Proponen reducir costos de electricidad inyectando energía solar a la red
Si se aprueba el proyecto de Ley de Generación Distribuida, los usuarios podrán generar su propia electricidad e incluso venderla. Entrevista a Federico Gisbert, director comercial de Qmax, empresa argentina líder en energías renovables y productora de inversores de corriente.
Por Matilde Moyano para El Federal
Mientras el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) convocó a una audiencia pública para aumentar las tarifas de electricidad, un proyecto de ley que ya cuenta con media sanción en el Congreso podría habilitar a muchas viviendas del país a generar la energía que consumen, así como también poder vender energía producida por paneles solares.
Se trata del proyecto de Ley de Generación Distribuida, la posibilidad de que los usuarios puedan producir su propia energía sobre la base de recursos renovables, y reducir de esta forma sus cuentas de luz, ya que podrían compensar el valor de la electricidad que consumen con la que inyectan a la red.
Así, el distribuidor reflejará en la facturación tanto el volumen de la energía demandada, como el de la energía inyectada por el usuario-generador a la red, y los precios correspondientes a cada uno por kilowatt-hora. El valor a pagar por el usuario-generador será el resultante del cálculo neto entre el valor monetario de la energía demandada y el de la energía inyectada.
¿Qué se necesitaría para adherirse a este sistema? El periódico El Federal se comunicó con Federico Gisbert, Director Comercial de Qmax, quien explicó cómo funciona el sistema de energía alternativa.
«El equipamiento que se necesita son los paneles, que son los que generan la electricidad con la energía solar. La corriente que generan esos paneles es corriente continua, la cual se necesita convertir en corriente alterna. El equipo electrónico para realizar esto se llama inversor de corriente, que es el dispositivo que nosotros producimos. El otro elemento que se necesita son las estructuras para los paneles, ya que estos deben tener una determinada orientación y pendiente. Y finalmente, la instalación”, precisó Gisbert.
Hay que tener en cuenta que para poner todo este sistema en funcionamiento se requiere una inversión inicial de aproximadamente 5.000 dólares, monto que podría recuperarse a partir de los 5 años, con lo cual el acceso es restringido a quienes cuenten con la posibilidad de dicha inversión.
Asimismo, “la ley contempla la financiación, crea un fondo que se llama FODIS, así como también algunos beneficios específicos para cuando el producto es nacional. Eso es importante, ya que además de los beneficios que el proyecto tiene para la red eléctrica y para el medioambiente, la industria nacional también tiene beneficios para el empleo”.
«Además de ocupar el personal de planta en lo que es el ensamblado, también empleás en diseño, todo lo que es ingenieros, programadores, empleados altamente calificados, en un campo como lo es la ingeniería electrónica, que tiene muy poquito campo en la Argentina. Si bien tenemos universidades de excelencia y egresados de un muy buen nivel técnico hay muy poco lugar en donde esos egresados pueden hacer el trabajo de diseño y la mayoría de los ingenieros en electrónica se dedican a reparar equipos importados, o a su mantenimiento, o a implementar soluciones a algo que se diseña en otros países”, explicó Federico.
Qmax fue fundada en 2001 por tres estudiantes de electrónica, Juan Corica, Nicolás Callegari y Pablo Casi. Hoy es una empresa líder en energías renovables, que tiene en su haber un diseño propio de inversor de corriente nacional. Los inversores de corriente son el cerebro de los sistemas de energía renovable, ya que administran la generación, almacenamiento y consumo de energía en viviendas y emprendimientos.
Federico Gisbert consideró que “el gobierno actual le está dando una prioridad muy alta a las energías renovables” pero indicó que “muchas licitaciones de energía renovable las gana China, porque el gobierno chino les da financiación a las empresas, para generar empleo, es decir, que los proyectos se financian con plata del gobierno chino, y los implementan en Argentina. Entonces sería lógico que el gobierno argentino hiciera algo también para estimular a sus propias empresas.”
El proyecto contempla la elaboración de políticas activas para promover el fomento de la industria nacional de equipamiento para la generación distribuida a partir de energías renovables, así como también para la adquisición e instalación de equipamiento por parte de los usuarios generadores (con fondos y facilidades como préstamos, bonificaciones o subsidios en la tasa de interés de crédito).
Si se sanciona esta ley, todo proyecto de construcción de edificios públicos nacionales deberá contemplar la utilización de algún sistema de generación distribuida proveniente de fuentes renovables y se efectuará un estudio gradual de los edificios públicos nacionales existentes para proponer la incorporación de un sistema de eficiencia energética, incluyendo capacidad de generación distribuida.
* Por Matilde Moyano para El Federal