Moira Millán, rebelde con causa
En el Enredando las Mañanas de este jueves, dialogamos con la weichafe mapuche Moira Millán, quien está siendo perseguida por acompañar un reclamo frente al juez federal Guido Otranto contra la represión y las torturas sufridas por miembros de la lof Vuelta del Río. “Podrán encarcelarme a mí, podrán extraditar al lonko Facundo (Jones Huala), seguir asesinando a nuestro pueblo, pero se van a seguir levantando guerreros y guerreras, porque nuestra visión y nuestra espiritualidad nos lleva a respetar la vida y vamos a defender la vida”, aseguró.
Por La Retaguardia
En septiembre del año pasado, en el marco de una investigación por la desaparición de Santiago Maldonado, el juez Otranto ordenó un allanamiento a la lof mapuche Vuelta del Río, cercano a la localidad de Esquel. El procedimiento se realizó “con mecanismos híper violentos, donde Gendarmería llegaba a las comunidades como una puesta en escena de una película de acción hollywoodense, con helicópteros que aterrizaban en el patio, integrantes de las Fuerzas Armadas entrando a las patadas a las casas humildes de nuestra gente, arrastrando a las hermanas y hermanos que se encontraban durmiendo, cometiendo vejámenes, abusos de todo tipo, torturas”, relató Moira Millán.
“Esto sucedió el 17 de septiembre, con lo cual el día 18, miembros de la comunidad me piden a mí que me acerque a la comunidad y escuche los testimonios de la gente que había sido torturada. Fue tremendo, fue desgarrador, hubo situaciones de humillación sexual sobre hombres ancianos, yo creo que incluso la Gendarmería actuaba bajo los efectos de las drogas”, aseguró la weichafe. “En medio de todo esto, se hizo un trawun, una asamblea, y se decide bajar a la ciudad de Esquel para ocupar pacíficamente el juzgado federal y pedir tres cosas: el primer punto, la investigación de los abusos cometidos por las fuerzas de seguridad y la desafectación de esos personajes siniestros que conforman las fuerzas represivas e incluso la cárcel para ellos; lo segundo que se pedía era, por supuesto, la investigación de las irregularidades y todos los mecanismos turbios e improcedentes que estaba utilizando el juez Otranto y también su renuncia; finalmente, el cese del hostigamiento y de la represión contra las comunidades mapuche”, detalló.
“Esta ocupación duró desde las 9 horas hasta las 2 de la tarde, en que el juez Guido Otranto se dignó a dar la cara y recibir a los miembros de la comunidad Vuelta del Río”, recordó. “Él puso una barrera de policías entre él y nosotros y cada lamgen, cada hermana y cada hermano, dio testimonio de las torturas recibidas y pidió, por supuesto, la investigación y, al finalizar cada testimonio, se le pedía su renuncia; hasta se le explicó la concepción de justicia desde el punto de vista mapuche, desde nuestra cosmovisión, que entendíamos que había un círculo de armonía que había sido quebrantado y que la única manera de repararlo era él renunciando”.
Un año después, el juez decide acusar a Moira Millán por “coacción agravada” –un delito que podría tener una condena de entre dos y cuatro años de prisión-, apuntando solo hacia ella cuando había una veintena de personas participando de la acción. “No solamente la acusación es un invento, sino la manera en la que están elaborando la causa, porque el expediente está lleno de informes sobre mis viajes y mis relaciones con otros pueblos originarios, con otras organizaciones. Ustedes recuerden que Patricia Bullrich dijo que yo era vocera e ideóloga de la RAM, entonces necesitan inventar las justificaciones de esa declaración; pero basta con entrar a internet para ver mi labor en la organización y el fortalecimiento de las mujeres de todos los pueblos originarios de Argentina y, por supuesto, mi solidaridad con los pueblos de todo el mundo, por eso he viajado mucho, porque donde me pidan apoyo, voy a estar, entonces lo que se quiere castigar con esta causa es la solidaridad”.
El próximo 19, la weichafe tiene que presentarse a indagatoria para que Otranto determine si considera que hay elementos para llevarla a juicio. “A mí me parece una locura terrible, una pesadilla, algo que no puedo creer, que quieran encarcelarme por ser solidaria”, aseguró.
“El Pueblo Mapuche no ha dejado de luchar nunca; la Nación Mapuche está constituida territorialmente en un lugar geopolíticamente estratégico, la Wallmapu va del Pacífico hasta el Atlántico y, en ese territorio, tenemos yacimientos petrolíferos, gas, minerales, recursos forestales y, fundamentalmente, hay mucha agua dulce y eso genera la ambición de las trasnacionales que quieren operar de manera extractivista dentro del territorio”, argumentó Millán. “El Pueblo Mapuche es un pueblo con memoria, con dignidad y cuyo basamento ideológico y filosófico es el respeto y la armonía de las demás fuerzas con las que coexistimos, es decir, valoramos la vida, no la propiedad, entonces vamos a estar siempre peleando contra esos megaproyectos”.
“Como el Mariciweu dice ´por cada uno que caiga, diez se levantarán´, podrán encarcelarme a mí, podrán extraditar al logko Facundo, seguir asesinando a nuestro Pueblo, pero se van a seguir levantando guerreros y guerreras, porque nuestra visión y nuestra espiritualidad nos lleva a respetar la vida y vamos a defender la vida”, dijo. Y apuntó: “Han descubierto estos sujetos la corporocracia, porque al señor Macri no se le cae una idea, él lo único que hace es aplicar las políticas y los paquetes represivos que le envían de Norteamérica; se han dado cuenta que el entramado solidario entre el Pueblo Mapuche y la sociedad criolla puede ser muy peligroso para sus intereses millonarios, y un ejemplo de ello es la lucha antiminera en Esquel, que la empezamos nosotros cortando la ruta un 11 de octubre del 2002 y nos fuimos entrelazando con los vecinos de Esquel, que se constituyeron luego como Asamblea No a La Mina, y logramos poner la discusión de proyectos alternativos a la Megaminería cuando era un tema que no estaba instalado; lo mismo sucedió con la represa y lo mismo está sucediendo con Vaca Muerta; esto le preocupa mucho al Estado y a los mentores del poder en el mundo, porque la lucha Mapuche puede convertirse en un nuevo paradigma, por eso yo planteo siempre la nueva matriz civilizatoria, no se trata de una cuestión coyuntural, no se resuelve cada cuatro años en las urnas, es realmente plantear un modelo de vida antagónico al que el sistema propone”.
Para finalizar, Moira Millán se refirió al fusilamiento del pequeño niño qom Ismael Ramírez durante la semana pasada, en Chaco, “me duele y me desgarra que se siga regando la tierra de este país con sangre indígena y que la vida indígena esté tan devaluada, que los millones de argentinos no hayan salido a reclamar por la vida de este niño qom como en su momento salieron a reclamar por Santiago Maldonado; duele la indiferencia, la indolencia de un país que no quiere ser indoamericano, que sigue mirando hacia Europa y sintiendo los privilegios de la blanquitud”.
*Por La Retaguardia.