionadas al compartir, ya que aquí es muy común hacer picadas previas a una comida o para acompañar cualquier reunión por pequeña que sea, estos maniceros son básicamente unos cuencos que llevan enredada en su parte exterior una serpiente cascabel.

Elegí a este animal poderoso, que está cargado de mucho simbolismo sobre todo en la cultura mexicana, pero que igualmente podemos encontrarlo a lo largo de todo el territorio latinoamericano, ya que, para los mayas y en el altiplano central, la serpiente era un signo calendario de buena fortuna. Así que quise traer a la mesa y a la memoria un símbolo de buena fortuna que, a su vez, es compartida con las personas que nos rodean.

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Resiliencia y quehacer artístico

Yeraldin habla de resiliencia y conecta esta capacidad con el proceso de aprendizaje que la pandemia le puso al frente: aprender a autogestionarse, a improvisar, a aceptar el momento y decidirse a iniciar nuevos proyectos desde cero. Habla de la importancia de tejer redes de apoyo, redes sociales, redes de trabajo.


“Y la resiliencia habla de la capacidad de anteponerse y superar las adversidades que te pone la vida en frente, y así mismo lograr desarrollarte de algún modo a partir de estas adversidades. Y creo que eso fue lo que logré al darme el tiempo, las frustraciones, las alegrías, lo conocido, lo desconocido, la ansiedad y todo lo que me trajo este océano de sentimientos que terminó desembarcando en el oficio de la cerámica, en el cual me siento presente, creando y sintiendo fuerte”.


Hace un mes que toda Colombia está de paro. El país entero está movilizado contra las políticas de ajuste y la represión ordenada por el gobierno de Iván Duque. Yeraldin hace foco ahí y cree que la situación que está atravesando su lugar natal ahora conecta profundo con la resiliencia que lleva dentro, dice, y que es gracias a ese territorio que desde siempre les ha enseñado a resistir, a mantenerse fuertes y a mantener encendidas las dignas luchas.

“Yo, desde lo más adentro de mí, siento también el dolor y las injusticias que están sucediendo ahora en las calles de mi país y siento la necesidad de la gente que quiere un cambio, así que, desde la lejanía, también apoyo el paro nacional en Colombia y creo que, en este mundo tan diverso, otro mundo es posible”, concluye la diseñadora.

* Por Soledad Sgarella para La tinta

Palabras claves: Cerámica

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