Festival Sumar, el trabajo colaborativo como bandera
A partir de este miércoles 11 y hasta el sábado 14 de Abril, se desarrollará la séptima edición del Festival Sumar Córdoba, con espacios que permiten la heterogeneidad de estilos y de géneros artísticos. El evento colaborativo más grande de la ciudad.
Por Manuel Allasino para La tinta
Festival Sumar se caracteriza por ser interdisciplinario, habrá artistas de diferentes ramas artísticas: música, artes escénicas, literatura y artes visuales, entre otras. Durante cuatro días los artistas de Córdoba se apropian de los espacios y celebran la cultura con un festival libre y a la gorra. Este movimiento cultural de producción colectiva y colaborativa, es un punto en común de diversas expresiones artísticas. Además, también hay talleres, clínicas, charlas, ponencias, donde se produce el encuentro e intercambio entre el público, los artistas y los productores. Es la síntesis y materialización colectiva de un proyecto que une a los trabajadores del arte, la comunicación y la producción.
Este año se suman espacios que no habían formado parte de la programación de festivales anteriores, extendiendo la posibilidad del público. Se incorporan artistas que no ingresaron por convocatoria, que participan como animadores, DJs, VJs, acompañando a otros en escena. A su vez, el Festival Sumar entabla una relación muy cercana con algunas radios comunitarias e independientes que estarán a cargo de la transmisión en vivo en formato de radio abierta: El Sótano Rock, Radio Revés y Radio Sur. En esta edición también se suman a la propuesta el staff de Abogados Culturales Córdoba, quienes van a estar ofreciendo asesoramiento sobre temas jurídicos relacionados a la cultura. Y como siempre, habrá un espacio de feria donde los artistas que participan del festival pueden vender sus producciones: discos, remeras, dibujos, obras, etc.
El Festival Sumar se plantea como una plataforma de trabajo en equipos de organización horizontal, en permanente expansión, logrando tejer redes de gestión y comunicación.
En la 7ma edición, las fechas y espacios designados son:
Miércoles 11 Centro Cultural Graciela Carena. Alvear 157. Desde las 20 horas.
Jueves 12 Teatro La Cochera. Fructuoso Rivera 541. Desde las 20 horas.
Viernes 13 Galería Bastón del Moro. Bv. Chacabuco 483. Desde las 20 horas.
Sábado 14 Chateau CAC. Av. Cárcano 1750, Bº Chateau Carreras. Desde las 17 horas.
Desde La Tinta, charlamos con Eugenia Muñoz, integrante de la producción del Festival Sumar Córdoba.
—Sumar es el único festival multidisciplinario de la ciudad. Cuenta con espacios que permiten la heterogeneidad de estilos y de géneros artísticos. ¿Cómo es pensada y diseñada la grilla para ser fiel a esa idea?
—La grilla se piensa desde el momento en que se plantea la convocatoria, decidiendo qué áreas se van a desarrollar en el festival, como también en base a los espacios gestionados para cada edición. Con los años se han ido sumando disciplinas, entonces toda la gestión previa se realiza pensando en espacios que puedan contener a cada área. La curaduría, entonces, es la instancia en la que combinamos los espacios disponibles con las solicitudes recibidas; y elegimos artistas en base a varios criterios: cumplimiento de los requisitos básicos de convocatoria, como el envío de riders técnicos, carpetas de prensa, etc. Disponibilidad de espacios. La cantidad de artistas seleccionados de cada disciplina depende de las condiciones de cada espacio: escenario, técnica, capacidad, etc. Si la o el artista participó previamente del festival, cómo fue su desempeño colaborativo. Esto es si en la edición, cumplió con la fundamental premisa de participar en las etapas previas de producción, sea en la tarea o área que sea. Uno de los ejes del Sumar es que es un festival producido por todos los que participamos. Tanto los gestores como los artistas nos convertimos en productores, armamos equipos de trabajo para que todas las tareas que se requieren realizar sean cubiertas. Desde la técnica, la difusión, la barra, la gorra, la artística.
Una vez que elegimos los artistas, intentamos mixturar disciplinas en cada fecha, para que la grilla sea más entretenida, y para que los participantes se crucen entre sí y se relacionen amistosamente.
—¿Cómo son elegidos los distintos espacios físicos donde se desarrolla el Festival?
—Sumar se plantea como un festival itinerante, es decir que no tenemos espacios propios o fijos, sino que buscamos ampliar el espectro de posibilidades de los artistas y productores del festival. A esto le llamamos “circulación artística”, que es uno de los objetivos vertebrales del proyecto, a través del cual nos planteamos que entre los artistas y los espacios se generen vínculos que permitan luego que unos y otros trabajen juntos, más allá del festival. Con esta premisa, vamos adaptando la gestión de pre producción a la disponibilidad de espacios con los que nos vamos vinculando. Hubo años en que nos relacionamos más con instituciones municipales, y así logramos realizar el festival en los espacios públicos disponibles, como el CCEC y el Griego. Este año tenemos la posibilidad de sumar dos espacios que nunca habían sido parte de la grilla, como el Carena y el Chateau CAC, por los vínculos que se fueron tejiendo con quienes gestionan allí.
Otro factor que determina a qué espacios concurrir tiene que ver con las diferentes disciplinas que abrace el festival en cada edición. Al incorporar Literatura y Visuales, por ejemplo, nos vemos en la necesidad de buscar espacios que alberguen cómodamente a los artistas seleccionados, que ofrezcan los requerimientos mínimos necesarios.
—Un punto importante a destacar es que en el Festival todas las actividades son con entrada libre y la gorra. ¿Cuáles son las claves para mantener en el tiempo un movimiento cultural de producción colectiva y autogestionado?
—La entrada es libre y a la gorra. La gorra es una de las claves para sostener el festival. Cada año nos hacemos de un pequeñísimo (ínfimo) fondo que nos permite gestionar la edición siguiente. Por suerte, la gente que asiste al festival colabora siempre, y al final se consigue ese pequeño piso para seguir trabajando y realizando el festival. Otra de las claves, y no menor, de sostener año a año el Sumar es el activismo en la instancia colaborativa. A veces terminamos siendo redundantes, ya que lo incluimos desde la convocatoria, hasta en la prensa y difusión. La realidad es que es lo que nos ha permitido mantenernos vigentes (a veces creciendo, a veces dando pasos atrás), lograr cada edición.
Básicamente, invitamos a quien se quiere sumar a la producción a comprometerse en realizar determinada tarea que la persona cree que le es posible concretar, y entre todos trabajamos para que todas las tareas se cumplan. El ser colaborativo es un camino de ida. Lo hermoso es que en ese proceso de participar en la producción del festival, se van aprendiendo muchísimas cosas que quizás en otros espacios no hay posibilidad. Un año te anotas en técnica y aprendes a cablear, a montar escenario. Otro año vas a comunicación y aprendes a hacer gacetillas de prensa o a administrar redes sociales. Otro año te toca la barra y aprendes a lidiar con los que te manguean descuento (risas). Lo levantamos como bandera porque es la manera en la que hemos sobrevivido a muchísimas cosas, como clausuras, escasez de dinero, falta de apoyo institucional, etc. Es nuestra manera de estar en la escena y de presentarnos como organización.
*Por Manuel Allasino para La tinta.