Concierto triste, el abrazo del Fauno en tiempos incendiados
Franco Dall’amore y Camila Sosa Villada presentan esta noche, en Documenta Escénicas, un repertorio para reconciliarnos con la tristeza. Boleros y folclore popular latinoamericano para narrar los amores que no están.
Por Soledad Sgarella para La tinta
Guitarrista y compositor, Franco Dall´amore es uno de los músicos más activos de la escena local. Recibido de La Colmena, alumno de canto de Guadalupe Gómez, desde el 2009 tiene una intensa actividad en los escenarios como músico sesionista en compañía de otros artistas -de la talla de Jenny Nager o Juan Iñaki– o en proyectos propios, como Cuarto Azul (trío conformado con Gonzalo Bissón y Santiago López) o Roda do samba (grupazo de artistas que hacen y disfrutan música brasilera en Córdoba).
Invitado por Camila Sosa Villada, armaron una presentación con la que convocan a conectarnos con la tristeza a través de las melodías y las letras. Como dicen ellos, un show destinado “a los amores de otro tiempo, a la piel de esos amores. Los que dijeron adiós, rompieron nuestras cartas y dejaron tras de sí un reguero de palabras que explicaban torpemente algunos sentimientos (…) Al amor, un Concierto Triste, una mordida, un beso, una canción para llorar que ya no estamos juntos”.
La tinta habló con él para preguntarle sobre el concierto, pero además aprovechamos y le preguntamos sobre el papel del arte hoy. Nos respondió con magia, con la magia del Fauno que nos abraza y nos hace crear.
—¿Por qué una oda a la tristeza en forma de música?
—Como dice Camila: porque podemos, porque queremos. Y sí, un poco eso y también porque nos parece que en estos contextos socio-políticos, culturales y económicos tan hostiles, donde nos encontramos con mucha angustia… bah, donde lo primero que viene es angustia y desesperación, la tristeza queda a un lado.
Como que no se nos permite sentir tristeza ¿no?
Porque en realidad creemos que la tristeza nos da lugar a superar las cosas, a ponernos creativos y que consideramos que es importante vivirla, de esa forma. Darle el lugar, que es donde aparece la creatividad.
—Contanos un poco el repertorio y cómo lo eligieron.
—El repertorio son varios boleros, y algunas músicas del samba canción, que es un género de la música brasilera que ya yo vengo laburando bastante con esa música, y yo creo que a la Cami se le ocurrió también sumar eso, por el recorrido.
Lo lindo es que hablan del amor, y de la separación, no desde el lugar del reclamo, si no como desde la anécdota, sabiendo lo que está ocurriendo y contando eso. No desde ese “me dejaste” y ese tipo de letras y canciones…
Es verdad, es un repertorio medio desgarrador, pero bueno, desde ese lugar. Desde el contar algo. Y lo fuimos proponiendo entre los dos, se nos fueron ocurriendo, intentando mantener un hilo…. viene bastante triste la cosa eh (risas).
Todo en modo menor, musicalmente hablando y un repertorio más bien de compositores de mitad del siglo XX, de la música popular latinoamericana, por ese lado.
—Hablabas de los contextos hostiles… ¿sirve la música para algo en estos contextos incendiados?
—Sí. Para mí que lo vivo a diario, casi me parece una obviedad, pero viendo lo que se genera en las otras personas, me parece que ahí puedo evidenciar la importancia de que estemos constantemente tocados por la música, por el arte, y llevarlo como un estandarte, para combatir.
Ponernos combativos pero desde este lugar, desde la creatividad, la sanación, el despertar una conciencia de las cosas que, a través de la opresión, intentan borrar de los sentimientos, de las mentes. Tenemos que tomar las armas con la música, con lo que tengamos a mano y combatir todo eso.
Mirá, justo ayer hablaba con alguien… para mí, una película que tiene una imagen muy fuerte, que representa eso, el cómo combatir esos momentos, esos contextos incendiados, como decís vos, me parece que es El laberinto del fauno. A mí siempre me emociona pensar en eso: hay una parte que el fauno abraza a la niña, y esa imagen es la representación de cómo la imaginación te puede abrazar en un contexto sumamente incendiado, hostil.
Así que sí, eso para mi es la música, ese abrazo del Fauno. Ese abrazo en los momentos más difíciles y que no es solamente contención, sino una pulsión. Una pulsión constante a generar, generarnos, generarse, regenerarse.
Profundamente y sin dudarlo, sirve.
*Por Soledad Sgarella para La tinta. Fotografías: Mery Palacios.