Las Jams en Córdoba: el disfrute de la improvisación
«En cierto modo, la vida es como el jazz… es mejor cuando improvisas»
George Gershwin (1898-1937)
Las sesiones de improvisación musical que nacieron en el mundo del jazz pero que se expandieron hacia otros estilos como el folklore o los ritmos latinos, tienen un lugar en los circuitos culturales de Córdoba hace una década. Un brevísimo acercamiento a qué es una jam y porqué han generado este interés en nuestra ciudad.
Por Soledad Sgarella para La Tinta
En los últimos años, la movida de las Jam fue copando espacios del circuito cultural cordobés. Vemos carteles en tizas de colores y rodeados de bombitas amarillas por todo Güemes, invitaciones a eventos en las redes sociales y afiches que nos invitan a “una jam”. Jam sessions de algún músico de la ciudad, la Jam de los jueves, la Jam de folklore, la LatinJam.
Desde hace un tiempo, esta palabra de origen anglosajón fue incorporándose y haciéndose lugar en las opciones a la hora de elegir dónde salir para escuchar música, sobre todo entre semana. ¿Pero qué rayos en “una jam” y porqué está siendo así de conocida en esta ciudad mediterránea y cuartetera?
Diego Tercel Semperena, músico percusionista y organizador de la LatinJam de Cba, nos simplifica la definición en pocas palabras: “una jam es una juntada de músicos que se encuentran a zapar”.
Tenemos nuestro primer acercamiento conceptual para los que no somos eruditos en el tema: una jam es un encuentro entre músicos y músicas que hacen zapadas, o improvisaciones, y que se originó en el mundo del jazz pero que se fue desparramando entre los otros mundillos musicales como una forma de hacer arte improvisando en vivo y grupalmente. En términos más criollos, es una guitarreada de gente que sabe lo que hace cuando agarra un instrumento o canta y nos hacen poner la piel de gallina con sus virtudes.
Dice la web -y sus recovecos- que en su origen inglés, “Jam” viene del verbo “to jam” que significa atorarse o agolparse. Es decir, agruparse, juntarse, unirse. El origen de las jam tiene que ver con eso, con las conversaciones en lenguaje musical de instrumentistas o cantantes que después de presentar sus shows, se reunían en una casa o en un bar a seguir tocando, con toda la libertad de ir explorando caminos inusitados en cada canción.
Recopilemos: las jam se presentan, entonces, como movidas más descontracturadas y puestas en acción por especialistas, que se animan a sumar, cada noche, algo nuevo. Ninguna jam session es igual a la otra y cada banda anfitriona va decidiendo, gestionando y coordinando qué sucederá en el evento, cuál será el repertorio, a qué hora se realizará, cuántas entradas tendrá la banda estable en el escenario y si los músicos que quieran participar podrán o no hacerlo en cualquier tema.
Ahora bien, veamos qué fué sucediendo en nuestra ciudad para que desde Nueva Orleans se instalara en la movida nocturna este tipo de encuentros musicales.
Como primer e importantísimo antecedente (que ya cursa su decimotercera temporada), el cuarteto de jazz Es lo que hay empezó en el 2005 un ciclo de jam sessions semanales con muchísimos músicos invitados en 990 Arte Club. La banda conformada por Luis Barzola, Sebastián Teves, Mauricio Tavella y Raúl Pandolfi fue pionera en traer las jam a Córdoba, con el plus de hacer el evento en un día entre semana, cuestión que caracteriza en nuestra ciudad a estas producciones.
El origen netamente jazzero de las Jam Sessions no limitó su expansión, como formato, a otros géneros. Como dice Diego Tercel “el jazz originó y enmarcó las Jam por las propias características del estilo: si bien las canciones tienen un principio, un final y una melo, al medio pueden pasar mucho: se abre el juego a miles de interpretaciones”, cosa que claramente abrió la cancha a otros ritmos.
La Jam de Folklore es otro de los ejemplos más escuchados por estos lares. En el espectáculo originado en formato de ciclo, Diego Bravo, Julián Beaulieu, Chelko Pajón y José Gómez acompañan a distintos artistas e intérpretes de la música popular argentina en diversos recorridos creativos.
Por último, uno de los ejemplos más jóvenes es la LatinJam que desde el año pasado propone sesiones de zapadas e improvisaciones de música latina así como “clásicos de ayer y hoy”. Está conformada por Diego Tercel Semperena, Emilio Pasquini, Martín Barroso y Lucas Millicay, y también se han acercado otros músicos como el Colo Gimenez, Iñaki Moreno, Negra Marta Rodríguez, Jose Di Bert, Lucre Ortiz, y Fede Seimandi, entre muchos más.
Bueno, entonces ¿por qué el interés de Córdoba por las Jam Sessions? Esa respuesta conduce por dos caminos diferentes.
El primero, nos lleva a pensar en el público: para los espectadores, este formato ofrece la genial oportunidad -entre semana- de disfrutar buena música, con grosos y grosas en el escenario, en espectáculos dinámicos y atractivos que nunca aburren y con diversidad de estilos: jazz, folklore, latino. Además, en la mayoría de los casos, con entradas accesibles o a la gorra.
Por otro lado, para los hacedores de música, las jam son el lugar de la creatividad sin limitaciones, el lugar de las improvisaciones y el juego, el lugar del encuentro con otros que hablan ese idioma en común, esa pasión. Casi siempre entre amigos, se generan en escena atmósferas relajadas, repletas de manos y voces mágicas que se prenden fuego y transpiran sus ganas de estar ahí, transmitiendo que el arte se disfruta, y mucho.
Por Soledad Sgarella para La Tinta