“En Colombia vivimos la intervención de la policía a sangre y fuego”

“En Colombia vivimos la intervención de la policía a sangre y fuego”
4 mayo, 2021 por Tercer Mundo

Desde hace varios días, el pueblo colombiano está en las calles en repudio a los planes de ajuste impulsados por el gobierno. La respuesta oficial es una represión descarnada que ya dejó varios muertos.

Por Redacción La tinta

El anuncio del presidente de Colombia, Iván Duque, de dar marcha atrás con el proyecto de reforma tributaria no detiene el paro nacional que se expande por todo el país. Aunque la represión se acrecienta hora tras hora, cientos de miles de personas continúan en las calles colombianas. Las protestas, que no se pueden separar de las movilizaciones de los últimos años, no sólo rechazan la reforma tributaria, sino que deploran el manejo gubernamental ante la pandemia de coronavirus y demandan el fin de la violencia estatal y paramilitar que, en 2020 y lo que va de 2021, sigue cobrándose vidas de campesinos, ex guerrilleros de las FARC, defensores de derechos humanos y dirigentes políticos.

La reforma que por el momento fue dada de baja, permitía un aumento del IVA y la ampliación de la base impositiva sobre los salarios. Una de las críticas contra el gobierno es su intento de financiar la crisis desatada por la pandemia estrangulando los ingresos de la clase media y los sectores populares. Los sindicatos, organizaciones sociales y movimientos campesinos e indígenas además reclaman que se eliminen los beneficios a las grandes empresas.

En diálogo con La tinta, el escritor colombiano Álvaro Marín –que integra la redacción del portal El ojo del cangrejo– expresó que la propuesta oficial “es prácticamente un pago de impuestos que afecta a los sectores medios de la población. Esa reforma tributaria es la que ha desencadenado las protestas sociales en estos días, pero que son continuidad de las protestas sociales que venían dándose en años anteriores. Lo que pasa en este momento es que la población está en una situación extrema”.

Colombia movilizacion contra reforma tributaria la-tinta
Imagen: Colombia Informa

La violenta represión desatada en los últimos días deja cifras escalofriantes: según la Procuraduría General de la Nación, 14 personas fueron asesinadas, aunque organizaciones no gubernamentales elevan la cifra de muertos a 21. Por su parte, la Plataforma Grita registró entre el 28 de abril y el 1 de mayo al menos 940 casos de violencia policial: 672 detenciones arbitrarias, 21 víctimas de violencia homicida, 30 casos de disparo con arma de fuego y cuatro casos de violencia sexual.


“En Colombia, la mayoría de la población vive de actividades informales que no pertenecen a un sector industrial o fabril –indicó Marín-, porque nunca fueron desarrollados, sino que son pequeños emprendimientos de la mayoría de la población, que hoy está prácticamente en la calle, quebrados y en una situación muy crítica. Parte de esa población es la que está saliendo a la calle, pero también los sectores medios, e incluso algunos sectores económicos que están en desacuerdo con este plan de la derecha. Es un plan eminentemente fascista de control de la población a través de la fuerza, de la propaganda, de la mentira y del crimen, porque lo que ocurrió es precisamente es una masacre generalizada en todo el país”.


Ayer, el Comité Nacional de Paro anunció que la medida de fuerza continúa y que el miércoles se lanzarán movilizaciones masivas en todo el país. Desde el Comité reclaman la “desmilitarización de las ciudades” y que se negocie un pliego de emergencia, que incluye retirar la reforma a la salud y una renta básica de un millón de pesos colombianos.

Levantamiento popular contra terrorismo de Estado

Lo que ocurre en estos días en Colombia “es una agudización del conflicto” y la aplicación del “terrorismo de Estado” por parte del gobierno, aseguró Marín. “En muchas ciudades del país, en barrios, en zonas rurales y también en carreteras, lo que se vivió fue la intervención de la policía a sangre y fuego –afirmó-. Empezaron a disparar después de haber cortado la luz en algunas partes, en algunos barrios cortaron la luz y le dispararon a la población que estaba concentrada, que permanecía en la calle, manifestándose”.

Para Marín, que se desempeñó como colaborador del diario El Espectador y Le Monde Diplomatique, Colombia transita “un levantamiento popular más que un paro, porque en la población está al borde del abismo, con todas las situaciones que se han presentado y que venían antes del problema de salud por el coronavirus”.

“Lo que venía de antes era una problemática social y un conflicto en ascenso –remarcó el escritor-, que se presentó hace más de un año y que fue una protesta generalizada y, sobre todo, en Bogotá, en donde la policía también masacró a ciudadanos en las calles. Lo que hay es una prolongación de ese mismo conflicto”.

Marín, autor de los libros La brújula no quiere marcar más el norte, Jinete de sombras y La noche líquida-, resaltó que los sindicatos y organizaciones sociales, sobre todo de las regiones rurales, ahora salieron a las calles porque desde hace tiempo están “imposibilitados en sus procesos de producción por los altos costos de insumos. Pero no solamente por eso, sino por los tratados de libre comercio que han afectado a la población campesina. Lo que se viene dando, lo mismo con los indígenas, es una alianza popular de muchos sectores”.

Colombia paro nacional barricadas la-tinta
Imagen: Colombia Informa

Al referirse a los pueblos originarios de Colombia, el escritor detalló que “los indígenas se han defendido en El Cauca. El hecho de que, a pesar de tanta represión, los indígenas del Cauca todavía tengan esa capacidad organizativa muestra a una comunidad sólida. Son ellos, un poco, los que han resistido en esas zonas. Lo mismo pasa en El Pacífico, en donde hay comunidades negras y comunidades campesinas e indígenas, muchas de ellas desplazadas en este tiempo. Lo que se da en estos días es una manifestación de lo popular desde diferentes vertientes. Ellos son quienes se están manifestando en el límite de una situación extrema a la que nos han llevado las políticas neoliberales”.

Militarismo, uribismo e impunidad

Colombia es, sin dudas, uno de los países del mundo donde la impunidad es el bien más preciado de la clase social que detenta el poder estatal. Frente a la violencia desatada desde el Estado contra cualquier atisbo de oposición, el silencio cubre al país de una manera tenebrosa. Ante esta situación, ni la Organización de Naciones Unidas (ONU) y mucho menos la Organización de Estados Americanos (OEA) claman justicias, investigaciones imparciales o montan campañas internacionales de denuncia

En 2020, Human Right Watch registró 90 masacres cometidas en Colombia. Este año, se reveló que durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, fueron ejecutados extrajudicialmente 6.402 ciudadanos, presentados como “bajas” en el combate contra la insurgencia. En este 2021, ya fueron asesinados 54 líderes y lideresas sociales, y 1.164 desde la firma de los Acuerdos de Paz con las FARC, en 2016.


Sobre el silencio y la impunidad, Marín señaló que “los organismos internacionales algunas veces se manifiestan, pero de una manera un poco superflua. Lo de Colombia es muy grave, más grave que en cualquier parte de Latinoamérica. Sin embargo, Naciones Unidas y la OEA permanecen en silencio pese a que la situación es muy grave. Ese silencio tiene que ver con los intereses en Colombia, no sólo de Estados Unidos sino también de la Unión Europea (UE). Colombia es un enclave no solamente de Estados Unidos, también de las empresas trasnacionales de Europa. Y ese silencio corresponde a las negociaciones que hacen estas transnacionales con el gobierno nacional, sobre todo en la minería, donde tienen grandes grandes proyectos, como la explotación del subsuelo”.


“De ahí que ese silencio ante las masacres sea tan evidente –agregó el escritor-. Pero el mundo ya no puede ocultar que en Colombia se ha desbordado el militarismo. El gobierno le ha dado al ejército poder en las calles y eso ha generado una situación muy peligrosa para lo que se pueda venir en estos días”.

En las protestas de estos últimos días el repudio popular se repitió contra el ex presidente Uribe, un dirigente vinculado al narcotráfico y estratega de la ultraderecha en el país. Para Marín, es claro que “el uribismo es la fracción de derecha que, en estos momentos, gobierna en Colombia y ha venido copando los espacios no solamente institucionales del Estado, sino de organismos de control, como la Procuraduría y la Fiscalía”.

El escritor analizó que el proyecto encabezado por Uribe “venía debilitándose durante el proceso de paz, pero llegó el momento de las elecciones y se las robaron, porque después se descubrió que había dineros del narcotráfico y votos comprados en muchas regiones del país. El uribismo aparecía en las convocatorias en las plazas públicas como una organización en descenso, porque poca población estaba con ellos, pero resultaron ganando las elecciones”.

colombia anti uribista la-tinta
Imagen: Colombia Informa

“El uribismo, políticamente no tiene una fuerza en la población, perdió toda su ascendencia en la población –puntualizó Marín-, pero tiene copado el gobierno y prácticamente todo el Estado, excepto algunas vertientes democráticas de la rama judicial, que son las que han impulsado el proceso contra Uribe, por el cual estuvo algunos días detenido. Desde ese momento empezó a incrementarse la violencia en Colombia, primero centrada en El Pacífico y en El Cauca, pero hoy se ha generalizado en todo el país. Eso ha ocurrido después de ese proceso contra Uribe”.

Por último, Marín se refirió al proceso de paz entre el Estado y las FARC, que fue boicoteado por el uribismo: “Lo rompieron, primero llegando de manera fraudulenta a tomar el gobierno. Y a partir de estar en el gobierno, han venido desmontando todo el proceso de paz, aunque no han podido desmontar la justicia transicional, qué es la justicia especial para la paz, pero están haciendo todo lo posible por desacreditar con propaganda y con mentiras a los jueces. Hay una puja por mantener, por lo menos, una fachada de democracia en Colombia, que es lo que ha existido siempre. Pero en estos momentos, eso ya no les importa. Descaradamente, el presidente sale al lado del Jefe de las Fuerzas Armadas a decir que ya no tienen ni gabinete, sino que gobierna él con la policía y las Fuerzas armadas Esa es la situación”.

*Por Redacción La tinta / Foto de portada: Colombia Informa

Palabras claves: Colombia, paro nacional, represión policial

Compartir: