Caricatura de un enfermo de amor: Vicente Luy antes de ser Vicente Luy
Por Gustavo Yuste para La Primera Piedra
La reciente publicación de Caricatura de un enfermo de amor (Añosluz, 2018), de Vicente Luy, vuelve a poner en escena a uno de los poetas más leídos y citados de los últimos años. En esta reedición de la obra publicada en 1991 por el autor cordobés, se pueden ver la cocina y las piedras fundamentales de lo que luego sería su marca más personal. Entre el español neutro, la influencia de su abuelo Juan Larrea y el humor, este libro llega para completar el universo artístico de Luy.
Si hay que hablar de autores que acercaron la poesía a lectores que no estabas acostumbrados al género, el nombre de Vicente Luy se vuelve ineludible. El poeta cordobés nacido en 1961 y fallecido en 2012 tras saltar desde un edificio en Salta, supo manejar como pocos los aspectos cotidianos y la sensibilidad poética, agregándoles una cuota de humor e ironía que convierte a sus versos en pequeños mantras que se pueden citar en todo momento. De esa manera, versos como “¿Por qué los secuestradores prosperan?/ ¿Por qué sonríen los diputados? / Tienen plan./ Vos no tenés plan.”; o también: “Si va a morir gente, votemos quiénes.“, forman parte del imaginario colectivo.
En esa misma dirección, la reciente reedición de su primer libro viene a agregar valiosa información para entender el fenómeno Luy. Caricatura de un enfermo de amor (Añosluz, 2018) recoge la producción poética de una década, desde 1980 hasta 1990, donde si se afina un poco la mirada se puede ver la transformación que sufre el estilo del autor y los primeros rastros de lo que después será una marca personal.
“Esta noche puedes venir a verme, con tu vestido de organza y la tardanza olvidada de las campanas en tu vientre. Poco va a importarme que un mediodía de enero el viento haya podido con tu tempestad. / Te haré pasar a la sala; puedo darte té, o vino. Hablaremos de todo. Es hermoso que aún estés creciendo”, puede leerse promediando el libro. Ese fragmento sirve para evidenciar la influencia que aún tenía de su abuelo Juan Larrea, el célebre poeta español, a la hora de escribir. Años más tarde, ya sin esa pesada mochila en sus espaldas, escribiría un poema similar con su propia voz: “Labio superior./ Labio inferior./ Capuchón./ Mi novia se afeitó la conchita. /Llegó con su vestido nuevo/ verde manzana, los labios rojos y florcitas en el pelo./ Compré una Heineken/ y salimos al patio./ Hablamos de la vida”.
La pesada herencia de cargar con el legado de su abuelo, el mismo que lo crío después de que sus padres murieran en un accidente aéreo cuando Luy tenía apenas seis meses de vida, se nota en los poemas del autor, donde se puede leer: “Quizá nunca dé la altura para rey/ ni posea la paciencia de mi abuelo, para ser”. En la misma dirección, cobra importancia este fragmento: “Le han puesto botas a un cóndor/ y le han dado de patadas/ en el trasero y en la sien/ hasta hacerlo chocar contra las paredes frías”. Este poeta va a ser el que, casi una década más tarde, no tenga ningún prurito en usar palabras como “culo” y dejar que su poesía se acerque al lenguaje cotidiano y coloquial. Sin embargo, en Caricatura de un enfermo de amor, eso puede apreciarse con cuentagotas.
Otro rasgo importante que se puede apreciar en esta reedición de Añosluz, es el de la autopublicación con la que carga este y tantos otros libros de Luy, quien recién en 2009 publicaría por primera vez sin pagar e imprimir sus propios libros. El resultado de ese trabajo de autoedición (si bien el libro salió bajo el sello Último Reino, Luy no solía ser abierto a los comentarios ajenos) es un libro irregular y desparejo, donde las distintas partes que lo integran no poseen similitudes de tonos, búsquedas o registros. Así, mientras algunos poemas remiten al Luy que todos conocemos, otros versos se encuentran a kilómetros de distancia, como si hubiera más de un autor.
Este mismo poeta va a ser el que, casi una década más tarde, no tenga ningún prurito en usar palabras como “culo” y dejar que su poesía se acerque al lenguaje cotidiano y coloquial. Sin embargo, en Caricatura de un enfermo de amor, eso puede apreciarse con cuentagotas.
“Caricatura de un enfermo de amor es un libro de Vicente Luy antes de ser Vicente Luy, que permite conocer la evolución de un poeta complejo”, escribe Luciano Lamberti en la contratapa del libro, dando en el centro de la lectura que nos acerca el primer libro del poeta cordobés. Estos poemas primerizos sirven no solo para completar el universo Luy, sino para conocer el trabajo que tiene que hacer un autor para encontrar su propia voz y dejar de ser hablado por la poesía ajena.
Si bien los grandes temas que se encuentran en el conjunto de la obra de Luy se encuentran en este libro (la soledad, la pregunta casi esencial por lo humano, la conexión con un otro que nunca termina de ser completa y satisfactoria), lo que cambia es el tono, y es por eso que Caricatura de un enfermo de amor es un libro clave para los poetas contemporáneos que se enamoraron de la poesía exprés de Vicente Luy: para llegar a eso, hizo falta escribir mucho, durante mucho tiempo. Incluso las formas que aparentan más relajación en torno al uso del lenguaje dentro de la poesía, cargan con un trabajo previo que, como en el caso de Luy, puede llevar más de una década.
*Por Gustavo Yuste para La Primera Piedra.