Boquitas Pintadas, homenaje a la novela sentimental, al cine y a las canciones

Boquitas Pintadas, homenaje a la novela sentimental, al cine y a las canciones
9 noviembre, 2017 por Gilda

Boquitas Pintadas es la segunda novela de Manuel Puig. Desde su publicación en 1969, ha tenido sucesivas reediciones, fue traducida a varios idiomas y llevada al cine por Leopoldo Torre Nilsson, en 1974.

Por Manuel Allasino para La Tinta

Siguiendo el formato, el ritmo y la intriga del folletín, a través de la historia de amor de Juan Carlos Etchepare y Nené, Manuel Puig rinde homenaje a la novela sentimental, al cine y a las canciones y logra desarrollar una trama de acercamientos y rechazos, pasión y crimen, erotismo y muerte. La novela a su vez muestra las costumbres y prejuicios de la época en la que transcurre.

“Era… para mí la vida entera… Alfredo Le Pera. Nota aparecida en el número correspondiente a abril de 1947 de la Revista mensual Nuestra Vecindad, publicada en la localidad de Coronel Vallejos, Provincia de Buenos Aires. Fallecimiento lamentado. La desaparición del señor Juan Carlos Etchepare, acaecida el 18 de abril último, a la temprana edad de veintinueve años, tras soportar las alternativas de una larga enfermedad, ha producido en esta población, de la que el extinto era querido hijo, general sentimiento de apesadumbrada sorpresa, no obstante conocer muchos allegados la seria afección que padecía (…). Buenos Aires, 12 de mayo de 1947. Estimada Doña Leonor: Me he enterado de la triste noticia por la revista Nuestra Vecindad y después de muchas dudas me atrevo a mandarle mi más sentido pésame por la muerte de su hijo. Yo soy Nélida Fernándes de Massa, me decían Nené, ¿se acuerda de mí? Ya hace bastantes años que vivo en Buenos Aires, poco tiempo después de casarme nos vinimos para acá con mi marido, pero esta noticia tan mala me hizo decidirme a escribirle algunas líneas, a pesar de que ya antes de mi casamiento usted y su hija Celina me habían quitado el saludo. Pese a todo él siempre me siguió saludando, pobrecito Juan Carlos ¡que en paz descanse! La última vez que lo vi fue hace como nueve años. Yo señora no sé si usted todavía me tendrá rencor, yo de todos modos le deseo que Nuestro Señor la ayude, debe ser muy difícil resignarse a una pérdida así, la de un hijo ya hombre. Pese a los cuatrocientos setenta y cinco kilómetros que separan Buenos Aires de Coronel Vallejos, en este momento estoy a su lado. Aunque no quiera déjeme rezar junto a Usted. Nélida Fernández de Massa”.

Una característica de Boquitas Pintadas es cómo se lleva a cabo la narración. Si bien, a veces, aparece la figura del narrador, se percibe el argumento de una variedad de fuentes: diálogos, noticias de periódicos o cartas, siendo cada entrega una experiencia de lectura diferente, además de contar con varios errores de ortografía.

Juan Carlos Etchepare está vinculado, fundamentalmente, con tres mujeres: Nené, una humilde muchacha que está verdaderamente enamorada de él; Mabel, que es tan infiel como lo es Juan Carlos; y la viuda Di Carlo, mal vista por los rumores de que no respeta su viudez. Cuando Juan Carlos debe internarse en la provincia de Córdoba porque ha contraído tuberculosis, comienza una formidable exposición de las relaciones humanas y el valor de los lazos afectivos contra la impunidad de los vínculos establecidos por el deseo.

“Cosquín, 10 de agosto de 1937. Vida: El otro día llegaron juntitas tu segunda carta y la segunda de mi hermana. Claro que había diferencia… y así fue que a tu carta la leí como ochenta veces y la de mi hermana dos veces y chau, si te he visto no me acuerdo. Uno se da cuenta cuando le escriben de compromiso. Pero vida, por lo menos que te escriban, no me vas a creer si te digo que estas cuatro cartas son las únicas que he recibido desde que estoy acá ¿qué le pasa a la gente? ¿tienen miedo de contajiarse por correo? Te aseguro que me la van a pagar. Qué rasón tenía mi viejo, cuando estás en la mala todos te dan vueltas la cara (…). Si pudiera tenerte más cerca, si pudiera verte entrar con el micro que llega de Córdoba, me parece que me curarías la tos de golpe, de la alegría nomás. ¿Y por qué no podría ser? Todo por culpa de los malditos billetes, porque si tuviera billetes para tirar en seguida te mandaba un giro para que te vinieras con tu mamá a pasar unos días. Vida, yo te extraño, antes de resibir tu carta andaba raro, con miedo de enfermarme de veras, pero ahora cada vez que leo tu carta me vuelve la confianza. Qué felices vamos a ser, rubí, te voy a tomar todo el vinito que tenés adentro, y me voy a agarrar una curda de las buenas, una curda alegre, total después me dejás dormir una siesta al lado tuyo, a la vista de tu vieja, no te asustes, ella que nos vijile nomás ¿y el viejo, nadie le pisa los almásigos ahora que no estoy yo? Bueno mi amor, escribime pronto una de esas cartas lindas tuyas, mándamela pronto, no la pienses como yo. Te quiero de vedad. Juan Carlos. Vale: otra vez me olvidaba de contarte que te manda saludos un señor muy bueno, internado aquí como yo. Me tomé el atrebimiento de mostrarle tus cartas, y le gustan mucho, fijate que es una persona de mucha educación, ex profesor de la Universidad. A mí sí me dice que soy un animal para escribir”.

La novela está dividida en dos grandes capítulos: Boquitas Pintadas de rojo carmesí y Boquitas Pintadas azules, violáceas, negras.

El amor, el sacrificio de los amantes, la nobleza son temas fundamentales, así como la crítica al estilo de vida de la sociedad argentina. Se habla siempre de lo prohibido a través del ocultamiento y la simulación, la hipocresía y la envidia.

La muerte es el elemento que utiliza Manuel Puig tanto como para darle un comienzo a la historia como un final.

*Por Manuel Allasino para La tinta

Palabras claves: Boquitas Pintadas, Manuel Puig, Novelas para leer

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