Brasil amanece con una huelga general
Gremios, estudiantes, movimientos sociales y partidos políticos de oposición se suman a una huelga general que busca detener las políticas de ajuste de Bolsonaro.
Por Redacción La tinta
Las principales centrales de Brasil encabezan, este viernes, una huelga general en todo el país en rechazo a las políticas económicas aplicadas por el gobierno del presidente Jair Bolsonaro. Las protestas se dan en el marco del inicio de la Copa América de fútbol, que reúne a las selecciones de todo el continente.
Las doce centrales sindicales brasileñas, con el respaldo de las organizaciones sociales y estudiantiles, participan de la medida de fuerza, que será acompañada de movilizaciones en todo el territorio. Los organizadores de la huelga advirtieron que “en menos de seis meses de (des)gobierno, Jair Bolsonaro ya puede ser considerado el presidente que más atacó la clase trabajadora y la sociedad en general desde la vuelta a la democracia”.
El descontento contra la administración del ex militar se vio reflejado el pasado 15 de mayo, cuando miles de estudiantes salieron a las calles para protestar contra los recortes en el sector educativo.
Los gremios que convocaron a la medida de fuerza denunciaron que la reforma previsional propuesta por el gobierno nacional invisibiliza a los jubilados, pero también a miles de brasileños y brasileñas en situación de vulnerabilidad, por lo cual la calificaron como “una de las propuestas más crueles de los últimos tiempos”.
Para las protestas de hoy, están convocados los trabajadores y las trabajadoras de los sectores públicos, como también judiciales, portuarios, camioneros y petroleros.
Las centrales obreras de Brasil alertaron que el Ejecutivo lleva adelante “una política económica ‘anti-pueblo’ y un programa ideológico ultraconservador y prejuicioso”. Para los gremios, Bolsonaro “profundizó los ataques iniciados hace casi tres años y está hundiendo el país en el desempleo, el hambre, la miseria y la falta de salud, educación y seguridad”.
Desde la Unión Nacional de Estudiantes (UNE), aseveraron que, con la huelga general, el gobierno será obligado “a retroceder sobre los cortes en educación y ciencia”. La presidenta de la UNE, Jessy Dayane, aseguró que “en todos los espacios donde hemos construido diálogos, debates y procesos preparatorios para la huelga, la adhesión es muy alta”.
Por su parte, el titular de Fuerza Sindical, Miguel Torres, declaró que “la unidad se hace en la lucha constante y estaremos juntos hasta el final para barrer la reforma provisional”. La reforma impulsada por el gobierno establece una edad mínima de jubilación en 65 años para hombres y 62 años para mujeres, mientras que los docentes tendrán una regla diferenciada con edad mínima de 60 años para hombres y mujeres.
“Los jóvenes serán afectados por las nuevas reglas. Si se aprueba la reforma de las pensiones, los estudiantes de hoy van a trabajar mucho más o probablemente no van a jubilarse”, añadió Dayane. La titular de la UNE recordó que en el Brasil actual existen 13,2 millones de desempleados.
En tanto, Alexandre Finamori, de la Federación Única de Trabajadores Petroleros (FUP), expresó: “Podemos enumerar a simple vista la privatización de las refinerías, el cierre de plataformas petrolíferas en Ceará y el desmantelamiento del sistema de Petrobras”.
La huelga general que cruza a todo Brasil se realiza unos días después de que el sitio The Intercept difundiera las conversaciones entre el ex juez Sérgio Moro y fiscales de la operación anticorrupción Lava Jato, en donde se revelan los planes y estrategias para mantener detenido de forma ilegal al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
En nuevos mensajes revelados por The Intercept, se compromete al vicepresidente del Supremo Tribunal Federal (STF), Luiz Fux. Según el portal, en un mensaje del 22 de abril de 2016, el coordinador de la fuerza de tarea de Lava Jato, el procurador Deltan Dallagnol, relató a Moro que tuvo una conversación ese día con Fux. Durante ese diálogo, Dallagnol comentó que Fux declaró su apoyó a Moro -en esa época juez responsable de los procesos de la Lava Jato en la Justicia Federal de Paraná- en una “caída de brazo” con el entonces ministro del Supremo Teorí Zavascki, muerto en enero de 2017 en un accidente aéreo.
En sus primeras publicaciones, The Intercept denunció que “las conversaciones entre Moro y Dallagnol demuestran que el actual ministro (de Justicia y Seguridad Pública) se ha entrometido en el trabajo del Ministerio Público -lo que está prohibido – y fue bien recibido, actuando de manera informal como un auxiliar de la acusación”.
El portal precisó que “la actuación coordinada entre el juez y el Ministerio Público por fuera de audiencias y autos (es decir, de las reuniones y documentos oficiales que componen un proceso) hiere el principio de imparcialidad previsto en la Constitución y en el Código de Ética de la Magistratura, además de desmentir la narrativa de los actores de la Lava Jato de que la operación trató a acusadores y acusados con igualdad”.
Moro y Dallagnol siempre fueron acusados de operar juntos en la Lava Jato, pero no había pruebas explícitas de esa actuación conjunta hasta ahora, señaló The Intercept.
Moro condenó, en 2017, a Lula a nueve años y seis meses de prisión por, supuestamente, haber recibió un apartamento en una playa de Sao Paulo, a cambio de favores políticos a la constructora OAS. El ex mandatario negó todas las acusaciones y denunció que existe una persecución política en su contra.
*Por Redacción La tinta