A la derecha, Madrid

A la derecha, Madrid
7 mayo, 2021 por Gonzalo Fiore Viani

Las recientes elecciones en la capital de España dejaron como claro vencedor a la derecha nucleada en el Partido Popular. Los comicios demuestran que las fuerzas conservadoras continúan avanzando en Europa.

Por Gonzalo Fiore Viani para La tinta

Las elecciones autonómicas en Madrid terminaron siendo los comicios regionales más nacionalizados de la historia reciente de España. La eventual ganadora, quien continuará en su cargo, Isabel Díaz Ayuso, del Partido Popular (PP), las planteó como una dicotomía facilista y maniquea entre “comunismo o libertad”. Mientras que la oposición de izquierda, derrotada en las urnas, lo hizo como una disputa entre “fascismo o democracia”.

A pesar de que Madrid cuenta con los peores números de contagiados y muertos de toda España desde que comenzó la pandemia de coronavirus, la salud no fue una cuestión central. Tampoco el manejo de la crisis sanitaria ocupó lugares importantes en los debates. En una campaña enrarecida desde el vamos, el PP corrió su discurso a la derecha de manera cada vez más marcada, para no perder demasiados votos con Vox. Sin embargo, para gobernar, deberá hacerlo en conjunto con la formación ultraderechista. Será la primera experiencia de participación en un Ejecutivo de los extremistas españoles. Pero también, la primera vez que la extrema derecha formará parte de un gobierno de este tipo, en una gran capital de un país de Europa occidental.

De llegar a la vicepresidencia del país a retirarse de la política en pocos meses, el gran perdedor de la elección fue Pablo Iglesias. El ex vicepresidente, y ahora ex líder de Unidas Podemos, quedó penúltimo, superando solo a Ciudadanos, otro partido cuya debacle fue mayúscula. Iglesias abandonó el cargo de vicepresidente del gobierno español hace cinco meses, con el objetivo de competir en estas elecciones. Su candidatura no sólo no llegó a buen puerto, sino que fue acusado por propios y extraños de contribuir a la división de la izquierda, ya que por afuera fue el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), actualmente en el gobierno nacional, y Más Madrid, de Iñigo Errejón, fundador de Podemos junto a Iglesias. Lejos quedaron los tiempos de las plazas de los indignados, cuando ambos, compañeros de la universidad, decidieron fundar una alternativa política hasta el momento inédita en España. Un partido de izquierda, por fuera de las formaciones tradicionales, que pueda representar a todo el movimiento juvenil anti-sistema que estaba naciendo por aquellos tiempos.

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La debacle de Iglesias fue tan grande que, en la noche que se conocieron los resultados, anunció su retiro de la política “partidaria”. Es decir, abandonará todos los cargos que lo unen a Unidas Podemos y no volverá de ninguna manera al Ejecutivo español. Quien prometía ser una figura joven, con posibilidades reales de poder, termina dejando la política grande con apenas 42 años. Por un lado, mientras que los más críticos le achacan su “soberbia” de no poder correrse del centro de la escena para contribuir a la unidad de la izquierda, otros remarcan su “grandeza” de, justamente, hacer todo lo contrario al retirarse de la política para permitir que aparezcan nuevos liderazgos dentro de su partido. Hay un poco y un poco: Iglesias pudo construir una opción política de poder desde la nada en muy poco tiempo y eso pudo haberle jugado en contra. Por momentos, creyó que su sólo liderazgo era necesario para derrotar a la derecha, en unas elecciones profundamente polarizadas y en un contexto muy complejo, económico, social y sanitario.


La experiencia de Podemos terminó mal: de discutir cómo llegar a La Moncloa para transformar España, pasaron a debatir sobre cuestiones internas. A tal punto, que el partido se terminó rompiendo y sus miembros fundadores no se dirigen más la palabra. Quizás el retiro de Iglesias contribuya a oxigenar la izquierda española y permita que surjan nuevos liderazgos, tanto dentro de Podemos como del espectro político de izquierda en general.

Por lo pronto, Iñigo Errejón se perfila como un carismático dirigente, pero también como un hábil estratega. El politólogo, de 36 años, quedó como el gran ganador dentro de una izquierda con magros resultados en la capital del país. Si bien la candidata de Más Madrid, la médica Mónica García, no quedó segunda, perdió por muy pocos puntos con el candidato del PSOE. Errejón se puso al hombro la campaña, caminando barrio por barrio y casa por casa, por lo que gran parte de los votos se le atribuyen a él. Además, tuvo una gran inteligencia al correrse de la candidatura y permitir que una mujer joven encabece la lista, algo que se le reprocha a Iglesias por no hacerlo.

La campaña estuvo marcada por numerosos hechos preocupantes que atentan contra un desarrollo sano del ejercicio democrático. A Iglesias le enviaron un sobre con cuatro balas, “destinadas” a él, su esposa y sus dos hijos pequeños. A su vez, la Ministra de Industria del gobierno nacional recibió un sobre con una navaja ensangrentada. Ni Ayuso ni Rocío Monasterio, candidata de Vox, condenaron en ningún momento de la campaña estos hechos, lo que motivó que Iglesias se retirara de uno de los debates.

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España se encuentra en una encrucijada donde la extrema derecha está más fuerte que nunca desde la recuperación democrática. Algo similar sucede en el resto de la Unión Europea (UE), donde las formaciones extremistas han comenzado a ascender en los sondeos e incluso han formado gobierno en algunos ejecutivos regionales. Por lo pronto, la llegada de Vox al gobierno de Madrid, de la mano del PP, demuestra que si la izquierda no logra unificarse, no tiene muchas posibilidades de derrotar a una derecha cada vez más homogénea y radicalizada.

*Por Gonzalo Fiore Viani para La tinta / Foto de portada: A/D

Palabras claves: elecciones, España, Madrid

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