Este no es un artículo sobre rap femenino
Conscientes de la arbitrariedad de asociar a artistas con propuestas muy distintas por el hecho de ser mujeres, en este artículo recomendamos a raperas españolas que sí tienen algo en común: un discurso politizado y explícitamente feminista.
Por Ana Martín Onandía para Pikara Magazine
El rap y, de forma más amplia, aquellos sonidos y movimientos que a menudo se recogen bajo la etiqueta de música urbana, cuenta con un cada vez mayor número de mujeres proponiendo material muy variado y potente. Expertas en la escena urbana como Alicia Álvarez aseguran que, en el territorio del Estado español, dicha escena está en plena erupción, pues es “riquísima tanto en cuanto a contenido como a formato”.
Ante este panorama, cabe reflexionar, por un lado, sobre el actual mundo acelerado de la información y la sobreproducción, lo que por supuesto ha cambiado el paradigma de todo el circuito musical, haciendo que los mecanismos anteriores de la industria hayan quedado obsoletos; la accesibilidad y el contacto con otros mundos y sonidos propicia una multiplicidad de influencias incontrolables e impredecibles.
Por otro lado, cabe reflexionar también sobre las nuevas expectativas de futuro (o no futuro), tanto laborales como vitales, de las generaciones activas en estos terrenos. Los caminos del sistema que, hasta hace un tiempo, aseguraban un futuro “semi-digno” han envejecido y se derrumban también junto a esas formas obsoletas de la industria. A pesar de ello, es interesante y alentador ver cómo la incertidumbre que deriva del nuevo horizonte al que nos referimos, acaba dando un panorama muy creativo y productivo, lejos de la parálisis o aturdimiento que bien podría causar, y que de hecho causa, en muchos otros ámbitos.
La popularidad de los considerados sonidos urbanos está también estrechamente relacionada con dicha productividad, algunos de estos estilos que habían sido demonizados o relegados a entornos periféricos en el territorio español, han calado en la cultura de masas. Numeroses artistas reinterpretan estilos exógenos, con la suficiente autonomía como para darles las tonalidades y las direcciones donde su creatividad e imaginación les llevan, despojándose de los dictámenes procedentes de los territorios donde muchos de estos estilos urbanos se originan. En este sentido, es notable cómo el rap, en el contexto del Estado español, se ha expandido hasta romper con los límites que le restringían ser libre y le condenaban a repetir los mismos patrones una y otra vez.
Se asume el riesgo que conlleva clasificar diferentes expresiones artísticas y culturales por el hecho de compartir características ajenas a la propia expresión, como, por ejemplo, el género o el lugar de procedencia, entre otras. También nos replanteamos la utilización de etiquetas, pues a veces permiten una comunicación más efectiva, pero muchas otras confunden y simplifican. Esto último está sucediendo al intentar entender desde fuera toda la producción musical en auge. Hay mucha información encontrada en cuanto el significado de conceptos como trap, rap, dancehall… Varias intérpretes hacen hincapié en la arbitrariedad de asociar a artistas por el hecho de ser mujeres, ya que, debido a esa falta de conocimiento, se agrupa a personas con estilos o propuestas que poco tienen que ver, problemática que no sucede con el material hecho por hombres.
Por todo lo anterior expuesto, y a pesar de toda esta nueva ola de mujeres cada vez más populares en la música, no sólo a nivel nacional, sino también internacional, este recorrido se centra en aquellas representantes o grupos, que a veces desde posiciones más underground o menos populares, y con propuestas muy diferentes, muestran un discurso politizado y explícitamente más comprometido con cuestiones de género. El hip hop nació como herramienta y como respuesta a una sociedad desigual, que empujaba a las comunidades migrantes y afrodescendientes en su mayoría a espacios y entornos de supervivencia, relegadas a ser víctimas, observadoras pasivas de lo que sucedía a su alrededor. Como la rama más política de ese joven estadio del rap estadounidense, muchas MC’s se expresan hoy creativamente para crear referentes y cambiar una realidad.
Ya se ha hablado en otras ocasiones de Gata Cattana, joven rapera y poeta que murió el año pasado, dejando un trabajo muy particular y cada vez más profesional, el cual se iba haciendo un sitio importante en la escena. Empezamos con ella porque su música bebe de mundos y tiempos diversos, con visión y sinceridad, se mueve entre lo clásico y el respeto a lo nuevo, ofreciendo un rap muy culto, lírico y político. Una de sus canciones más feministas, según la propia artista, es «Lisístrata«: Yo no camelo perfumes de Nina Ricci / soy más de libros de la Silvia Federicci/ será mejor que trates mejor a esas bitches/ no sea que de repente me escuchen y se compinchen.
Aquí, uno de los puntos comunes de muchas de estas intérpretes, que dejan atrás la competitividad más destructiva en sus raps, para animar a crear vínculos y referentes más profundos e interesantes.
IRA es un grupo formado por cuatro componentes, que desde el underground madrileño ofrecen una estética cruda y callejera con letras sin muchos rodeos ni miramientos. En uno de sus últimos trabajos, nos aclaran sus intenciones, por si hubiera alguna duda: “Si vis pacem, para bellum” (si quieres la paz, prepara la Guerra).
Entre otras demandas, las IRA aclaran que “esto es rap, no rap femenino, rap, aunque te joda, pardillo”. En la actualidad, están sacando nuevo material, pero también cuentan con un álbum del 2016 llamado Arte y Terrorismo al que pertenece el vídeo «Mantenlo Patriarcal» que ha despertado mucha curiosidad debido a su actitud agresiva y su forma de mostrar los cuerpos de las mujeres que aparecen en el video. Tienen letras como las del tema ‘Soy’ que se expanden y transcienden, haciendo un ejercicio de hermandad con muchas situaciones y mujeres de la historia:
Soy la castigada de por vida, culpable, mala madre, que no quiere traer hijas a este fraude.
Soy la misma Eva reencarnada, la que muerde la manzana y no piensa dejar nada.
Soy la que no quiere estar libre de pecado y que rechaza un cielo que la obliga a estar callada.
Soy cada cuerpo despojado de derechos, cada útero que quiso y no pudo decidir. Aquellos que los usan para su propio provecho, son los mismos que deciden, pero no van a parir.
«Soy», IRA
También desde Madrid, están Heterofobia, un grupo con una propuesta muy provocativa e interesante. Se sirven del humor y del sarcasmo para transgredir lo normativo desde muchas perspectivas. Explícitas y combativas, pero sin enfado, este grupo de jóvenes impactan sin tener ni pretender una producción profesional.
El colectivo valenciano Machete en Boca también colaboró junto a Tribade e IRA en el proyecto para denunciar la dura represión estatal a la libertad de expresión, con el título de «Los Borbones son unos Ladrones». Formado por La Prima, San, JazzWoman y la Charli, sus sonidos se inclinan hacia ritmos latinos y caribeños, canciones más bailables y guasonas, pero con mucha actitud y mensaje, que les permite subvertir con una energía poco común.
Parece que va explotar, pero nunca explota
siguen poniendo parches y la máquina está rota
llamad a emergencias, pero nada de esto va a cambiar,
otra mujer muerta en las noticias, no importa,
Mmm…Tú no eres machista, eres idiota.
‘Creen que saben que’, Machete en boca
Hacia el norte, nos encontramos con La Furia, quien saca un disco este mismo año, llamado “Vendaval”. Entre sus colaboraciones, destaca una con Rebeca Lane, la aguda rapera guatemalteca.
La Furia se hace más conocida en 2013 por la canción «Aborto Retrospectivo», en reacción a la ley del aborto promovida por Gallardón. Ella le dedica un grito dolido e indignado:
No doy crédito, los nietos del caudillo quieren gobernar mi útero,
mi coño no es vuestro templo, bendito mi cuerpo,
mis entrañas donde habito, el lugar donde prevengo, mi terreno, lo más mío,
los pilares donde erguida yo os maldigo.
«Aborto Retrospectivo», La Furia
En este breve recorrido en el que seguro nos hemos dejado propuestas potentes, no puede faltar Tribade, formación catalana de la que hablamos en una entrevista con Sombra Alor, una de sus componentes. Tres raperas con un trabajo común de calidad y actitud subversiva, conocedoras de mundos a veces paralelos, llevan un mensaje feminista al rap más visible en la actualidad. Saben las reglas de distintos juegos y se mueven flexibles, sin faltar a sus valores.
*Por Ana Martín Onandía para Pikara Magazine.