FMI en Ecuador: disputa y silencio
En Ecuador continúa el viraje económico y política del gobierno de Lenin Moreno, ahora abriendo las puertas del país al FMI.
Por Jonathan Báez para Revista Crisis
El Fondo Monetario Internacional (FMI) retorna al Ecuador para imponer su lógica sobre los procesos económico-políticos del país. Con la trillada frase “reducción del déficit presupuestario” impulsan acciones que realmente causan déficit fiscal (“sugieren” no cobrar impuestos progresivos), justifican recortes del gasto social, disminución del empleo público, de subsidios y, finalmente, presentan como única solución la realización de un préstamo impagable a esta institución, lo que profundiza los nocivos procesos antes descritos.
Una de las formas de intromisión del FMI empieza por el lado académico, como una manera de legitimar acciones que benefician a las élites y perjudican al conjunto de la población. En ese contexto, existe un silencio académico y de los movimientos sociales ante estos sucesos.
El FMI toma el caso paradigmático de la disminución de la desigualdad y lo “explica” como un efecto cuasi automático del aumento de los precios de las materias primas, sin considerar la disputa política de los gobiernos por la recuperación de la renta de esos bienes. La reducción de la desigualdad (medida por el ingreso laboral) en todos los países de América Latina fue un suceso que marcó los últimos años. No obstante, en ciertos casos se disminuyó más que en otros, como en Bolivia, país que más redujo su índice de Gini, pasando de 0,53 en 2003 a 0,44 en 2013. Una disminución de aproximadamente 0,09 puntos.
De esa manera, este caso es analizado por el FMI¹ para buscar a toda costa demostrar que la incidencia del gobierno en las decisiones económicas es nocivo, en especial cuando tiene como meta reducir las desigualdades, lo que implica necesariamente recuperar recursos de las élites transnacionales, así como de las locales.
En el ejemplo dado, la principal acción por la recuperación de la soberanía es el control de la renta de los bienes primarios (en el caso de Bolivia del gas) y en el segundo vía fiscal a través de impuestos progresivos (renta, salida de divisas, etc.). Eso permite tener recursos para redistribuir vía gasto social y aumentar las posibilidades de control de evasión y elusión tributaria. Sin embargo, en el complejo andamiaje de los modelos producidos por el estudio del FMI estas variables no suelen ser consideradas y, cuando lo son, son vistas como “shocks externos” que afectan el funcionamiento “perfecto y adecuado” del mercado.
Desde esa perspectiva, una de las primeras disputas se da en el campo académico de los estudios sobre las razones de la disminución de la desigualdad. Por lo tanto, es de suma importancia el rol que la academia pueda tener en la búsqueda de contrastar estudios que deslegitiman las prácticas de los gobiernos y sobre quién se inclina la balanza: una reducida élite o el gran conjunto de la población. De esa manera, el aumento del precio de las materias primas no se traduce automáticamente en un aumento del bienestar de ese conjunto si no se toman decisiones políticas.
Por otra parte, resalta el hecho de que exista un silencio ampliado sobre este tipo de estudios desde las universidades, sobre todo y exclusivamente de las públicas; considerando que un gran conjunto de universidades privadas forman parte de grupos económicos y serían beneficiados de una decisión pro-élites. En conclusión, los estudios deben salir de la universidad pública o ¿estará también al servicio de las élites? Es urgente la investigación seria y rigurosa que devele el rol de las élites en la economía-política y las acciones del gobierno para limitarlas o apoyarlas.
En el caso de los movimientos sociales, destaca la importancia que se le otorga a dicotomías infructuosas, debates innecesarios y procesos de odio. Mientras tanto, la economía se juega en otro campo. Una muestra es la llegada del FMI en varios frentes, sin embargo, en otros espacios la visita del FMI para “analizar” las cifras allana el camino hacia un préstamo con este organismo. Aún hay tiempo para evitar la ley que dará carta abierta a este hecho, la denominada Ley Trole 3. Por consiguiente, es necesario abandonar acciones innecesarias y resituar el eje nodal de la disputa.
¹Balakrishnan, R., Lizarazo, S. V., Peralta-Alva, A., & Tavares, M. M. (2017, Febrero 9). Terms of Trade Booms and Busts and Inequality.
*Por Jonathan Báez para Revista Crisis