Haití: el año nuevo, la lucha por la libertad y la tradicional “Soup Joumou”
Es costumbre haitiana decir “Krik-Krak” antes de lanzar una adivinanza o contar una historia. Si bien no voy a contar una historia, los quiero atentos y, para activarlos, lo hago a la haitiana. Digo “¡Krik!” y ustedes contestan “¡Krak!”.
Por Maxonley Petit para La tinta
Cada 31 de diciembre, mientras el mundo espera con ansias la aparición del primer día de enero para festejar el año nuevo, nosotros, en Haití, además de esto, tenemos otros dos eventos mayores que celebrar: la independencia de Haití y la tradicional “Soup Joumou” (Sopa de Calabaza). En esta oportunidad, no vamos a hablar de la independencia, sino de nuestra riquísima “Soup Joumou”. A barriga llena, corazón contento.
La “Soup Joumou” es una sopa de calabaza deliciosa, aromática, con sabores dinámicos y expresivos, hechos con amor, paciencia y alegría. La mayoría de las versiones requieren carne de ternera, repollo, fideo mostacholes, calabaza y muchas otras verduras. Todos estos ingredientes son combinados con la consistencia del aroma de otros ingredientes como clavo de olor, tomillo fresco y pimientos escoceses. La tradición haitiana de tomar la “Soup Joumou” en el día de año nuevo se remonta al 1 de enero de 1804, cuando el líder revolucionario Jean-Jacques Dessalines declaró la independencia de Haití de sus colonizadores franceses.
Para esa fecha, en todo el país, el rico olor a sopa de calabaza invade las casas y te invita a saborearla. Desde muy temprano, la sopa debe estar lista para sustituir o combinar con las diferentes comidas del día. Por eso, algunas familias empiezan con los preparativos desde la noche anterior; otras, como la mía, arrancan después de la misa de medianoche. La “Soup Joumou” se ha convertido en una sopa de memoria y gratitud, que sació simbólicamente el hambre de libertad de muchos otros pueblos después del ejemplo haitiano. En las siguientes líneas, intento establecer cuatro símbolos representativos de la “Soup Joumou” para nosotros, los haitianos.
Símbolo de libertad (probar el fruto prohibido)
La sopa es un legado de nuestros antepasados, un plato icónico que está profundamente arraigado en el ADN del pueblo haitiano. Tomarla es un recordatorio de la resistencia de los antepasados para sacudir la tiranía. Algunos historiadores dicen que a los haitianos esclavizados les estaba prohibido beber la “Soup Joumou”, a pesar de que eran los únicos que sembraban y cultivaban ese precioso fruto. Era una delicia reservada solo para los esclavizadores franceses.
Para celebrar la liberación de Haití, Marie Claire Heureuse Félicité Bonheur, esposa de Jean-Jacques Dessalines, autorizó el consumo general a los ex esclavizados para mostrar al mundo entero, y en particular a Francia, que Haití se había vuelto libre e independiente. La sopa, entonces, se convirtió en un símbolo de la libertad.
Símbolo de peculiaridad de la cocina haitiana
La profesora Bayyinah Bello, quien dice que sus investigaciones rechazan el primer acercamiento histórico, afirma que la “Soup Joumou” es una creación haitiana. Según ella, si esto no fuera el caso, la sopa se habría consumido en las antiguas colonias francesas. Bello sigue explicando que, tras la independencia, mientras el padre de la patria Jean-Jacques Dessalines preparaba su discurso para la ocasión, su esposa, Marie Claire Heureuse Félicité Bonheur, quiso encontrar un alimento rico en materias nutritivas que permitiera a los haitianos resistir la escasez y las dificultades de la posguerra. Así, ella propuso esta sopa hecha con ingredientes que se pueden conseguir fácilmente en el suelo haitiano.
Símbolo de compartir
Marie Claire Heureuse Félicité Bonheur requirió la preparación de esta sopa en grandes cantidades, para que todos puedan comerla. Incluso, dio el ejemplo en su época. La profesora Bayyinah Bello explica también que, del 1 al 7 de enero de cada año, Marie Claire hizo colocar “tambores” en cada cruce de caminos desde las seis de la mañana hasta las seis de la tarde. La preparación de la sopa era una obligación, al igual que su distribución entre vecinos y transeúntes.
Hoy en día, sigue la tradición adaptada al tiempo y espacio. En las ciudades de Haití, se suele hacer un tipo de entrega o intercambio de “Soup Joumou” en un set de vajilla, llamado “Kantin”. Mientras que en algunos pueblos, varias familias se reúnen para preparar y disfrutar juntas la sopa, en el espíritu básico de la fundación de nuestra nación: “la unión hace la fuerza”.
Símbolo de reconexión y compromiso
Para los haitianos, una olla de “Soup Joumou” en el Día de la Independencia es una oportunidad ideal para reunirse con familiares o amigos. También es asumir el compromiso de transmitir un legado socio-histórico a nuestros descendientes y conectarlos con los frutos de la relación con nuestra tierra.
En algunas familias, como la mía, es imperdible la reunión intergeneracional, en la cual los niños y adolescentes reciben las bendiciones de los adultos para el año entrante. Otras familias lo hacen el 2 de enero, día de los ancestros. Mi abuelo paterno, con quien vivía, junto a mis padres suelen hacer en esta reunión, que se hace degustando la “Soup Joumou”, la genealogía de la familia, contar historias de cómo eran las cosas antes y renovar sus compromisos de seguir acompañándonos.
Teniendo en cuenta estos enfoques, reafirmamos que la “Soup Joumou” representa todo un patrimonio cultural del que no podemos prescindir, respetando escrupulosamente los valores que conlleva. Por eso, invito a todos y cada uno de mis compatriotas haitianos, donde quiera que estén, a preparar su “Soup Joumou” con orgullo. A compartir con los vecinos y todo el entorno, como lo requiere la tradición. A celebrar juntos la revolución haitiana, la libertad, la solidaridad y el compartir, con cada cucharada de “Soup Joumou”.
*Por Maxonley Petit para La tinta / Foto de portada: Nadege Green – WLRN