Donde danza la esperanza
Mañana desde las 22 en Atenas, tendrá lugar la Peña Trashumante, el tradicional encuentro de Raly Barrionuevo con su público, en una noche colmada de invitados. Compartimos la invitación.
Más difícil que cambiar el mundo tratando de convencer a quienes opinan como opinan los medios masivos que consumen, es pasarla mal en una Peña Trashumante.
No será demasiado feliz la comparación. A ver otra:
Más improbable que una lluvia de inversiones que reactive la industria, le dé trabajo a todo el país, elevando el poder adquisitivo de las clases medias y bajas para priorizar el consumo interno desde un gobierno neoliberal, es pasarla mal en una Peña Trashumante.
Viene complicada la cosa. Último intento:
Más complicado que esperar medidas inclusivas de gentes nacidas y criadas para pensar en números, es ir a una Peña Trashumante y pasarla mal.
No hay caso. Parece inevitable.
Es que hay que tener muchísima mala suerte para ir a una Peña Trashumante y volver sin una sonrisa. ¿Qué puede pasar? ¿Puede pasar, por ejemplo, que no te guste “el folklore”? ¿O que la cerveza esté caliente? ¿O que las empandas no estén ricas? ¿O que el locro no te dignifique el pecho? ¿O que se termine el vino o el fernet? ¿O que el sonido no acompañe?
Puede pasar todo eso, sí. Siempre hay una primera vez que, por el trabajo y la pasión de un montonazo de gente convocada desde hace 10 años, se viene postergando.
Ir a una Trashumante, o a la peña del Raly, es como ir (manejo de escalas a criterio del lector) a un recital del Indio. Esa comparación sí que se la aguanta. Claro, hay que haber ido a un recital del Indio, o de los Redondos, y a una Peña Trashumante para trazar semejante puente. Se trata de la alegría colectiva, de andar todos en la misma desde antes del comienzo, capaz que más desparramados por la ciudad en algún caso, pero todos reunidos tarde o temprano bajo el mismo techo, de estrellas o de chapa de zinc, no importa; todos cantando juntos, bailando, cantando y bailando, o sólo mirando y escuchando todo lo que pasa con una sonrisa tipo tajada de sandía.
«Ir a una Trashumante es como ir (manejo de escalas a criterio del lector) a un recital del Indio. Claro, hay que haber ido a un recital del Indio, o de los Redondos, y a una Peña Trashumante para trazar semejante puente. Se trata de la alegría colectiva, de andar todos en la misma desde antes del comienzo»
Una Trashumante arranca con la previa (con amigos en alguna casa) para llegar al estadio Atenas con el corazón a punto caramelo, para fundirse en un fiestón que a diferencia del gran Pelado (fiel a su estilo de tocar solo y de noche, es decir, sin “bandas soporte”), incluye propuestas artísticas siempre diversas, siempre queribles, siempre convocantes, para agrandar la ronda. ¡Sino no sería una Peña!
El punto es el encuentro. Eso de cruzarse con gente conocida, con viejos amigos, incluso con compañeros de trabajo que no pensabas ver, pero además con las canciones de siempre, con algunas nuevas y con, de nuevo, músicos para cruzar versiones de locos.
En esta edición, la lista de invitados da para seguir y seguir buscando comparaciones. Este viernes 11 de noviembre, antes, durante y después de Raly (eso también es una hermosura: no saber cuándo va a subir cada artista. Seguro en algún momento, o en varios, subirá Barrionuevo para compartir alguna canción, y seguro en el transcurso de su presentación subirán más invitados, y así, como siempre) se presentarán:
Elvira Ceballos. Mujer y artista admirable. Si escucharla es un placer, conocerla es una bendición de la vida. Ahí está el disco “Radio AM” para disfrutarla junto a Raly, y “Mi vida toda” donde recorre clásicos que la acompañaron desde siempre.
De Boca en Boca. Después de su regreso el 27 de agosto en el San Martín, el cuarteto integrado por Vivi Pozzebón, Marcela Benedetti, Alejandra Tortosa y Soledad Escudero se presenta en la Trashumante. ¿Se imaginan a Raly cantando “Jiri Son Bali”? ¡O cualquier otra! “El canto de ordeño” por ejemplo… Vaya a saber. Habrá que estar para ver, escuchar y sorprenderse.
Germán Daffunchio. De Sumo y Las Pelotas a la Trashumante, para volver a compartir escenario con su amigo. ¿Habrá pogo con “Esperando el milagro”? ¿Escucharemos a Germán haciendo la segunda voz en alguna zamba? Otro motivo para llegarse.
Ernesto Guevara. Compañero de tantos caminos junto a Raly, después de Vislumbre y Presagio. Guitarrista estupendo y autor de “Miradas”, su segundo disco solista recientemente editado. Tal vez canten con Raly alguna de su nuevo disco; tal vez vuelvan a cantar juntos el Gato del Festival y que vuele todo. En fin, más razones.
José Luis Aguirre. Qué decir… Además de las canciones que formarán parte de “Amuchado”, su nuevo disco (que ya puede comprarse por anticipado en Punta y Hacha), puede pasar cualquier cosa con estos peludos juntos en escena.
La Cruza. Los hermanos Mamonde subirán una vez más, porque sus canciones nacidas en Villa El Libertador valen por todos y porque hay nueva música que mostrar. Se viene “La película de los nuestros”.
Wongai. Un proyecto de música africana surgido en 2013, que viene expandiendo su experiencia en talleres presentaciones con grandes músicos. Con sólo recorrer su espacio en las redes será suficiente para descubrir que “Wongai” significa “¡Vamos!”. ¡Habrá que ir!
Fede Flores. Dj omnipresente, artista que aparece para intervenir y mejorar la música de quienes lo invitan a ser parte de sus presentaciones. Como no falla, llueven propuestas desde proyectos de lo más variados y ahí va Flores, multiplicándose. Si la cosa se repite este viernes en la Trashumante, sucederá que cuando todos los músicos hayan pasado por el escenario, aparecerá un señor con gorrita, anteojos, un par de bandejas, decenas de perillas, las manos haciendo cuernos y de acá no se va nadie que esto recién empieza.
Como la Peña es un encuentro de disciplinas, habrá artistas plásticos en vivo. Daniel (el Dani) Marín, Sebastián Olmos, Pedro Ponse de León y Jorge Garay.
Para quienes no puedan asistir, por cuestiones de distancias insalvables por ejemplo, todo será transmitido, como es habitual, por la Red Nacional de Medios Alternativos.
Todo lo recaudado será destinado a sostener los proyectos sociales de la Universidad Trashumante y el Encuentro de Organizaciones.
Para quienes no conocen de qué se trata todo esto, acá un resumen:
La Trashumante es una organización social que, desde la educación popular, trabaja en proyectos sociales que proponen la construcción de un mundo más justo.
La Peña Trashumante nace y vive como una fiesta popular y solidaria.Es una de las patas más importantes de nuestra opción por la autonomía. Es nuestro más querido sueño de la autogestión de las organizaciones: la posibilidad de una transformación de la realidad, generando los recursos económicos que sostengan las prácticas en nuestros territorios.
Es nuestro deseo de generar un arte para los y las de abajo. La celebración de la esperanza, que nos permite habitar por una noche ese mundo que soñamos.
Y es profundamente solidaria: en el escenario, en las barras, en cada rincón de nuestra Peña, hay puestas horas de trabajo humano y colectivo, en los que nadie cobra, pero todos y todas ganamos. Es trabajo ofrendado a nuestros barrios, a las giras, a la escuelita autónoma, y a muchas otras prácticas desde las que soñamos generar la transformación, sueño que caminamos también con el Encuentro de Organizaciones.
Les agradecemos a cada rostro que nos visita, a cada uno de los que comparten esta noche de fiesta colectiva.
Cuando el mundo tira para abajo, mejor llegarse donde danza la esperanza.
*Por Pablo Arietti para Redacción 351.