La Bomba de Tiempo: tamboreros que dan de bailar
Por Julieta Pollo para La tinta
La Bomba de Tiempo es un colectivo de 16 percusionistas que brindan una experiencia difícilmente explicable en palabras, incluso los videos y grabaciones se quedan cortos para transmitir completamente lo que se vive en cada fiesta: la energía sonora se propaga como una llamarada y el cuerpo baila como un reflejo inevitable. El tum tum de los tambores penetra el cuerpo no solo a través de los oídos sino como onda expansiva que inunda la piel, y desde algún punto en el estómago estalla hacia afuera.
«El sonido de la percusión, de la rítmica, es muy ancestral: desde el latido de nuestro corazón, nuestros pasos, cómo hablamos, nuestra forma de respirar si estamos tranquilos o acelerados… el público se da cuenta de que puede bailar cualquier música que hagamos y de cualquier manera. Eso es increíble, estar tocando, observarlos mientras improvisamos y ver que en el entramado rítmico alguna gente baila en un pulso, otra en otro… es parte de la magia que tiene venir a ver La Bomba», reflexiona Juan Pablo Francisconi, parte del ensamble que festeja su onceavo aniversario.
La Bomba de Tiempo ha tomado escenarios en todo el mundo y sigue tocando, cada lunes, en la que siente su casa: el Centro Cultural Konex en el barrio de Balvanera en el que se congrega un promedio de dos mil personas que van a bailar para revertir el día menos agraciado de la semana. Hasta hace no mucho tiempo, después del toque la fiesta seguía en la calle: tamboreros y cientos de bailadores surcaban Azcuénaga estirando los límites del encuentro. Los vecinos del abasto se asomaban a los balcones y les veía pasar, acostumbrada al ritual sonoro de cada lunes. Juan Pablo cuenta que ya no lo hacen porque ya son «unos señores un poco de mayor edad» aunque aclara que existen los After Bomba, emplazados en cinco lugares donde poder ir luego del evento a escuchar música y bailar.
Una de las particularidades del ensamble es su trabajo colectivo, tanto para decidir cuestiones organizativas como para desarrollar el trabajo artístico, al punto de que incluso los directores de orquesta van rotando semana a semana.
—¿Cómo organizan el trabajo colectivo? ¿Los toques varían su estilo en relación al director de turno o buscan aunar criterios?
—Los 16 trabajamos en forma colectiva, conjunta. Tomamos muchas de las decisiones todos juntos, en reuniones que tenemos mensuales y en paralelo tenemos un trabajo muy grande producción con mucha gente que trabaja con nosotros por fuera de todo el entramado artístico del grupo. También hay temas macro que se van resolviendo por áreas que coordinamos distintos integrantes de la Bomba. Nada fácil, pero en estos 11 años creo que estamos llegando a una síntesis de cómo manejarnos y es muy interesante. De todas maneras, estamos todo el tiempo charlando con otras bandas de muchos integrantes lo que nos permite aprender otras formas de organización.
Hoy por hoy somos ocho los directores que solemos dirigir a La Bomba en vivo. Vamos rotando: un lunes dirigen cuatro, otro lunes los otros cuatro, y así. Cuando salimos de gira vamos intercalando con lo que queremos lograr con el show. Hay algunos músicos que tienen una impronta más bailable, otros más experimental… entonces vamos buscando ese discurso en el show para que realmente tenga un desarrollo y que se vean todas las paletas que se pueden llegar a desarrollar con los músicos. Es muy buena la rotación porque con cada director el grupo suena de una manera particular y con el paso del tiempo nos dimos cuenta de que es un recurso invalorable.
Santiago Vazquez, antiguo miembro de la banda, desarrolló un lenguaje de señas que le permitió al ensamble canalizar la energía artística de una treintena de manos sin perder la frescura de la improvisación. Con el tiempo, muchos colectivos de percusión han adoptado este código sobre el cual Juan Pablo comenta: «comenzamos con alrededor de 50 señas que propuso Santiago cuando empezó el grupo y, a medida que fue pasando el tiempo, fuimos desarrollando otras nuevas. Es un lenguaje, literalmente, y hoy tenemos alrededor de 90 señas que hemos ido inventando por la cuestión de que cuando querés decir algo y no tenés las herramientas, tenés que inventarlas. Es un placer increíble que hoy en Argentina haya muchos grupos que trabajan con el sistema de La Bomba. También hay grupos con estas características en Chile, Uruguay, Brasil, Puerto Rico -organizados por el percusionista de Calle 13 que flasheó con la movida de La Bomba-, en Suiza, Bélgica y algunos lugares más de Europa. Es un alegrón que se siga ampliando».
Después de haber editado el libro Ritual y ritmo, que habla del fenómeno sociocultural que es La Bomba, así como también un CD y un CD-DVD -con la participación de Chango Spasiuk, Mariana Carrizo, Illya Kuryaki, Los auténticos decadentes y Los cafres-; que registran dos de sus presentaciones en vivo, La Bomba de tiempo encara un nuevo desafío inédito en su carrera: grabar singles en estudio acompañados por las voces de diversos artistas. Near the drums es el primero de muchos que vendrán: cantado por Kevin Johansen, habla de la energía de la danza y de todo lo que genera estar cerca de la percusión.
«Ese single nació en Dubai cuando hicimos una gira como banda soporte del guitarrista Carlos Santana. Charlando con él en los camerinos siempre nos decía de las propiedades curativas del tambor, de la energía que trasunta el tambor y todo eso nos inspiró para desarrollar esta música. Está en ingles lo cual se dio de forma natural, porque en esa gira se habló mucho inglés, pero los próximos singles serán en castellano. Esto abre una nueva faceta… nosotros siempre tocamos en vivo y con esta nueva movida de hacer músicas grabadas en estudio hubo un cambio muy interesante que enriquece el espectro general del grupo. No quiere decir que nos vamos a convertir en un grupo de canciones pero si enriquece y desarrolla un camino paralelo a nuestros shows en vivo», explica Juan Pablo.
Además de este proyecto, otro de los objetivos de La Bomba del tiempo es seguir girando por distintas partes de Argentina, encontrándose con otros artistas y con la gente que venga a disfrutar el show. Si bien es un desafío muy grande debido a la movilidad de tal cantidad de integrantes, lo disfrutan mucho.
Este domingo, el ensamble visita Córdoba una vez más en una fecha explosiva que contará también con la presencia de los locales La pata de la tuerta. «Conocemos La pata y su mística. Es un alegrón volver a compartir con ellos y con otra banda sorpresa que tenemos, muy conocida en Córdoba. Típica Fiesta Bomba: vamos a tener Dj y Vj también. Espero que Córdoba nos reciba con calorcito y podamos disfrutar un show 100% bailable. Es un hermoso encuentro para compartir con los amigos cordobeses», concluyó el músico.
►La Bomba de Tiempo. Junto a La pata de la tuerta e invitados sorpresa. Este domingo 20 a partir de las 23 hs. en Club Paraguay (Pje. Agustín Pérez 99).
*Por Julieta Pollo para La tinta