Palestina: la verdad es nuestra arma
El 29 de noviembre, se conmemoró el Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino. En esta entrevista, la activista Jaldía Abubakra relata la realidad de un pueblo que se niega a desaparecer.
El 29 de noviembre de 1947, la Asamblea de Naciones Unidas (ONU) decide, sin consultar a la población originaria, la partición de Palestina (resolución 181) en dos estados (hasta el día de hoy, solo existe un Estado, el genocida de Israel). Mediante esta resolución, se le otorgó el 56 por ciento del territorio palestino al Estado ocupante israelí y dejó como resultado el desplazamiento de los nativos palestinos, el reconocimiento internacional de Israel y la legitimación de su presencia criminal en el territorio palestino.
Fue la antesala de la creación del Estado de Israel por parte del movimiento sionista, que venía trabajando por este objetivo desde más de medio siglo. La decisión de la Asamblea General de ONU dividió el territorio que el Reino Unido se autoatribuyó -y la entonces Sociedad de Naciones legalizó como Mandato al final de la Primera Guerra Mundial-, rematando la prolongada e hiriente injusticia iniciada con la Declaración Balfour, del 2 de noviembre de 1917, por la que el gobierno de su majestad prometía un “hogar Judío” al movimiento sionista, activo y exigente desde el gobierno y las instituciones británicas.
Se llegaba así al final de un proceso de rechazo y resistencia de la población árabe-palestina, iniciado cuando se hizo efectiva la ocupación británica del país tras la ocupación de los territorios del Imperio Otomano vencido; y se hacía realidad el sostenido empeño británico en entregar el territorio a los sionistas para establecer el “hogar judío”. En la votación, se produjeron 33 votos afirmativos (que incluían los de Estados Unidos y la Unión Soviética), 13 en contra (los estados árabes y musulmanes) y 10 abstenciones. Todos los estados árabes en bloque, que habían formado la Liga Árabe (LA) poco tiempo antes, rechazaron de plano esa resolución, que declararon “nula e inexistente”.
El 14 de mayo de 1948, David Ben Gurion proclama la creación del Estado de Israel, justo después del fin del mandato británico en Palestina. La primera guerra estalla al día siguiente. Tras esta, Israel ocupa el 78 por ciento de la Palestina mandataria. Más de 760.000 palestinos se ven obligados a emprender un éxodo, conocido con el nombre de “Nakba” (Catástrofe, en árabe).
Refugiados en su propia tierra
En el marco del Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino, desde la Radio Popular Che Guevara – FM 103.1, entrevistamos a Jaldía Abubakra, activista palestina que formó parte de la Flotilla Mujeres Rumbo a Gaza, miembro de la campaña Boicot, Desinversión, Sanciones (BDS) y fundadora del Movimiento de Mujeres Palestinas Alkarama.
En primer lugar, cabe mencionar que la adopción de dicho día se dio en el marco de la ONU en 1977. Para nuestra entrevistada, tal designación es una “tomadura de pelo y un acto de hipocresía”, siendo el mismo organismo el que decidió la partición de Palestina y la ocupación genocida del ente sionista.
Jaldía nació con estatus de refugiada en su propia tierra: “Mi familia, en 1948, se refugió en la Franja de Gaza, yo nací ahí”. Como muchas familias palestinas, la familia de Jaldía, luego de la invención del Estado de Israel, “cuando las Naciones Unidas deciden la partición del territorio de Palestina y las bandas armadas terroristas sionistas ocupan los territorios palestinos (lo que el mundo hoy conoce como Israel), la gente, a través del terror y de las masacres, fue expulsada de sus tierras. Algunas salieron fuera del territorio de Palestina como, por ejemplo, los campos de refugiados en el Líbano, en Siria y en Jordania, pero muchos se fueron a la Franja de Gaza y a Cisjordania; por eso, hay campos de refugiados en Gaza o en Cisjordania también. Por ejemplo, en Gaza, casi el 70 por ciento de la población son refugiados de esos territorios ocupados en 1948”.
Gaza, un campo de concentración
En la actualidad, en la Franja de Gaza, son retenidas más de dos millones de personas en un espacio de 360 kilómetros cuadrados. “La Franja de Gaza está bajo bloqueo por agua y por aire por el régimen sionista hace 14 años –señala Jaldía-. Es la cárcel a cielo abierto más grande que hay en el mundo. Es más, es un campo de concentración. Se les permite solamente tener cuatro horas de electricidad al día. El 96 por ciento del agua en Gaza no es potable, no entran medicamentos, no se puede entrar ni salir, el ente sionista bombardea cotidianamente hospitales, escuelas y población civil. No se les permite pescar en la costa. No se les permite cultivar la tierra, los campesinos sufren ataques constantes del ejército sionista”.
Luego de más de 70 años de ocupación criminal, en Palestina “la gente ha quedado muy dividida entre Gaza y Cisjordania –relata la activista-. Entre los que estamos en la diáspora y los que quedaron en los territorios ocupados de 1948, han convertido al territorio palestino en ghettos o cantones (como había en Sudáfrica). No hay continuidad territorial. El apartheid que se practica en Palestina es aún más duro que el que se aplicaba en Sudáfrica. En Sudáfrica, al menos, la gente podía moverse en su territorio. Incluso, en la propia Cisjordania hay controles militares entre la escuela y la casa, o entre las propias casas. Muchas mujeres han dado luz en los checkpoints (puestos de control militares sionistas), porque no los dejaban pasar a hospitales, muchas personas han muerto en la ambulancia porque no te dejaban pasar al hospital. Es una política de destruir la población palestina y romper su voluntad de resistencia y lucha”.
El tapaboca que quiere imponer el sionismo
En varios países del mundo, el sionismo ha impulsado la idea de equiparar el concepto de anti-sionismo con antisemitismo, con el objetivo de perseguir, censurar y judicializar al activismo palestino a escala global.
En Argentina, el gobierno nacional, coherente con su historia de alianza con el sionismo, ha adherido a esta propuesta. Mientras en el mundo crecían las movilizaciones en rechazo a la propuesta anexionista estadounidense-israelí del “Acuerdo del Siglo”, de enero de 2020, que pretendía legalizar una ocupación ilegítima de un tercio de territorio palestino, el gobierno argentino accedía a adoptar la definición sionista de antisemitismo. Esta definición de antisemitismo, que fue acordada el 26 de mayo de 2016 por los 31 países miembros del IHRA (Argentina lo es desde 2002), es una construcción tendenciosa y cargada de contenido discriminatorio al negar los otros pueblos semitas. No es ilógico pensar que esto podría dar lugar a una serie de interpretaciones que -como ha sucedido en muchas ocasiones- lleva a impedir denuncias sobre violaciones de derechos humanos, ocupación ilegal de territorios o aplicación de políticas avasalladoras de la dignidad humana, como viene ocurriendo desde hace más de siete décadas con el caso del pueblo palestino.
Para Jaldía, “la palabra es muy importante. Hay que hacerle pensar a la gente. Las palestinas y los palestinos somos víctimas” de una ocupación genocida, amparada por la comunidad internacional en beneficio del imperialismo norteamericano. “La campaña de acosar a los activistas que defienden la causa palestina de antisemitas es muy fácil de desmontar, porque las palestinas y los palestinos son semitas, porque nunca hubo un conflicto religioso entre musulmanes, cristianos y judíos que habían vivido antes de la ocupación –afirma-. Antes de la llegada del sionismo, habían vivido en armonía. Nosotras somos antirracistas, luchamos contra un régimen de ocupación, contra un régimen de opresión que viola los derechos humanos, y hay personas judías dentro del movimiento de activismo de solidaridad con Palestina y cada día hay más, porque se van dando cuenta de que ese régimen sionista ha secuestrado sus voces y está hablando por ellos. Están cometiendo crímenes contra la humanidad en nombre de las personas judías, por eso, hoy, muchas personas judías se declaran hoy anti-sionistas”.
La manipulación y la perversión no ha tenido límites, “el ente sionista utiliza el sufrimiento y la persecución que ha habido en contra de las personas judías por parte de europeos para seguir cometiendo los mismos crímenes que ha cometido el nazismo contra no solamente la población judía europea, sino contra otras gentes (comunistas, gitanas, negras, árabes). Cometen los mismos crímenes raciales. Tenemos que abrir los ojos. Tienen que dejar de decir que cualquiera que critique al régimen de Israel es antisemita; todo lo contrario, los que son antisemitas son ellos, porque están cometiendo crímenes raciales contra personas que sí son semitas como las palestinas”, sintetiza la activista.
El derecho al retorno y las herramientas de resistencia
Jaldía lleva 35 años viviendo en España y luchando por el derecho al retorno. Cuando le preguntamos cuáles son las herramientas de lucha que tiene el pueblo palestino y lxs que defienden la causa palestina ante el imperialismo y la ocupación sionista, contesta que “las herramientas de lucha para el pueblo palestino son muchas y muy variadas. El pueblo palestino ha sido muy creativo en sus formas de lucha desde hace casi 100 años. Pero, desde afuera, lo que tenemos que hacer es no permitir que se criminalice la resistencia palestina o tacharla de terrorista o de violenta”.
Dentro de las novedosas herramientas y formas de resistencia, está la campaña de BDS, de la cual Jaldía es parte. Para la entrevistada, “tenemos una herramienta muy potente en nuestras manos como consumidoras, pero no solamente de productos, sino también de arte, de cultura, de deporte. Es una forma de presionar, de hacer que el precio de la ocupación no sea cero, no sea barato para el ente sionista. Ellos prueban armas en la población palestina y las venden como probadas en territorio. Ellos prueban técnicas de interrogatorio con presas y presos palestinos, y luego venden a otros regímenes también para usarlas en contra de otras poblaciones. Debemos exigirles a nuestros gobiernos que corten relaciones con ese ente criminal, violador de los derechos humanos”.
Por otro lado, Jaldía informa sobre una nueva iniciativa impulsada por las palestinas y palestinos en territorio ocupado y en la diáspora, conocida como La Ruta Alternativa Palestina.
Dicha propuesta “es una respuesta a toda la normalización que se está haciendo tanto por los países occidentales como los árabes y la Autoridad Palestina”, explica. La fecha de la convocatoria se da a 30 años del inicio de los Acuerdos de Oslo. Para Jaldía, “desde los Acuerdos de Oslo se han ido perdiendo más territorios, cada vez hay más represión y se han violentado los derechos más elementales de las palestinas y palestinos. Hay una generación de palestinas y palestinos nueva que no ha visto ningún cambio, que no ha participado en la elección de esa gente (Autoridad Palestina) que habla en su nombre. Es el momento de crear una iniciativa. Es un llamamiento a nuestra gente, tanto dentro de Palestina como fuera, de trabajar juntas para trazar una estrategia para la liberación de Palestina”.
*Por Radio Popular Che Guevara / Foto de portada: A/N