Bibliotecas Populares: confiar en lo colectivo

Bibliotecas Populares: confiar en lo colectivo
25 septiembre, 2017 por Soledad Sgarella

El sábado pasado, 23 de septiembre, fue el Día de las Bibliotecas Populares en nuestro país. Sin hacer foco en la efeméride (el Decreto de 1990, que estableció este día para conmemorar la fecha de promulgación de la Ley 419 en el año 1870, por Sarmiento), La tinta se acercó a diferentes actores de algunas bibliotecas de nuestra provincia para conocer sentires y significaciones en torno a estos espacios tan importantes en las vidas comunitarias.

Por Soledad Sgarella para La tinta

Dirigidas y sostenidas por sus socios y socias, las bibliotecas populares son espacios que promocionan la lectura y el disfrute de libros, publicaciones y recursos multimediales, y que nos garantizan el derecho a acceder a los bienes culturales de nuestras comunidades, a ser parte y a sentirnos parte de espacios en los que construimos ciudadanía, identidad, colectividad.

¿Qué significan las bibliotecas populares para aquellas y aquellos que las mantienen vivas? ¿Para qué las pensaron? ¿Cuáles son los impactos que a simple vista cualquiera de nosotros puede medir?

Cecilia Barros es una de las participantes de El Armario Mágico, que funciona en Barrio Juniors (Leonor de Tejeda 1353) y en el Neuro (León Morra y Bahía Blanca). La biblioteca surgió a partir de un proyecto áulico de la escuela primaria Gabriela Mistral, en la que una seño con un grupo de pequeños, pequeñas y sus familias se embarcaron en la importante tarea de “liberar libros”, colocando a disposición de quien lo desee un armario sin llave ni candado en el que la única consigna es acercarse, disfrutar, usar y devolver. Cecilia nos cuenta cómo el proyecto ha impactado “hermosamente” en el barrio: « Nos agrupa alrededor de un proyecto barrial, nos regresó al lazo con las y los otros, a confiar en lo colectivo.  Hacia el barrio creo que impacta porque rompe con la cotidianeidad, suma un espacio más, capaz poco pensado, hasta el momento, aquí. El Armario Mágico es muy importante en estos días, porque necesitamos reponer tejido social, y -siguiendo uno de los ideales del armario- leer nos hace libres y hacer juntos nos empodera colectivamente, y eso es apropiarnos y construir democracia».

German Pesuto, también integrante y participante de la biblio nos cuenta que «a los que formamos parte de El Armario nos gusta decir que es un proyecto de toda la comunidad de Barrio Juniors. Nació en la explanada de la escuela, y se fueron haciendo dos o tres Juntaderas, unos eventos con actividades específicas y artistas invitadas para recolectar libros. Nos dimos cuenta que nos quedó chico, y ahí se solicitaron dos heladeras más, que se consiguieron, y lo que se hizo fue convocarlo al Luis Paredes, para que venga a intervenirlas: las pintó y se volvieron a hacer Juntaderas para ir llenándolas. Cuando vimos que el proyecto empezaba a crecer lo que se propuso fue llevarlas a otro lado, entonces fueron trasladadas a la placita del Neuro. Ahí duraron un tiempo y ahora el armario está en el Neuro mismo y es muy usada actualmente. El proyecto en sí tiene el espíritu de que vos vas y sacás tus libros, y no tenés la obligación de llevar otro, ni devolverlo con día específico… sí la consigna es que si te llevás uno, traigas otro, o si te llevás uno la próxima traigas más, y entonces así darles vuelo.»

“Nos interesa llevar la palabra a todos los rincones de nuestra sociedad, esa palabra que está en todo el excelente material bibliográfico que tienen las bibliotecas populares,  para que todos los integrantes de la comunidad —a quienes por lo general le es retaceada la información— puedan reflexionar sobre diferentes temáticas, y acceder y disfrutar de ella ”, nos dice Ylda Carabajal, miembro activa de la Biblioteca Popular Madre Teresa de Calcuta, de Barrio Parque Liceo II Sección.

Ylda es educadora, narradora y tallerista de la biblioteca, espacio que se caracteriza por visibilizar sus propuestas en ferias y siempre en lugares públicos, ofreciendo a las y los vecinos una puerta de acceso atractiva y motivadora a sus ofertas y recursos. Junto a Graciela Felix, buscan lo más importante: “Compartir la palabra. A través de narraciones de cuentos, de relatos, de historias; a través de lecturas de poesías y coplas; a través de juegos, trabalenguas y canciones. Compartir la palabra es un proyecto que circula en la comunidad, en distintos espacios: centros de jubilados, centros vecinales, escuelas para adultos… Fue aceptado y apoyado por la CONABIP. Este es el segundo año, sigue interesando, y nos siguen invitando.”

La Biblioteca forma parte de la Red Cultural Zona Norte “un espacio de trabajo y articulación de escuelas, organizaciones y empresas de la Zona Norte de la Ciudad de Córdoba que promueve el acceso a la cultura como Derecho a partir de un trabajo territorial e interinstitucional”.

En Villa Los Aromos —pleno Valle de Paravachasca— funciona la Biblioteca Popular La Urdimbre, concebida y caracterizada por quienes le dieron origen como un espacio de encuentro, de participación, de expresión; un espacio para la música, la danza, la lectura y las distintas expresiones artísticas y culturales.

Florencia Bessone es una de las integrantes del grupo fundador, y nos cuenta que “en Los Aromos no había ninguna propuesta en torno a lo cultural o a lo artístico: no hay ni centros culturales ni centros vecinales ni clubes. Surgió entonces La Urdimbre de la inquietud de un grupo de amigos y vecinos para que se concretara un espacio de participación acá,  para que la gente de Los Aromos no tuviéramos que irnos de nuestro propio lugar, de donde vivimos, para hacer y participar.  Tomó la figura de biblioteca popular porque engloba todos los proyectos que veníamos teniendo y haciendo. En esa búsqueda empezamos a formarnos como asociación civil, una forma que nos diera reconocimiento legal para tener avales y para poder gestionar recursos.”

La biblioteca funciona en el barrio El Vivero y tiene el reconocimiento de vecinos y vecinas que se acercan a participar de diferentes maneras, en la feria que se realiza mensualmente, en las charlas o talleres que se organizan o yendo en cualquiera de los tres días que la biblio abre para consultar y buscar el material y los libros que están a disposición. Se autogestiona el sostenimiento y la sustentabilidad a través de algunos eventos, con la cuota de socios que es muy accesible y la venta de locro en ocasiones específicas, y no cuentan con apoyo comunal, de ningún tipo.

Dice Florencia que lo más interesante es que “es un lugar de construcción colectiva, de encuentro entre muchos y muchas que somos muy diferentes entre nosotros, pero que siempre pensamos en cosas que nos hagan bien comunitariamente, ampliando cada vez más la propuesta”.

*Por Soledad Sgarella para La tinta

Palabras claves: Biblioteca Popular El Armario Mágico, Biblioteca Popular La Urdimbre, Biblioteca Popular Madre Teresa de Calcuta, Bibliotecas populares

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