Fly Fly Caroline: “Elegimos el camino de la independencia”
Por Manuel Allasino para La tinta
Es sábado al mediodía y los rayos de sol hacen un poco más placentero el invierno: la estación del año en donde la introspección gana terreno y nos miramos adentro para reflexionar y actuar. No es nada casual que el encuentro con Fly Fly Caroline se dé en esta estación. La banda, surgida en el 2012, sabe del trabajo constante y el tiempo que eso demanda. Cada paso que dan es muy significativo.
Carolina Merlo y los suyos siempre se plantean nuevos desafíos, y es por eso que van a formar parte del hermoso Ciclo “Astral Música a Ciegas” de Espacio 75 los días jueves 6 y viernes 7 de septiembre con doble función cada fecha, a las 21 y a las 22:30 hs.
En la intimidad de su sala de ensayo en el barrio de Cofico, la banda formada por Carolina Merlo, Fernando Uñates, Gabriel Merlo, Manolo Lagos y Nicolás Travaini Páez nos habla de todo el universo Fly Fly Caroline, que abarca desde música clásica y anécdotas alocadas hasta budismo.
“Vengo de una familia de músicos, mi hermano Gabriel que está en la banda, mis padres y mis dos hermanas que se dedican a la música clásica. Tuvimos una infancia muy particular, de grande tomé dimensión de lo que fue. Me levantaba e iba a la cocina, y escuchaba música clásica: Beethoven, Mozart, entre otros, que son muy estimulantes para el oído”, comenta Carolina Merlo, cantante y compositora de Fly Fly Caroline, y la charla entre mates, risas y miradas fluye naturalmente.
—¿Ese aprendizaje con la música clásica se trasladó a la banda?
—Sí, porque esas escuchas me generaron una idea de belleza en la música. El ir al teatro donde trabajaban y trabajan mis papás hasta el día de hoy, y ver un montón de óperas y sentir una sensibilidad muy grande ante la música, al punto de llorar. Todo ese entorno, esa red sonora que tiene la orquesta, se trasladó, sin buscarlo, de una manera muy natural a la banda. Se dio de una forma muy loca porque nadie lo planeó. Tenemos texturas orquestales y arreglos que se reflejan en nuestro primer disco.
—Todos los integrantes pasaron por La Colmena. ¿Se refleja lo académico?
—Todos estudiamos distintas carreras. Eso aporta muchísimo. Hay un gran potencial, pero, sobre todo, a nosotros nos interesa la idea musical. Crecimos y crecemos mucho musicalmente, ya hace más de seis años que tocamos y el proceso de formar una banda no fue para nada planeado, se fue dando paso a paso. En un principio, era algo muy experimental, haciendo cosas electroacústicas. Después, fuimos agregando más cosas. Lo que rescatamos es lo humano, el contacto, los vínculos, porque la música es eso.
—Hay una presencia de paisajes urbanos y naturales en las canciones. ¿Es buscado o se da?
—Tenemos la particularidad de que todo se dé naturalmente, eso tiene que ver con las diferentes personalidades. Somos inquietos, siempre estamos en búsqueda, pero no es algo que sea forzado. La concepción artística tiene que ver con representar ciertas imágenes con sonidos. En esa instancia, aparece la naturaleza y las influencias musicales que tenemos. Hablamos mucho y somos muy sinceros, nunca vamos a decir que algo nos gusta si no es así. Eso hace que todos podamos aportar. Y, en ese universo creativo, aparecen los diferentes paisajes que son urbanos y naturales.
—Son una banda autogestionada e independiente, ¿es una elección?
—Totalmente. Elegimos ser independientes. No es nada fácil porque son muchas las responsabilidades que hay que asumir. En el sistema capitalista, le ponés mucha plata o mucho tiempo a un proyecto. Nosotros tomamos el camino de tener nuestros tiempos, con todo lo que eso conlleva. Hay veces que te sentís desbordado. Hay tantas cosas, la vorágine es tan grande que todo se hace más difícil. Estamos en un momento en que el “tiempo libre” de cada uno colapsó, porque el contexto social y económico empeoró. Es todo un aprendizaje, entender qué es lo importante. Necesitamos la calma para crecer, ser pacientes en la música, eso es lo que nos forma y fortalece como banda. Apostamos a construir una buena raíz, para tener un sostén importante. Somos muy conscientes de lo que significa ser independientes y el presente nos encuentra en este camino que elegimos y defendemos.
El disco debut de la banda, también llamado «Fly Fly Caroline», estuvo producido, grabado y mezclado por José Gabriel Gentile, quien trabajó junto a ellos en los estudios durante más de un año, entre agosto de 2015 y octubre del 2016, logrando conformar un cuerpo sonoro que mantuviese la unidad necesaria para el concepto del material, respetando las muchas atmósferas sonoras que conviven en Fly Fly Caroline. El material fue masterizado por Gavin Lurssen en Lurssen Mastering en Burbank, California.
—¿Cómo fue trabajar con José Gentile como productor artístico?
—Fue un proceso muy enriquecedor porque, por ahí, no está muy reconocido el trabajo de un productor, ya sea de un disco o de una banda. Comenzamos a conocernos con José y, sobre todo, a entendernos. Fue subir la vara, exigirnos más, en el marco de un proceso largo, porque duró más de un año la grabación. Hubo mucho diálogo, “esto va porque nos parece”, “esto no”, “me gusta esto”, “acá hay que hacer un arreglo”. Nos quedó la idea de “probalo”, para ir sumando todo lo que va apareciendo y no cerrarse ni “casarse” con una idea. Buscar juntos ideas nuevas, fue algo hermoso.
—El disco tiene doce canciones. ¿Quedaron muchas afuera?
—Sí, un montón. En un principio, había treinta canciones. Eso fue lo que le llevamos a José. Muchas canciones que ya estaban hechas y otras nuevas que quedaron en el disco como: “Mirada infinita”, “Vacío”, “La Soledad” y “Tantas veces”. Teníamos un gran caudal de temas realizados a lo largo de los años que también quedaron en nuestro primer disco como: “Lado B”, “Las ruinas”, “Exagero” y “Espirales”. Y quedaron canciones afuera que nos gustan mucho como “Esfera” que, seguramente, la vamos a grabar en nuestro próximo trabajo.
—Cuando escuché “Vacío”, lo asocié a Jack Kerouac y su novela «Los vagabundos del Dharma» donde narra su etapa budista. ¿Tiene esa perspectiva la canción?
—Totalmente, va para ese lado. Sí, aparece la filosofía budista y el taoísmo. Mis letras (Carolina Merlo) tienen mucho de eso. El o la que leyó o sabe algo de la filosofía budista o taoísta me engancha al toque. La letra habla de ese vacío de donde sale todo. Se podría haber llamado: “El todo” (risas).
—¿Cómo se están preparando para las fechas del 6 y 7 de septiembre en Espacio 75?
—Es algo muy lindo, vamos a participar de un ciclo en donde la gente que vaya nos va a ir a escuchar y no ver. Es un viaje sonoro. Una obra de arte. Estamos muy entusiasmados porque es un gran desafío. Es mucho tiempo de producción y nos estamos preparando con todo. Presentar un álbum con sonido 5.1 es una propuesta arriesgada. Trabajamos mucho y en conjunto con la gente del espacio, y está todo muy encaminado para llevar adelante estas dos fechas. Estamos muy contentos y con ganas de hacer algo que en Córdoba ninguna banda hizo todavía, ojalá que, en un futuro, presentarse en una sala con sonido 5.1 sea algo común en la escena cordobesa.
► Fly Fly Caroline. Jueves 6 y viernes 7 de septiembre, con doble función a las 21 y a las 22:30 hs. en Espacio 75 Córdoba (Rodriguez Peña, esq. Jerónimo Luis de Cabrera).
*Por Manuel Allasino para La tinta. Fotos: Colectivo Manifiesto.