Un año sin Marielle Franco, asesinada por las ideas políticas que sembró
El 14 de marzo de 2018, la política y activista brasileña Marielle Franco fue asesinada. Un año después, dos sospechosos fueron detenidos.
Por Luna Gámez para Pikara Magazine
Marielle Franco convirtió en asunto de interés político las opresiones a las que cada día se enfrentan las mujeres, principalmente las mujeres negras. Marielle fue altavoz de las violaciones de los derechos de las poblaciones de las favelas de Río de Janeiro y denunció los abusos de las intervenciones violentas de la Policía Militar. Marielle era un grito de defensa de los derechos LGBTI y se le llenaba la boca de orgullo cuando decía que ella defendía “la libertad de ser y de amar”.
Formada en Sociología, Marielle nació y vivió toda su vida en la favela de la Maré, zona norte de Rio de Janeiro. En octubre de 2016, fue elegida concejala de Río de Janeiro y se convirtió en la quinta candidata más votada de las 51 elegidas para ocupar la Cámara Legislativa Municipal de Río de Janeiro.
Su lucha fue una semilla que, hoy, y a pesar de su muerte, continúa dando frutos.
“Marielle fue sumariamente ejecutada debido a su actuación política en defensa de las causas por las que luchaba”, confirmó este martes 12 de febrero una parte de la investigación del caso, que se hizo pública justo después de detener a los dos primeros sospechosos directos del asesinato de la concejala y activista: Ronnie Lessa, acusado de realizar los 13 disparos registrados por la investigación, cuatro de los cuales alcanzaron a Marielle; y Élcio Vieira de Queiroz, sospechoso de estar conduciendo el coche desde el que se produjo el ataque armado.
Faltaban dos días para que se cumpliese un año de la fatídica noche del 14 de marzo de 2018 en la que asesinaron a Marielle y Anderson Gomes, el conductor del coche en el que ella se desplazaba junto a su asesora, Fernanda Chaves, que fue la única superviviente del ataque. 363 días después de este doble homicidio, se desvelan los primeros detalles de una investigación que, durante todo este tiempo, avanzó con sigilo policial. Organismos como Amnistía Internacional (AI) criticaron la supuesta falta de imparcialidad en el trabajo de investigación de la Policía Civil y, hasta hoy, denuncian ciertas interferencias en el caso. En febrero, AI publicó el “Laberinto del Caso de Marielle”, un documento con preguntas que aguardan respuestas específicas de las autoridades sobre algunos puntos de la investigación, como la presencia de munición de la policía en el lugar del crimen o la participación de algunos agentes para obstaculizar la investigación.
En la madrugada del martes, el cuerpo de Policía Civil de la Comisaría de Homicidios de Río de Janeiro, encargado del caso, detuvo a los dos acusados en sus residencias junto con la ayuda del Ministerio Público. Lessa vivía en el complejo residencial de lujo “Vivendas da Barra”, en la zona oeste de la ciudad, el mismo donde Jair Bolsonaro tiene su casa principal y donde residía hasta ser elegido presidente de Brasil.
Algunos descubrimientos del caso apuntan a una posible relación de los sospechosos con algún grupo de milicias de Río de Janeiro. Los dos acusados son antiguos policías militares, el primero jubilado desde que perdió una pierna en una explosión en 2009 y el segundo excluido del cuerpo policial en 2016 por prestar servicios ilegales de seguridad, además de haber sido previamente acusado por corrupción e implicación con traficantes en la “Operación Guillotina” en 2011. Además, el agente delegado de la Comisaría de Homicidios encargada del caso, Giniton Lages, afirmó que Lessa muestra sus diferencias ideológicas de forma violenta. Debido a lo que han denominado como una “obsesión” del acusado por ciertas personalidades políticas de izquierdas, a quienes investigó durante meses, como fue el caso de Marielle Franco, la policía añade a la acusación de homicidio el agravante de inmoralidad.
“No basta con arrestar mercenarios, es importante saber quién mandó articular todo esto y cuál fue la motivación”, afirmó Monica Benicio, viuda de Marielle, durante la rueda de prensa de presentación de los resultados de la investigación que, por ahora, pueden hacerse públicos. “Quién está detrás del asesinato de Marielle es alguien que cree que el cuerpo de una mujer negra y lesbiana no vale nada”, afirmó Benicio en octubre en una entrevista concedida a Pikara Magazine. “La figura de Marielle podía ser una amenaza para algunos por lo que ella podría llegar a convertirse como política”, añadió su antigua compañera que hoy lucha para exigir que este caso sea aclarado y para mantener vivas las ideas políticas de Marielle.
El cuerpo de policías e investigadores encargados del caso anunciaron que el siguiente paso consistirá en averiguar si existió un autor intelectual del delito, es decir, alguien que ordenó o contrató a Lessa y Vieira para ejecutar a la defensora de derechos humanos. A la espera de novedades, diversos eventos han sido planeados para inundar las calles de Río de Janeiro este 14 de marzo pidiendo justicia por el asesinato de Marielle y Anderson. Han pasado 365 días y estas voces no se cansan de preguntar ¿quién ordenó el asesinato de a Marielle? Y ¿cómo protegemos a las defensoras que todavía están vivas?
*Por Luna Gámez para Pikara Magazine