Sharon Jones: Se fue la artista, nos queda su alma.
La fiera dejó de rugir el 18 de noviembre de 2016 a los 60 años a causa de un cáncer de páncreas diagnosticado en 2013.
Por Christian Jumussi para La tinta
La historia de Sharon Jones se remonta al 4 de mayo de 1956 en North Augusta, Carolina del Sur, día y lugar de su nacimiento. Sharon creció en el seno de una familia humilde. Su mama crió a sus seis hijos y a los cuatro hijos de su hermana fallecida. Su infancia quedó marcada al ver a James Brown cantando y bailando por las calles de Augusta.
La vocalista era fiel representante del soul de raíces, un sonido eufórico y vitalista que bebía del glorioso pasado del género de Aretha Franklin y Otis Redding en su irrepetible desarrollo entre las décadas de los sesenta y los setenta.
Pero su vida quedaría ligada a Nueva York, donde, siendo adolescente, se mudó con su madre y conoció de primera mano en un barrio segregado en Brooklyn las temáticas fundamentales del género, como la discriminación racial, la falta de oportunidades o la lucha cotidiana por sentirse persona en una sociedad que le da la espalda.
Al igual que contra ese cáncer contra el que peleó de forma asombrosa, Jones paso toda su vida luchando por conseguir su sueño de vivir de la música.
Sharon y su familia vivieron en el barrio de Bedford-Stuyvesant, en Brooklyn, zona de población afroamericana. Allí solía participar habitualmente en el coro gospel de la iglesia local y realizó trabajos como vocalista de sesión en la década de los 70. Durante años su carrera musical quedó ahí. En aquellos años se ganaba la vida como funcionaria en la cárcel de Rikers Island y como guardia de seguridad en bancos.
Bendecida con un timbre vocal muy potente, carisma y profundidad inauditas, era cuestión de tiempo que fuera descubierta. Ocurrió en 1996, durante una sesión para otra leyenda veterana: Lee Fields. Entusiastas del soul y del funk como Gabriel Roth y Philip Lehman, fundadores de los sellos Pure y Desco Records, comenzaron a contar con ella regularmente.
En 2002, ya bajo la etiqueta Daptone Records, Sharon Jones & The Dap-Kings (banda que cimentó el espectacular sonido del “Back to Black” de Amy Winehouse) publicaron el que fue el primer álbum con su nombre, Dap Dippin’ With Sharon Jones & The Dap-Kings. La reacción de prensa y público fue automática y unánime: Jones era una auténtico hallazgo que rescataba los mejores momentos de divas clásicas del soul como Aretha Franklin a través de unas grabaciones exquisitas y actuaciones en directo frenéticas y salvajes.
Aquel disco y los siguientes (Naturally, 2005; 100 Days, 100 Nights, 2007 y I Learned the Hard Way, 2010) expandieron la popularidad de la vocalista y resultaron fundamentales para el revival del soul y el funk como géneros con máxima enjundia comercial y artística.
La carrera imparable de Jones quedó suspendida momentáneamente por el cáncer en 2013. Pero tras una intervención quirúrgica y un primer periodo de quimioterapia, Jones volvió a la actividad con el disco Give The People What You Want (2014) y varias actuaciones en vivo.
Pese a la enfermedad, nunca dejó se sentirse agradecida a la música y al público: «Me lo ha dado. Gracias a mi voz pude cumplir el sueño de mi vida: sacar a mi madre de los projects y comprarle su propia casa. Sólo puedo dar las gracias».
En verano de 2015, durante la presentación del documental sobre su vida Miss Sharon Jones! (de visionado obligatorio para medir el fabuloso peso vital de esta artista) en el Festival de Cine de Toronto, anunció que el cáncer había regresado.
Música del corazón, solía llamarle Sharon al soul. Y es allí donde siempre será recordada.
*Por Christian Jumussi para La tinta