Lula sobrevuela Brasil
El domingo, se cumplió un año del encarcelamiento del ex presidente. Miles de personas en Brasil y en varias ciudades del mundo salieron a la calle para demandar su libertad.
Por Redacción La tinta
Decenas de miles de personas en varios estados de Brasil y en más de 40 ciudades del mundo este domingo pidieron la libertad del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien ese día cumplió un año de prisión. En el municipio de Caetés (Pernambuco), ciudad natal del máximo dirigente del Partido de los Trabajadores (PT), como en 17 capitales del país, las calles se llenaron de gritos por la libertad del ex mandatario. En las actividades que se realizaron en todo Brasil, los manifestantes denunciaron la persecución judicial que sufre Lula.
Lurian, hija del ex presidente, declaró que “hace un año que vivimos esa masacre psicológica contra nuestra familia. Fue un año muy duro, no solo por su prisión, pero también por todas las pérdidas que hemos tenido”. “Este amor, este calor de la militancia que le da fuerzas, nos da fuerzas también”, señaló Lurian.
Desde Río de Janeiro, el ex canciller del gobierno de Lula, Celso Amorim, calificó las manifestaciones como “conmovedoras”, pese a que fue “un día triste porque vemos el presidente Lula un año preso, privado de la convivencia con el pueblo que es su bien más preciado”.
En las actividades y manifestaciones, también se escucharon duras críticas a la actual administración de Jair Bolsonaro y su agenda de desmantelamiento de los derechos de la clase obrera, incluida la reforma de las pensiones.
Desde la cárcel de Curitiba, donde se encuentra preso, Lula envió una carta en la que aseveró que es un “preso político exiliado en mi propio país”. En el texto, el ex presidente remarcó que “jamás presentaron una sola prueba contra mí” y que, en la actualidad, se encuentra “separado del pueblo brasileño, de mis familiares y de los amigos más queridos”, ya que tiene prohibido “dar entrevistas, hablar y ser oído”.
Lula se refirió a su única salida en estos 12 meses de reclusión, cuando, a principios de marzo, se le permitió asistir al funeral de su pequeño nieto de 7 años, Arthur. “Brasil entero fue sorprendido por el inmenso e innecesario aparato represivo montado contra mí. Helicópteros, militares portando armamento pesado, todo para impedirme que incluso me acercara a aquellas personas solidarias con el dolor de un abuelo”, escribió el ex mandatario.
“Pensaban que la imposición de ese largo silencio callaría para siempre mi voz, porque no han podido callarla ni la podrán callar, porque somos millones de voces”, manifestó Lula en la carta. El ex presidente, además, expresó que el gobierno y los poderes que lo sostienen no solo le tienen miedo a él, sino a “los millones de Lulas, porque ellos saben de lo que somos capaces cuando nos unimos para transformar este país”.
Por su parte, Fernando Haddad, ex candidato presidencial del PT, criticó al actual ministro de Justicia, Sergio Moro. Desde la ciudad de Florianópolis, Haddad encabezó un acto en el que destacó que “Moro viste la camiseta de Jair Bolsonaro y la Justicia no puede tener fanaticada. Transformó el juicio de Lula en una cuestión personal y no de derecho. Un juez no puede tomar partido, no puede tener afiliación partidista”.
Haddad indicó que existe “una conciencia mayor de que se cometió una injusticia grave” contra el líder brasileño y que esta “debe ser reparada por los tribunales superiores”, apelando a la acción del Superior Tribunal de Justicia (STJ) y al Supremo Tribunal Federal (STF).
En tanto, Cristiano Zanin Martins, abogado defensor de Lula, afirmó que, ante las flagrantes arbitrariedades judiciales en el proceso, solo se puede esperar como resultado la anulación de la detención del ex mandatario. “Hemos apelado a los tribunales superiores y entendemos que esos recursos deben llevar a la anulación de la sentencia condenatoria porque viola duramente la legislación federal y también la Constitución Federal”, explicó el letrado.
Todavía no hay una fecha para que el Superior Tribunal de Justicia (STJ) analice el recurso especial presentado por la defensa del ex mandatario. Sin embargo, un resultado positivo para el ex presidente parece estar distante. El abogado criminal Fernando Hideo opinó que los órganos judiciales se orientan por el contexto político del país y por la consecuente “necesidad” de mantener a Lula en la cárcel, ya que, en caso contrario, decisiones recientes del propio poder Judicial deberían ser consideradas en el análisis del STJ.
Durante el primer semestre de 2019, el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas debe analizar el caso de Lula, en respuesta a una solicitud presentada por la defensa del ex mandatario. Según Zanin, se esperaba que el caso fuera analizado durante la reunión del comité realizada en marzo, pero un nuevo comunicado enviado por el gobierno brasileño a las Naciones Unidas postergó el análisis, que ahora debe ser realizado en otras reuniones agendadas para julio y noviembre de este año.
Al cumplirse un año del encarcelamiento de Lula, también se conocieron encuestas que muestran la caída de popularidad de Bolsonaro. Según la firma Atlas Político, en un sondeo realizado sobre 2 mil personas entre los días 1 y 3 de abril, apenas el 30,5% de los consultados considera “óptima” o “buena” la gestión del actual mandatario, en comparación con el 38,7% de febrero, según otra encuesta de la misma consultora. Entretanto, el 31,2% apuntó que su gestión es “mala” o “pésima”, cifra superior al 22,5% que lo pensaba hace dos meses.
En tanto, Datafolha realizó una encuesta que tuvo como resultado que el 59% de los entrevistados estimó a Bolsonaro muy inteligente, pero, con tres meses de gobierno, Lula era apreciado con esa facultad por el 69% y Rousseff por el 85%. Los datos confirman que el político de extrema derecha aparece con la peor evaluación registrada para un presidente al inicio de su mandato desde el término de la dictadura militar (1964-1985), señalaron medios internacionales.
En otra arista de la encuesta, un 42% de los interrogados piensa que Bolsonaro trabaja poco, el 54% que Rousseff lo hace mucho y el 70% que Lula labora de forma considerable.
Datafolha también preguntó a los entrevistados sobre otras características del ex capitán del Ejército y el 57% asegura que respeta más a los ricos. El estudio señaló, a su vez, que, para el 61% de los encuestados, el ex militar ha hecho menos durante los últimos meses de lo que se esperaba de él tras asumir el poder el 1° de enero.
La “Jornada Lula Libre”, con la cual se demanda la liberación del ex presidente, se extenderá en todo el mundo hasta el 10 de abril.
*Por Redacción La tinta