¿Hasta dónde un evento obstétrico se convierte en un caso policial?
Entrevista a Soledad Deza -abogada del caso Belén- para el programa radial Lo menos pensado de Radio Barbarie.
En abril de este año el caso de Belén toma visibilidad al recibir una condena de ocho años por “homicidio doblemente agravado por el vínculo y por alevosía”. Pero la historia venía de hace rato, tanto como dos años. Dos años en los que Belén estuvo presa tras sufrir un aborto espontáneo en un hospital público de Tucumán.
Belén fue maltratada en el hospital, tuvo una defensa negligente, fue estigmatizada por los medios de comunicación hegemónicos, pero también sostenida y acompañada por diversas organizaciones de mujeres y derechos humanos nacionales e internacionales. Ese acompañamiento que se volvió grito #LibertadParaBelén en las calles y redes sociales puso el tema en agenda logrando que todos aquellos que no querían mirarla ni que nadie la viera tuvieran que bajar la mirada.
El miércoles 17 de agosto La Corte Suprema de Justicia de Tucumán ordenó que Belén sea liberada, mientras continúa el análisis del expediente.
Si el encierro de Belén no puede entenderse por fuera de los límites patriarcales de nuestra sociedad, su liberación no puede descifrarse sin la lucha y el acompañamiento de diversos espacios. En este camino a “medio andar” donde falta mucho por recorrer la figura de Soledad Deza es ineludible. Abogada tucumana, miembro de Católicas por el Derecho a Decidir, asume su defensa, y como diría Belén “arma la revolución”.
Con voz serena, clara y segura Soledad nos cuenta en esta entrevista cómo fue el proceso que llevó a Belén a estar en prisión, los detalles de la lucha en el plano judicial por su liberación y lo que viene en cuanto a la batalla final por su absolución.
Para aquellos que no estén al tanto del caso Belén, ¿querés contarnos un poquito sobre cómo venía la situación hasta que vos tomaste el caso?
Belén llega con 25 años a la guardia del Hospital Avellaneda, la madrugada del 21 de marzo del año 2014. Llega acompañada de su mamá. Tenía fuertes dolores de panza. La atienden dos médicas y un médico, le ponen un calmante, le ponen una vía. En el interín tiene una hemorragia, a las casi dos horas de estar internada. La suben al servicio de ginecología, donde le diagnostican según su historia clínica un aborto espontáneo, incompleto sin complicaciones. Cuando sale estaba rodeada de policías, acusada de haberse realizado un aborto. Finalmente, la vinculan a un feto que había aparecido una hora antes en el hospital, según consta en el expediente. Belén queda con custodia policial desde que sale del quirófano. Le dan de alta, pero para irse directamente al penal; que es donde estuvo hasta el viernes de la semana pasada a las nueve de la noche. En el interín se la acusó de homicidio agravado por el vínculo: un homicidio que no está probado y un vínculo que tampoco está probado. No se hizo un examen de ADN, y el feto al cual se la vincula se perdió en el interín de la investigación. Es decir, un proceso plagado de irregularidades, pero que tuvo presa dos años y cinco meses a una joven que al día de hoy tiene 27 años. Pero que está libre. O sea, ya hemos ganado la mitad de la batalla.
¿Cómo es que vos llegás al caso? ¿Cómo te acercas a Belén?
Yo me entero de casualidad. Su juicio oral duró sólo dos días. Me llama una de las profesionales de la salud que estaba citada a declarar en su juicio para que la asesore sobre el valor del secreto profesional. Así accidentalmente, es que yo me entero de este caso. Me voy un sábado al penal a conocerla, no me dejan entrar, le dejó una tarjeta. Al final me llama para que vaya el domingo. Voy el domingo y a ella la terminan condenando el lunes siguiente. Yo asumo la defensa el martes.
Claro, porque la asesoría legal que ella había recibido no había ni siquiera seguido los pasos que tal vez la hubieran podido poner en libertad, al menos hasta esperar nuevas instancias judiciales…
Fue muy negligente su defensa oficial. Ella tuvo una defensa que es la que le proporciona el Estado a quienes no tienen recursos. La defensora que la acompañó en el proceso de recolección de pruebas, en la apelación de su prisión preventiva y finalmente en el juicio, fue muy negligente: no sólo no planteó la violación del secreto profesional ni cuestionó la debilidad del marco probatorio, sino que además la estrategia de defensa que eligió, la defensora oficial contrarió las propias declaraciones de Belén. Quien dijo en todo momento no saber que estaba embarazada, no haber matado a nadie, no haberse provocado un aborto. Siin embargo la única estrategia procesal de la defensora fue el estado puerperal. O sea, casi que reconoce una autoría y una existencia material de un hecho, aun cuando no estaba probado. Porque de verdad nosotros no hemos aportado ninguna prueba, creo que solamente nos hemos detenido a leer ese expediente. Que creo que es lo que no hizo ni la fiscalía que acusó, ni la defensa que la defendió antes, e incluso tampoco lo hizo la cámara que fue la que la condenó.
Recién decías que “estamos a mitad de camino” ¿Cuáles son los pasos a seguir?
Y bueno, estamos a mitad de camino porque nosotros habíamos planteado dos recursos de casación. Uno porque, como vos bien señalabas, no tiene una condena firme. Entonces, en nuestro país, es importante que la gente sepa, la prisión preventiva es una excepción. El encarcelamiento preventivo sólo procede, según los estándares de Derechos Humanos, cuando hay un riesgo procesal de fuga o de entorpecer la investigación. En el caso de Belén, la investigación había terminado en agosto de 2014. Y el riesgo de fuga lo tiene que probar la fiscalía. Belén pertenece a un sector popular, estuvo cinco días en el hospital, podría haberse escapado pero estuvo a disposición de la justicia. O sea, nada hacía suponer que iba a sustraerse de la justicia. En ese primer recurso ya obtuvimos una respuesta favorable de la corte, y por eso Belén está libre. Ahora queda pendiente el segundo recurso de casación, en el que nosotros pedimos que se revea la condena basada en pre-argumentos. Por un lado, que ha tenido una defensa técnica negligente. Por otro lado, que se ha violado el secreto profesional y que las pocas pruebas que hay en el expediente provienen de testimonios de los profesionales que la atendieron, pero que son incluso contradictorios con la historia clínica que ellos mismos han hecho. Y finalmente, las contradicciones que hay en el cuadro probatorio, en las constancias de autos y demás. En ese recurso de casación ya tenemos un dictamen del ministro fiscal (que es como el procurador general), previo a la sentencia, que es favorable para nosotros. Se pronuncia por la nulidad de la causa, desde foja uno, y por la arbitrariedad en la condena. Eso quiere decir que el ministro fiscal sostiene, al igual que lo hemos sostenido nosotros como defensa, que la condena de Belén no tuvo fundamentos. Entonces la verdad es que estamos esperanzadas. Creemos que es una cuestión de tiempo que finalmente se haga justicia en su caso.
Después de que se da este dictamen que permite la liberación de Belén, ¿Por qué se demoró más de lo que debería haberse demorado la liberación efectiva?
Fue muy desafortunado. Porque a Belén la corte le da la inmediata libertad el miércoles 16 de agosto a las 13 hs. Lo que ocurre es que quien instrumenta esa orden de inmediata libertad, quien tramita las cuestiones procesales es la misma cámara que la condenó. Y es la misma cámara que este sábado pasado reveló en el medio periodístico de mayor difusión de Tucumán, en el diario de mayor circulación, el verdadero nombre de Belén. Y a quien nosotros le habíamos hecho una denuncia dos días antes para que les hagan un sumario administrativo, por violar su intimidad. Entonces creemos que hubo una inquina en ese sentido, porque esa “inmediata libertad” llevó 45 horas. Lo cual es inaudito, además de injusto. Pensemos que una orden de la Corte nos requirió meter un Habeas Corpus, luego de la segunda noche que Belén, teniendo orden de libertad seguía durmiendo en la cárcel. Ha sido una libertad demasiado tramitada, demasiado peleada para ser una orden de la Corte.
Hemos escuchado, además del caso de Belén que fue emblemático y que hemos seguido desde el principio prácticamente, que suceden habitualmente estas cuestiones de que llegan mujeres a las clínicas, a veces con amenaza de aborto o con un proceso de aborto en camino y que terminan implicadas en cuestiones judiciales ¿Es un síntoma de que nos falta discusión al respecto, de que nos falta profundizar allí el Código y las leyes para poder contener este tipo de situaciones?
Yo creo que ahí hay dos cosas. Por un lado, un déficit severo de formación de los profesionales de la salud y de los profesionales del derecho. Porque acá hay dos partes que colaboran en la criminalización: el sector de la salud, y el sector judicial con la mediación de la policía. Entonces, por un lado, una escasez de recursos técnicos para manejar la relación médico-paciente; y para identificar que la consulta de aborto, sea provocado o espontáneo, se enmarca en la Ley 26.529 que está protegida por la confidencialidad y demás, al igual que cualquier otra consulta. Pero por otra parte creo también, haciendo una lectura un poquito más macro y más política, que la denuncia post-aborto es el último enclave de poder que le queda a un profesional objetor para censurar de alguna forma a la paciente que toma una decisión con la cual ese profesional no acuerda moralmente; o que sufre un evento obstétrico que el profesional sospecha que ha sido provocado. Que se entienda, no importa si es provocado o espontáneo. Me parece que frente al aborto, así como los objetores frente a un aborto no punible niegan la práctica, en una situación post-aborto (que es cuando el aborto ya se ha desencadenado por lo que fuera) la denuncia es la última herramienta de poder que le queda al profesional de la salud. Y que cuando encuentra la colaboración de un Poder Judicial patriarcal… con ayuda de la policía se forma una tríada bastante explosiva. Que es capaz, como vemos en el caso de Belén, de quitarle incluso la libertad a una mujer durante casi 900 días. Entonces es peligroso. Coincido con vos en que nos falta un poquito de debate en este tema.¿Hasta dónde el Poder Judicial y el sector de la salud disciplinan? ¿Y hasta dónde genera bienestar el sector de la salud? Que es lo que está obligado a generar, un estado de completo bienestar, porque eso es la salud. ¿Y hasta dónde investiga el Poder Judicial, y hasta dónde busca la verdad material? ¿Y hasta dónde un evento obstétrico se convierte en un caso policial, en un caso judicial? Finalmente, si no interviene el movimiento de mujeres, nunca se convierte en un hecho social y político, que es lo que es hoy el caso Belén. Eso creo que tenemos que pensar.
Claro, en definitiva tal vez lo que decías del profesional de la salud posicionado en lugares morales. Cuando en realidad también debería velar por el bienestar y la salud post-aborto.
Por un lado eso, no perder de vista que los profesionales de la salud tienen obligación de brindar información y asistencia sanitaria, de brindar un trato digno y respetuoso,una atención libre de violencias; y sobre todo de guardar secreto de lo que conocen, y de respetar la intimidad de la paciente. Por otro lado, pensar que los profesionales de la salud ocupan un lugar de poder en una relación que es asimétrica, como es la relación médico-paciente. Entonces, se aprovechan de ese lugar de poder, del conocimiento o de los datos que recaban a partir de la atención sanitaria, para criminalizar a una mujer. No solamente se viola el derecho a la salud. No olvidemos que también las pacientes tienen una libertad de conciencia, y tienen una ética que los profesionales de la salud deben respetar. Eso lo vemos también cuando se solicitan abortos permitidos por la ley: en el acto está presente la conciencia del profesional, la libertad de conciencia. Nunca llegamos a hablar de la libertad de conciencia de la paciente. Acá hay muchos derechos que se ven afectados cuando hay una situación de aborto o post-aborto. Me parece que tenemos que ser capaces como sociedad de ver que aquella excusa que se daba de “bueno, no se utiliza el delito de aborto, no hay ninguna presa por aborto” no es verdad, es una afirmación falsa; Belén encarna la falsedad de esa afirmación. Entonces hay que tomar un poquito más en serio el poder biomédico, el poder de disciplinar en una relación que como dije es asimétrica. Y en la cual se juega una gran desigualdad social: porque es altamente improbable, cuando no imposible, que si yo llego con un aborto a una clínica privada, me vaya a pasar ni la décima parte de los maltratos que recibió Belén, eso también es una realidad.
Hace unas semanas salió una nota en Página12 muy interesante, donde Mariana Carbajal, entrevistaba a Belén desde el penal. Uno podía leer muy entera a Belén; en un sentido de lo que le permitió fortalecerse tu acercamiento a la causa, el saber de todo lo que se estaba gestando fuera de la cárcel, el apoyo nacional, y el apoyo internacional con una carta que le manda Amnistía Internacional. ¿Cómo la ves hoy vos a Belén y cómo vive todo este apoyo que sabe que tiene?
Y, yo a ella la veo fuerte. El apoyo de la gente le llega, eso es muy importante. Pensemos que, si uno a una persona la trata como persona, esa persona se siente persona; si uno la trata como basura, esa persona se siente basura. Yo creo que lo más importante que le pasó a Belén es poder tener las herramientas que son producto no solamente de mi acompañamiento, sino del de todas las personas que a lo largo y a lo ancho del país le han hecho llegar su apoyo. Nosotros le hemos impreso todas las notas, todos los mensajes y demás que han llegado estos meses. Y eso la ha des-autoincriminado a ella moralmente. Creo que eso es lo más fuerte que puede tener una persona. Alguien que siente que no tiene derechos jamás los va a exigir. Ahora, cuando una persona entiende lo que le pasa y se da cuenta de que alguien le ha fallado… me parece que va a ser capaz de buscar las herramientas de donde sea para lograr que se haga justicia en su caso. Y en eso no estoy yo sola, hay una mesa provincial, hay compañeras del movimiento de mujeres que nos acompañan. Y que, sobre todo, me ayudan a mí en cuestiones como las que se dieron en la puerta del penal, donde teníamos periodistas que querían su imagen. Acá hay un gran movimiento de mujeres. Yo creo que también el movimiento de mujeres… todas, vos, yo… creo que la libertad de ella es un poco la libertad de todas, creo que nos ha empoderado a todas para pensar que el Poder Judicial no puede hacer lo que quiera con nosotros, aunque muchas veces así nos lo parezca.
Pero Belén no es solo Belén. Belén encarna a muchas. Por eso también Soledad nos da una mirada sumamente esclarecedora sobre la triada médica -jurídico- policial que busca disciplinar no sólo los cuerpos de las mujeres sino también sus luchas. Si el objetivo disciplinador del caso de Belén es la amplificación de un temor generalizado. Su liberación marca precedente y a esos mismos poderes les dice: Belén no está sola. Nosotras tampoco.
La entrevista completa puede escucharse en:
http://ar.ivoox.com/es/entrevista-a-soledad-deza-abogada-del-caso-belen-audios-mp3_rf_12655727_1.h
Por Paula Da Porta y Facundo Di Cuollo, publicada en Revista Las Furias
Foto: Las Rojas