La revolución por la ventana

La revolución por la ventana
16 agosto, 2019 por Gilda

Este viernes, el Centro Cultural Revolución cumple tres años. La casa situada en barrio Crisol Sur desarrollará una serie de actividades por el aniversario. Una propuesta donde lo personal se vuelve político cada mañana. Un espacio en construcción que plantea cotidianamente que la salida es colectiva.  Un territorio de autogestión, de enfrentamiento a la crisis económica y habitacional, de una política de los afectos que nos salva del individualismo. 

Por Débora Cerutti para La tinta

“Abrimos las puertas siempre.
La Casa es refugio de proyectos, de sueños, de fantasías, de amistades,
compañerismo, de un montón de cosas, de mucho conocimiento colectivo y aprendizaje constante.
La casa es eso, un ecosistema, en que podés aprender con el otro, ayudar a crecer”.
Anni

A la casa se entra por la puerta grande, por el balcón, por el patio, por las ventanas. Se entra de la mano con alguien o sola. A los abrazos. Con el corazón abierto. En la casa se pregunta si estás bien, si necesitás algo, si comiste, si tenés abrigo. Llegás en bici, en bondi, caminando, pero llegás. Y cuando entrás y preguntás por la salida, alguien te va a responder que es por la puerta grande, por el balcón, por el patio, por las ventanas, por donde vos quieras. Pero siempre, siempre colectiva. 

Algunos días en la casa te podés encontrar con el consultorio emocional, o la lectura en voz alta del horóscopo negro (con imitaciones de tonadas centroamericanas), o una sopa calentita, o las tres cosas a la vez. También puede que nos escuches renegando porque los dueños no se quieren hacer cargo de las manchas de humedad o de los arreglos estructurales que hay que hacer en las paredes sesentonas de esta casa que, dicen, fue clínica… que, dicen, hay fantasmas. Capaz alguien diga que se acabó el papel higiénico, y otro pregunte donde están las medias. Y alguien agradezca que le descolgaron la ropa y la doblaron antes de que se largue la lluvia. 

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En Casa Revolución, vas a encontrar olor a tortilla de avena y huevos revueltos por la mañana. Mate siempre, café rico cuando hay plata. Las conversaciones matutinas pueden rondar las noticias de la radio, las luchas de cada día, y quién va a cubrir qué. Está lo de Porta, esta tarde hay marcha por Santiago, mañana es el Eneagrama, el finde vamos a Juárez Celman, arranca la Cátedra Libre con la María Galindo, hay reunión en Casa Trece, pintamos unos murales, hicimos fotos en la intervención por el aborto, hay movida en el Observatorio, hay sala de Medio Negro. 

O tal vez, simplemente haya un buen día, buenas tardes, buenas noches y silencios. O música y baile. O un fueguito encendido en el patio. Las discusiones sobre la coyuntura pueden ser acaloradas, las preguntas políticas sobre hacia dónde vamos y cómo articulamos las resistencias nos transitan el cuerpo y a veces se transforman en un meme.  Si las paredes y la gata hablaran.

Somos revolución

Centro Cultural Revolución se presenta como “una casa en permanente proceso de producción, construcción y formación. Una plataforma que sirve como herramienta de acceso libre, que permite la interacción de sujetos, proyectos y movimientos sociales con sus deseos y agenciamientos diversos”. Hay allí, una apuesta a la construcción de prácticas desde el feminismo, la justicia ambiental, el cooperativismo, la soberanía alimentaria, la cultura libre y la defensa de los derechos humanos. 

Y también lo colaborativo como forma de potenciar lo que cada una hace: compartir espacio de trabajo, herramientas, conocimientos, mientras se aspira a la diversidad y el diálogo como potencias de transformación. Esto de la mano de pensar el sustento económico de quienes allí habitan desde el plano cooperativo como forma organizativa de quienes aspiramos al trabajo sin patrón y libre de alienación. 

Pensado para dar visibilidad a artistas trans, mujeres, lesbianas, no binaries y artistas emergentes de las artes visuales, la música y la poesía, Centro Cultural Revolución existe como un espacio para eventos, para ciclos de muestras efímeras, para talleres. 

Fenómeno es una propuesta que tienen lugar en la Casa, y que busca “generar un fenómeno virtual y físico de producción, experimentación e intercambio colaborativo”, cuentan sus integrantes. Un laboratorio para investigar, experimentar y sistematizar procesos pedagógicos y de producción colaborativos. Funciona allí también Hospeda Cultura, que conecta hospedajes solidarios en todo el mundo, una red de personas que deciden abrir sus casas a una comunidad de artistas, gestores, activistas. Y Medio Negro, un colectivo de comunicación social y mediactivismo cultural que produce imágenes y movimientos en la construcción de narrativas para la época que nos parió. 

La salida es colectiva

“Estamos debatiendo la habitacionalidad para poder producir”, dice Marcos, uno de los integrantes de la Casa. Y reflexiona respecto a lo que implica haber decidido alquilar una casa para uso habitacional y también para producir cultura en época de crisis. 

La frase “la salida es colectiva” surge en procesos asamblearios entre comunicadores, artistas, editoras de Córdoba, con distintas trayectorias y procedencias, “pero todxs en una situación compleja a nivel de sustentabilidad económica, de espacios para mostrar lo que se hacía, para tocar en vivo”, continúa Marcos. Otro de los habitantes, Manuel, postula que la Casa, y la forma de pensar que la salida es colectiva, tiene que ver con prácticas antiguas de producir cultura: “Estas experiencias son comunitarias, más allá de la forma que le vamos dando. Y esa es la magia, que logramos conectar nuestras experiencias comunitarias con otras experiencias muy antiguas”. 

“Nuestros espacios han sostenido durante el macrismo, la circulación artística, porque garantizan que se sostengan actividades culturales para las clases trabajadoras”, afirma Manuel. En las palabras de Anni, la Casa aparece como un refugio de personas y proyectos: “En los momentos más difíciles hemos estado más activas que nunca. En un momento crítico la supimos hacer bien para nosotras y para otra gente. Si no estábamos unidas no había Casa Revolución, no había forma de sobrevivir”.

Pero la Casa no sólo sobrevive los embates del macrismo, del capitalismo, del machismo, y de todos los ismos que nos hacen mal. También hace cuerpo y risas la potencialidad del humor como acto político de la resistencia: celebrar y, al decir de Benedetti, defender la alegría como trinchera.   

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El evento

Hoy viernes a partir de las 20 el Centro Cultural tira un poco de revolución por la ventana. Para que salga a la calle a hacer chispazos, a contagiar, a bailar, a incendiar. Dentro de la casa se realizará la Edición 17 del  Ciclo de Muestras Habitar el Futuro, con la muestra intergaláctica de Noelí Riber, Huari Pereyra Luque, Gal Sanhueza, Anni Halliday, Yb Caporizzo, Caramelo de limón, María del Carmen Cachin Marusich, y tendrá lugar la poesía transfeminista de Cairo, Lihui Anker y María José Brizuela, entre otras. 

Habrá música y sets en vivo a cargo de Mostro y Alan Rap, Contrafacto, Las dos cosas y Ramshet. Desde San Juan vienen a agitar el baile El Portal, con Fernanda Eneida, Semita Intergaláctica y Paula Nieto y Bianca. Habrá feria gráfica y chucherías, siempre necesarias, anuncian desde la invitación de CCR. La Casa no tolera actitudes machistas ni discriminatorias. 

*Por Débora Cerutti para La tinta.

Palabras claves: Casa Revolución, centro cultural

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