Jornadas de Estudios sobre la Imagen: «La cárcel y la calle» de Liliana Sulzbach
Por Nahuel Blazquez para La tinta
“Es una rutina, todo se vuelve rutina. Una rutina a la que una no se acostumbra, una se adapta a ella.
Ahí es tan extraño que cuando te toca librarte estas amarrada a ella, ¿se entiende?
Una pasa tanto tiempo en la cárcel que se vuelve loca, loca por deshacerse, librarse, una quiere libertad.
Cuando esa libertad llega estamos tan involucradas en ese mundo cerrado que una hasta se siente mal al pensar salir”.
En el marco de las I Jornadas de Estudios sobre la Imagen. Reflexiones desde las Ciencias Sociales, el jueves 22 de noviembre en el Museo de Antropología a las 17:30 se proyectará el documental multipremiado de Liliana Sulzbach «O Cárcere e a rua» (2004) -traducido como “la cárcel y la calle”-, ganador del mejor largometraje en el Festival Internacional de Cinema Femenino (Río de Janeiro, Brasil), mejor documental en el Festival de Gramado (Río Grande do Sul, Brasil), en el Festival de Film Documental y Etnográfico (Belo Horizonte, Brasil) y en el Festival Internacional El Ojo Cojo (Madrid, España).
La actividad propuesta para estas Jornadas de Imagen y Ciencias Sociales emergen dentro del «Núcleo de Antropología de lo Visual» a partir del anhelo de encontrarnos con hacedores de la imagen (fotográfica y audiovisual) que estén pensándola desde múltiples lugares. Nos convoca el deseo de cruzar distintos saberes, perspectivas y herramientas que nos ayuden reflexionar sobre los modos en que se instituyen un orden visual a partir de los dispositivos del mirar.
Rodado en el establecimiento penitenciario Madre Pelletier y en algunos paisajes urbanos de Porto Alegre, Liliana Sulzbach narra los efectos del encarcelamiento en su máxima expresión: retrata la porosidad que delimita el afuera con el adentro. Persigue las marcas de la calle dentro de la cárcel y las de la cárcel en la calle. ¿Qué hacer con la libertad?
Para realizar este documental la directora pasó algo más de tres años acompañando distintas actividades en contextos de encierro, entrevistó a más de 100 detenidas, para luego enfocar con tanta densidad como cuidado la trayectoria de tres mujeres. Claudia Rullian es una señora negra, tiene 54 años, más de la mitad de su existencia la pasó encerrada, ahora está a punto de entrar en el régimen de semi-libertad. Daniela Cabral, de 19 años, culpada de infanticidio y con un hijo a punto de nacer, acaba de caer presa. Betânia Fontoura da Silva, con 28 años de edad, abandona el régimen cerrado hacia uno con mayores libertades.
“Lo que las personas piensan allá afuera era lo que yo también pensaba: hay que sacarlas de la sociedad, son personas que no pueden convivir en sociedad. Saquémoslas. No somos nada para ellos allá afuera. Lo sé y tengo certeza de eso, nosotras somos insignificantes. Si nunca saliéramos, para ellos sería mejor”.
Lejos de las navajas y los cuchillos caseros con los que estamos acostumbrados a consumir imágenes mediáticas de las truculentas ficciones de los mundos de encierro, Sulzbach escenifica la segregación y precariedad estructural que caracteriza a estas instituciones de otra manera. No es el costado grotesco de penitenciarios corruptos, chorros de sangre y motines violentos lo que toma forma en este documental. La trama aquí retrata pequeños episodios domésticos y cotidianos: en qué parte de la ciudad tomar el colectivo, dónde comprar la tintura para el cabello y cómo sobreponerse a la depresión. “Nadie logra cumplir pena sin tomar calmantes”, remarca Claudia.
De silencios y sensibilidades están labradas estas imágenes. El o la espectadora encontrará la mirada amable de la directora para observar las redes afectivas que se entretejen en el establecimiento penitenciario Madre Pelletier.
Sin seguir un orden cronológico, el documental alterna el tránsito de estas tres mujeres a lo largo de sus recorridos. En ningún momento queda explícito en la realización audiovisual cómo es que entran las cámaras a la prisión o cómo éstas acompañan a las mujeres entre el adentro y el afuera de límites de los muros, sus visitas y encuentros íntimos. La directora nos agarra y lleva de las manos sin que nos demos cuenta. En esta obra Sulzbach entrelaza la culpa introyectada en las vidas de las mujeres al mismo tiempo que capta los irreprimibles deseos de vivir. Las paradojas del encierro…
La proyección del documental estará seguida de comentadoras que trabajan dentro de cárceles de mujeres. Cada intervención es singular de la otra al igual que los abordajes que acompañan los recorridos profesionales: antropología, semiótica, sociología, criminología crítica, abogacía, letras, pedagogía y filosofía. Punto importante para pensar críticamente y resquebrajar los caricaturizados mundos de encierros. La visualización de representaciones que consumimos sobre prisiones en el cine y series mainstream refuerza nuestra creencia de que las cárceles son tan necesarias como inevitables. Angela Davis es enfática sobre este punto: es virtualmente imposible evitar consumir imágenes carcelarias.
► Participan: Lulú Scoles (MuGeres con Voz) – Maia Milman (Bucear sin Agua) – Ab. Inés Leon Barreto (Derecho a pensar en libertad) – Ab. Marcia Videla Ayala (PUSyC) – Beatriz Bixio y Patricia Mercado (PUC). Modera: Nahuel Blázquez (docente PUSyC). Encontrá el programa completo de las Jornadas de imagen y Ciencias Sociales aquí.
* Por Nahuel Blazquez para La tinta.