“Joyería para mi tierra”: una manera de habitar este tiempo

“Joyería para mi tierra”: una manera de habitar este tiempo
19 marzo, 2021 por Inés Domínguez Cuaglia

Una naranja, dos mitades. El hilo que une y habilita un espacio para estar. Desde el arte, pensando y haciendo, habita Cecilia Richard -artista visual y joyera- esta época pandemial.

Por Inés Domínguez Cuaglia para La tinta

Marzo del 2020: ¿qué nos trae hoy a la memoria? ¿Qué nos significa recordar?

Un 20 de marzo, les argentines comenzamos a habitar el ASPO. Aislamiento, incertidumbres, miedos y todo lo que significó aprender unas nuevas maneras de estar y trabajar. El mundo detenido, un virus, pocas eran las certezas, muchas las incertidumbres. 

En ese escenario, todes nos vimos obligades a explorar nuevas formas de estar, de decir y de conectar con les otres… encontrar esas nuevas formas supuso una búsqueda creativa para muches. Por supuesto, muches que pudimos, desde la comodidad de nuestros hogares y privilegios, habitar esta época que se inauguraba. Porque las desigualdades de siempre, digámoslo, se hicieron más evidentes desde aquel marzo veinteveinte.

En este contexto, Cecilia Richard, artista visual y joyera contemporánea, cordobesa de vasta trayectoria, premiada y distinguida a nivel nacional e internacional, comienza Ábaco, este proceso abierto, esta joyería para nuestra tierra.

Ábaco, fruto de un tiempo extraordinario

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(Imagen: Cecilia Richard)

Abaco es una obra abierta, un registro de los días desde que empezó la cuarentena.

Nació en ese tiempo, es este tiempo específico de pandemia.

Richard me cuenta que, en su hogar, tienen el hábito de separar la basura y hacer compost, que aprendió que al compost no van los cítricos. Dice, también, que cuando comenzó la cuarentena, ella se vio obligada a repensar la propuesta de taller para sus estudiantes (Cecilia fundó y dirige Caelum, un taller escuela destinado a la joyería contemporánea) y que, desde la virtualidad, se propone y les propone posar la mirada en elementos de descarte cotidiano, porque “todo material es susceptible de significar”, no desde la lógica del reciclado, me explica, sino desde la materialidad. Una materialidad que puede ser consumida en parte y, en parte, reutilizada. La materialidad puede nutrirnos, al mismo tiempo que puede significar. 

Así empieza a trabajar con las cáscaras de naranjas. Me cuenta que, desde hace años, tiene el ritual de consumir el jugo de una naranja por la mañana. “La materialidad entra en mí, me nutre; primero, ingerí la parte vital de la obra, después, trabajo con la piel de ese material-fruto que ingerí, doy vuelta la piel”. ¿Da vuelta los bordes?, me pregunto. 

Una naranja por día, dos mitades, el hilo que las une y las transforma en obra. La mano artesana que cose. Richard habla de “costura mántrica” como una actividad que invita a ir para adentro, una actividad contemplativa, meditativa, dice. 


“Reivindico la actividad manual creativa, como un ancla, un tener lugar a donde ir, un quehacer en donde estar”, me comparte y pienso que va en total consonancia con esa invitación de aquel tiempo de estar para dentro buceando las incertidumbres propias».


 Ábaco, un dispositivo para contar

Ábaco es un ábaco de este tiempo, viene a cuantificar algo que todes estuvimos viviendo.

Primero, la artista realizó “Cuarentena” pieza de cuello, formada por cuarenta naranjas, 80 mitades, que cuenta aquellos primeros 40 días de estricto aislamiento. Pero Richard se lo plantea como obra abierta, así que esto se expande, continúa, como el aislamiento, como la pandemia… y nace Ábaco, un registro de cada día vivido en esta época. “Ábaco cuantifica materialmente algo que estamos viviendo”, me dice mientras la visito en Caelum.

Si nos detenemos a mirar este Ábaco, vemos flexibilidad y sutileza. La artista refiere a que esa flexibilidad tiene que ver con la flexibilidad que requiere este tiempo nuevo, en el que todo se puso en crisis, hasta nosotres mismes. Esta flexibilidad que nos desafía frente a las limitaciones.

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(Imagen: Cecilia Richard)

Ábaco es un Talismán

Un talismán abierto, una protección. 

En este sentido, Cecilia reflexiona sobre el rol individual o, más bien, la responsabilidad personal frente al COVID-19. “Una naranja por día, todos los días, así construyo mi talismán, mi protección. Pienso al virus como ‘lo otro’ versus la responsabilidad personal, el nutrirnos, cómo lo que ingiero tiene que ver con hacerme cargo de mis cuidados, cómo nos hacemos cargo de nosotros, de qué me alimento y qué alimento”. 

Como lo mínimo, la cotidianeidad, las acciones simples de cada día, “esa naranja que bebo”, se puede transformar en otra cosa, en elemento de protección o mejor en objeto abierto, vivo, en objeto de arte y en objeto testigo de una época que nos atraviesa a todes. “De lo mínimo a lo trascendental”, dice Richard.

Joyería expandida, joyería para la tierra

Cecilia Richard se describe como una artista visual que opera en el campo de la joyería con toda su especificidad. Que la concibe como una práctica en el ámbito de lo objetual. Me explica que la joya se vuelve joya en su relación con el cuerpo, entonces, el cuerpo se visualiza como un “sujeto soporte”, el cuerpo es un elemento de reflexión para la joyería contemporánea, es el lugar que contiene la joya. Dice que la joya marca el límite del cuerpo, es que la piel es el borde. 

Piensa la piel como una topografía sobre la que se posa el objeto que nos hace tener conciencia del pliegue, el relieve, la arruga, la textura de cada parte del cuerpo. Sobre Ábaco y su relación con la joyería -y específicamente con el término “joyería expandida”-, me cuenta que, primero, este proceso comenzó como algo para ella, con la obra “Cuarentena”, pero, después, crece y crece, se expande, se va de vacaciones a las sierras, se instala en medio de las montañas allí donde no llega la luz eléctrica, que incluye a sus hijes, y empieza a pensar en un “cuerpo social”, en la tierra y su topografía como cuerpo, en el talismán, en este ábaco como ofrenda para la tierra. Así, la pieza va cambiando de escala a medida que esta época pandemial transcurre y los días pasan, los individuos somos parte de algo mayor, dice la artista. 

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(Imagen: Cecilia Richard)

El territorio se piensa como cuerpo y la topografía como piel, y aquí encuentra lugar el concepto de joyería expandida. Ábaco sobre la tierra, la tierra como un infinito, un todo. El objeto de joyería nos vuelve consciente el relieve, la incidencia del agua, la lluvia, es que la tierra es un espacio sensible, digno de todas las ofrendas.

Ábaco, en tanto obra abierta que va mutando, va creciendo, es performance, es interacción con el cuerpo de la artista, en el cuerpo de la artista con otres. Es fotografía, es nueva obra, es registro, es joya para la tierra, es ofrenda para el molle, pero -sobre todo- es registro de estos 365 días que hoy se cumplen, de esta era pandemial que todes atravesamos, que a todes ha modificado. 

*Por Inés Domínguez Cuaglia para La tinta.

 

Palabras claves: Artes visuales, Cecilia Richard, Joyería

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