Vapors of morphine, esa subterránea debilidad

Vapors of morphine, esa subterránea debilidad
22 septiembre, 2017 por Julieta Pollo

Club negro deluxe con Vapors of morphine, vestigio de una de las bandas experimentales más contundentes de los 90.

Por Julieta Pollo para La tinta

Fue hace varios años en un barcito diminuto, quizás uno de los últimos resabios del Guemes under. Los vapores del aliento invernal y de combustiones varias se entremezclaban con la música, bajo la mirada risueña que Janis Joplin esparcía desde el único cuadro de Valentina. Esa noche escuché por primera vez la alquimia maestra de baja frecuencia que se desparramó con su cadencia de miel, sencillamente hipnotizante. “You’re the sounds I’ve never heard before / off the map where the wild things grow / another world outside my door”. No eran tiempos de Shazam, así que desenmarañé trocitos de letra porque si de algo estaba segura era de que quería escuchar más. Porque la cuestión con Morphine es que, como David Lynch o Mario Levrero, fabrica sensaciones.

El trío de Massachusetts compuesto por la voz y el bajo de dos cuerdas de Mark Sandman, el saxo barítono de Dana Colley y la percusión intermitente de Jerome Deupree y Billy Conway, conjugó blues y jazz con una impronta rockera que resultó en un sonido singular, espeso y demoledor. Lejos de descansar en las primeros fórmulas, Morphine supo explorar los más diversos paisajes: desde el frenesí de Honey White o Head with wings a la sensualidad de Souvenir o You look like rain, pasando por aventuras puntuales con folk norteamericano o sinuosos sonidos de Oriente, como en Rope on fire.

En su década de existencia —que va desde el ’89 hasta la inesperada muerte de Sandman sobre un escenario italiano— Morphine editó cuatro discos y había comenzado a grabar el quinto, The Night, llamado como la canción que yo escucharía mucho tiempo después en la otra punta del hemisferio.

En 2009, Dana Colley y Jerome Deupree refundaron la banda junto al guitarrista Jeremy Lyons y, desde Vapors of Morphine, continúan desarrollando su autodenominado low-rock. Además de interpretar las viejas canciones que todos queremos volver a escuchar, presentan algunas de sus nuevas composiciones que sin alejarse demasiado de aquel sonido logran configurar una variación interesante.

La banda ha visitado Córdoba en numerosas oportunidades y aunque solemos desconfiar de las segundas partes, Vapors of Morphine continúa el legado de Sandman con impresionante fidelidad y mantiene vivo el estilo que juntos acuñaron en los 90. Una oportunidad imperdible para los que «llegamos tarde» a nuestras bandas preferidas (y para los que todavía no llegaron).

► Vapors of morphine. Viernes 22 a la medianoche junto a Willy Crook y los funky torinos, en Club Paraguay (Pje. Agustín Pérez 99).

*Por Julieta Pollo para La tinta

Palabras claves: Mark Sandman, Morphine, Vapors of Morphine

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