Mediterráneo Sur: armamento y militarización para frenar los flujos migratorios
La exportación e importación de armamento es un gran negocio que tiene su justificación en la contención de los miles de refugiados y refugiadas que huyen forzadamente de sus países.
Por Rebelion
Los cinco grandes exportadores de armas de la región mediterránea -con el 99,5 por ciento del total de las ventas- son Francia, España, Italia, Israel y Turquía. Argelia, Egipto, Turquía, Marruecos e Israel captan el 74 por ciento de las importaciones de armamento en el Mediterráneo (2009-2018), todos ellos países en situación de conflicto armado y tensión, y con situaciones complejas de gestión de las personas desplazadas por la fuerza.
El Mediterráneo es escenario del 16,8 por ciento de las exportaciones de armas mundiales, y se sitúan como los cinco mayores exportadores de la región, en los últimos 10 años y en orden de importancia, Francia, España, Italia, Israel y Turquía, siendo este último el país que, con creces, ha aumentado más sus exportaciones (un 478 por ciento). Las exportaciones de estos cinco países representan cerca del total de las exportaciones de la región, acaparando en 2019 el 99,5 por ciento.
En cuanto a las importaciones de armas en el Mediterráneo, se identifica un aumento del 37 por ciento en los últimos 10 años. Los países que han importado más armamento son, en orden de importancia, Argelia, Egipto, Turquía, Marruecos e Israel, y conjuntamente acumulan el 74 por ciento del total de las importaciones.
Un estudio de nueva publicación elaborado por el Centre Delàs d’Estudis per la Pau, en colaboración con Novact y Suds -en el marco del trabajo que realiza el ODHE (Observatorio de Derechos Humanos y Empresas en el Mediterráneo)-, muestra el papel de los países europeos en el comercio de armas y la militarización del Mediterráneo Sur (la cuenca Sur y Este de la región mediterránea), una de las regiones del mundo con los indicadores más alarmantes en relación a la existencia de conflictos armados, violencias y vulneraciones de derechos humanos.
A partir del análisis de diferentes indicadores sobre seguridad y defensa (gasto militar, efectivos militares, comercio de armas y renovación de arsenales militares) en la última década, las conclusiones de la investigación constatan que los países del Mediterráneo han seguido un proceso de militarización enfocada a frenar los flujos migratorios, una consecuencia de los conflictos de la región, África y Medio Oriente, y de la situación de inestabilidad y desigualdades.
El working paper El Mediterráneo, una década de políticas militaristas. Armas y militarización del mediterráneo Sur destaca la tendencia creciente del gasto militar de los países de la zona, que alcanza en conjunto los 170 millones de dólares, el 10 por ciento del gasto militar mundial. Argelia, Turquía, Túnez y El Líbano son los países que presentan un mayor aumento de sus gastos militares (Argelia un 85 por ciento y Turquía un 65), mientras que se identifica una ligera disminución de los países europeos de la región, debido a la crisis económica del año 2008.
Por otra parte, se identifica una reducción del número de militares en activo en el Mediterráneo, que han disminuido un 25 por ciento desde el año 2009; una reducción que se ha compensado, en algunos países, con el mantenimiento o incluso el aumento de las fuerzas paramilitares, especialmente en Turquía, Egipto, Argelia y Marruecos. Jordi Calvo, coordinador del Centre Delàs y autor del informe, apunta que “el Mediterráneo sigue una lógica global que nos lleva hacia unos ejércitos menos numerosos pero más modernizados, con mayores capacidades técnicas y acceso a sistemas de armas más complejos, y con funcionalidades que se alejan de los parámetros de los ejércitos tradicionales, como la vigilancia y control de personas migrantes y desplazadas por la fuerza”.
La investigación pone también el foco en las tipologías de armamento que se han adquirido por parte de los países de la región mediterránea durante el periodo estudiado (basándose en los datos publicados por Military Balance), y muestra una tendencia a la modernización de las flotas de vehículos, con la compra de blindados, buques de guerra, buques patrulleros y guardacostas, helicópteros y aviones. También destaca la adquisición de dispositivos de control y vigilancia, como radares, sensores y satélites, mostrando esta tendencia a la militarización con el fin de interceptar e impedir la llegada de las personas migradas y refugiadas que huyen de las violencias en sus hogares y encuentran más violencias en las fronteras en su trayecto migratorio.
En este contexto, las grandes empresas militares y de seguridad también encuentran un lugar destacado en la región. En el “Top 100” de empresas militares mundiales con mayor facturación, elaborado anualmente por el SIPRI (Stockholm International Peace Research Institute), se encuentran 14 compañías de la región en 2018. Destacan algunas de las principales empresas de aeronáutica y construcción naval militares de Francia (Thales, DCNS, CEA y Nexter), Italia (Leonardo Finmecanica, Selex y Fincanteriri), España (Indra y Navantia), y las transeuropeas MBDA y Airbus Defence and Space. Entre las destacadas además se sitúan las israelíes Elbit Systems, Israel Aerospace Industries y Rafael, o las turcas Aselsan y Turkish Aerospace Industries.
En cuanto al arsenal militar de los países del Mediterráneo Sur, el análisis identifica un descenso en la década 2009-2019, que se atribuye a varios factores, entre los cuales se destaca el incremento de la tecnificación del armamento y su versatilidad, y su capacidad de adaptación que hace que con menos cantidad logre el mismo objetivo. Gemma Amorós, miembro del Centre Delàs y también autora de la publicación, apunta que “la catalogación de los armamentos es variable y esto produce cierta ambigüedad a la hora de saber el uso final: un mismo modelo de helicóptero, por ejemplo, se puede utilizar para transporte o para control fronterizo”.
*Por Rebelion / Foto de portada: Reuters