De Boca en Boca colmó el San Martín
El sábado 27 de agosto, el cuarteto integrado por Alejandra Tortosa, Marcela Benedetti, Soledad Escudero y Vivi Pozzebón se reencontró con su público en un concierto emocionante. En esta crónica Pablo Arietti nos transporta a una noche única en la que cuatro mujeres dieron la vuelta al mundo con sus voces.
En sus lento desprendimiento, el simple transcurso de los días nos anima a la diversidad. Siempre entendemos y repetimos que nuestros corazones mejoran cuando se abren a experiencias que plantean desafíos, a búsquedas y nuevos encuentros que nos enriquecen.
¿Siempre es así? No siempre es así. No podemos vivir siempre así. Eso de inquietar miradas para ampliar horizontes está muy bien, pero es una belleza de paseo que en algún momento, gracias a la vida, nos lleva por curvas y contracurvas hacia fragmentos de nuestra historia que nos han hecho bien, tal vez para todo el viaje.
Después de tanto andar, o de andar como hayamos podido para que la frente no se marchite demasiado, nos gusta volver, a veces, como si fuera posible. Vamos a un recital para desandarnos, haciendo gracia, en cada abrazo con viejos conocidos, de los años que pasaron, modificándonos.
Estamos acá, una vez más. Somos los suficientes para ocupar todas las butacas del San Martín, como hace unos cuántos inviernos. Cada uno de nuestros recuerdos mide el largo y ancho de ese telón que también espera los tres anuncios del señor locutor (eso de que la función comenzará en quince, en diez, en cinco minutos y la parte de las cámaras fotográficas y demás recomendaciones que felizmente desatendemos) para cambiar de rojo a negro, conforme se van apagando las luces. Alguna vez sabremos memorizar esa secuencia de apagado, una de las formas de la felicidad. Tuvimos una oportunidad la noche anterior, cuando cada serie de lámparas reprodujo su lenta ceremonia para recibir a Egberto Gismonti en el comienzo de un fin de semana difícil de olvidar.
Y estamos acá, otra vez, justamente por eso. No hemos podido olvidar la música de cuatro mujeres que se llaman Alejandra Tortosa, Marcela Benedetti, Soledad Escudero y Viviana Pozzebón, y que ahora están ahí, detrás de ese telón, a punto de ver cómo sube, a punto de ser otra vez De Boca en Boca y cantar juntas para todos nosotros, que no seremos los mismos, pero ahí sigue el orden de las canciones de los tres discos en la memoria. No los nombres, porque algunos son difíciles; sí las músicas, las introducciones, las voces de cada una, toda esa maravilla enredada a la vida desde los primeros cantos sin tiempo sonando en walkman por las calles de la ciudad, allá por finales de los noventas.
Cuando suba ese telón, sí sí, aparecerán las De Boca en Boca. Tenemos el programa del concierto. La lista repasará Música de Mundos, De Boca en Boca y Después del Mar. Las voces viajarán por todos los continentes y nosotros por todos nuestros años de gente.
Ahí está, ahí sube… ¡Hola de nuevo chicas! Hola de nuevo Córdoba de los últimos veinte años y de estos días. Hola Alejandra de azul, Marcela de violeta, Soledad de fucsia, Vivi multicolor.
Entre los micrófonos, el Steinway a la izquierda y la base de operaciones del invitado de la noche en el centro, una docena de parches dispuestos como ofrendas nos saluda.
Las canciones, sus orígenes, sus apariciones en la discografía
01- Ndje Mukanie (Ruanda-Zaire). Segunda canción del segundo disco. “Mukanié Mukaneó Amaná keó…” ¿Será así? Hemos aprendido a cantar como pudimos, siempre.
02- Mamam Ciroua (Haití). Primera del segundo. Tortosa en las nubes. El tiempo ha pasado pero no. “¡Eia!”
Ale: “Súper felices de este reencuentro, en esta semana tan significativa para Córdoba (48 horas después de otra gran jornada de memoria, verdad y justicia, el teatro desata el primer gran aplauso.
Vivi: “Se hizo justicia.”) Que sea una noche de celebración. Bienvenidos a todos.”
Sole presenta los temas y anuncia un clásico. “Un hit”, dice la tamborera del cuarteto.
03- Shope Shope (Bulgaria). Quinta del primero. Sole con palmas, Vivi con un bombo, Ale con un pandeiro, Marce marcando la melodía con su flauta. Las cuatro, otra vez, por las músicas del mundo.
Sole: “La tradición celta cuenta que las mujeres, cuando hacían trabajos cotidianos, como hacer el pan, hilar, sembrar y todo ese tipo de actividades, cantaban canciones como esta.”
04- Puirt a Beul (Escocia). Novena del segundo. El cuarteto a cappella, llevándonos por imágenes irrepetibles, cantando entre ademanes de oficios.
Ale: “Un tema, quizás de los primeros de nuestro primer disco que nos acompañó en todas las giras.” Marcela: “La mujer africana trabaja muy duro bajo el sol caliente, mientras que su marido descansa en una hamaca. En todas las culturas se repite.” Nos reímos. Se escucha un “¡Gracias!”
Todo el tiempo habrá cambios de posiciones e instrumentos.
05- Mosadi Ku Roma (Zimbabwe). Sexta del primero. “¡Ieaeku! ¡Kania ke kangua!” ¡O algo así! Hay que escucharnos cantar… La música termina con un golpe de Vivi en el tambor y las cuatro bajando sus miradas y con ellas las luces, que vuelven para alumbrar la primera ovación. Sonrientes, dejan los instrumentos.
Sole: “Ahora venimos a América. Vamos a hacer “La Iguana” que es de México. Esta nunca la grabamos así que es todo un desafío…”
Ale: “Y no la vamos a grabar tampoco… (Risas) ¡No han cantado nada todavía así que esto más vale que lo canten eh! Es fácil… Ay… Desde las dos de la tarde que estamos con los pelos… ¿Estamos lindas? (El “¡Seeeeeee!” que baja entre risas desde el paraíso, reverbera en la platea y se enreda en esos peinados geniales suena bastante convincente. Están hermosas, sí sí) Ya a los cuarenta y pico… Hay que ponerse las pilas… Esta es muy fácil, hay que decir “¡Fea fea fea!” ¿Les enseñamos el coro? ¿Van a cantar? Después de nueve años… A ver: “Una iguana se cayó de arriba de una escalera…” El rebote no necesita más ensayo.
06- La iguana (México). Una fiesta de palmas autoconvocadas. Alejandra con un charango, Marcela con un tambor, Vivi con un cajón, Sole cantando. ¿Cómo haremos para guardarnos este momento? ¿Cómo podremos atesorar cada verso que pasa? Marcela dirá, por ejemplo: “De la mano de Cecilia Todd, esta hermosa canción…”
07- Canto de ordeño (Venezuela). Décima del primero. Decenas de noches volviendo. El recuerdo exacto de la primera vez que apareció en nuestras vidas. Ese canto de pájaros, el cencerro, el mujido y “Lucerito ‘e la mañana, prestamé tu claridad…” Pendemos de un hijo hasta escuchar “Clavelito, clavelito, clavelito, clavelito…” Somos todo eso que nos eriza la piel. Los años que pasaron, las historias que nos atravesaron, los rincones de la ciudad que supimos frecuentar, los amores, los que se fueron, los que vinieron, todo de nuevo en esa maravilla que suena apenas entre dos maracas, un udu y la voz de Sole al cielo entre coros de mariposas.
Como contraste necesario, la emoción ante una música inabarcable termina en risas cuando después del final, Vivi señala a Ale (encargada de la onomatopeya del mujido) y dice, cómo presentándola: “La vaca”.
08- Svatba (Bulgaria). Tercera del primero. Los arreglos impecables de siempre. Un pandeiro llevando el ritmo ente vaivenes de voces afinadísimas.
Marcela: “El tema de recién es un canto de boda de Bulgaria y ahora hacemos un canto de boda de Marruecos.” Nuevo cambio de posición y de instrumentos. Ale: “Si alguien se está por casar, o por descasar (nos reímos de nosotros mismos), para alegrar un poco…”
09- Moroccan Wedding Song (Marruecos). Quinta del segundo. Las cuatro con parches. Todos tenemos a Vivi como la percusionista destacada del cuarteto, y es así. De repente, Ale nos sorprende con un pasaje estupendo, en medio de un viaje que va tejiendo continentes.
Ingresa Fede Flores. Remera azul, traje a cuadros rojos y negros. Gorra negra. Saludo haciendo cuernitos. Y sí, estar ahí es rock.
10- Jorodig (Armenia). Duodécima del tercero. En lugar del comienzo a capella que nos sabemos, suena una base tremenda como intro a una canción perfecta para que el invitado tome el ritmo original y nos lleve donde nunca fuimos, por senderos que se bifurcan, por mundos paralelos… (gracias Gustavo, gracias Jorge).
Sólo un haz de luz cenital sobre los hombros y las perillas. Antes de que Vivi lo pida, aplaudimos a Fede, que siempre está donde tiene que estar y mejora todo lo que interviene, como si fuera fácil.
Vivi: “No podemos dejar de nombrar a quien nos enseñó esta canción, que grabamos en su disco y después grabamos en el nuestro. Es el conjunto armenio Kusan, cuyo director es Enrique Avakian. No sé si está o si hay algún amigo. Hágale llegar nuestro saludo, un aplauso para Kusán.”
Se va Fede y las cuatro bocas se vienen al proscenio.
Ale: “Las Hakas son danzas de guerra que hacían los maoríes para asustar a sus enemigos. Ellos decían que eran amigos en estado de furia.”
11- Hea Toa Takini – Ka Toia Atu Koe – Ki Okoiki (Nueva Zelanda). Sexta del segundo. Ese primer canto sigue recorriendo una melodía cercana a “O sole mío”… Alguna conexión habrá entre esos puertos.
12- Isjos Broliukas (Lituania). Undécima del segundo. Se encienden las luces que nos apuntan y Marcela inicia una fuga sublime de voces, como suelta de alas que pueblan el aire del San Martín.
Mientras vuelven al centro del escenario y acomodan sus micrófonos, volvemos a nuestras butacas de donde la música nos haya llevado.
Sole: “Lo que hicimos recién es de Lituania. Ahora nos vamos a Portugal…”
Ale: “Una canción de amor, en los maizales. Lo dejo ahí… (risas)”
13- Milho Verde (Portugal). Tercera del tercero. Vivi en los tambores. Luces a tono con la poesía y brumas sobre el escenario. A esta altura muchos, quizás, habremos modificado nuestras sensaciones, desde una gran felicidad inicial por el reencuentro hasta este momento, en la mitad del concierto, donde el placer se parece al de siempre por disfrutar interpretaciones impecables de canciones tan escuchadas.
Vivi: “Muchas gracias. ¿Cómo la están pasando? (“¡Bieeeeen!”). La siguiente canción tiene mucho significado para nosotras porque aparte de ser una de las primeras que cantamos, fue una de las que les grabamos al señor Rubén Blades (aplausos) Estábamos en Costa Rica, le grabamos sólo las bases y al año siguiente hizo su versión usándolas. La canción original es “Jiri Son Bali”, es de Mali y habla de un árbol no regado. Dice que si una no atiende y no le da amor a las cosas que vino a hacer en esta vida, nunca ese árbol va a dar sus frutos.
14- Jiri son bali (Mali). Primera del primero. Inicio de una historia entre esas cuatro artistas que cantarán versos en su lengua madre y nosotros, que cantaremos algo así como “Keube maié, gayirimí luru, naoma ñomá guiri son brani tarruili”, sin saber nunca qué significará todo eso que suena más o menos así, como tampoco sabemos ni querremos averiguar cómo pueden brotar tantos paisajes y corazones de una música. Nos quedaremos así, reviviendo esa primera ceremonia, entre percusiones y luces rojas y verdes, como el amor y la buena memoria (gracias Luis).
Después de una gran ovación, Vivi se sienta al Steinway. Ale: “Vamos a seguir con una canción del Amazonas que se le canta al arara, ese papagayo azul que vive por allí. Este tema lo encontramos gracias a Marlui Miranda que hizo todo un trabajo de recopilación de los cantos amazónicos.
15- Araruna (Brasil). Duodécima del primero. Sole junto al piano, llevando la canción. Un palo de lluvia apenas entre la melodía lenta, repartida en voces como sueños y de este lado, más y más miradas por el aire, recorriendo el paisaje en penumbra de la herradura acunada del San Martín, hasta esa nota grave del final. Otro gran momento.
16- Bagualas (Argentina). Último del segundo. De la noche azul de la selva estrellada al sol de los valles y las quebradas.
Marce: En épocas de carnavales, vienen bajando por los cerros, cantando sus coplas y se van mezclando una con otra.
Cuatro cajas para cuatro coplas. Primera de Vivi, segunda de Sole, tercera de Marce, cuarta de Ale.
“Qué lindo cuando me muera y me lleven pal agujero,
arriba crezca la albahaca y estén cantando los teros.”
Vuelve Fede Flores. Tres yembés en escena. El programa anuncia una canción tan hermosa como difícil de cantar, mucho más que otras igualmente arduas pero posibles de seguir al menos desde un acompañamiento fonético aproximado.
17- Buura (Tuvá). Octava del primero. Música en trance. Rojo fuego de luces y palmas antes de un cierre que sabremos corresponder con unos cuantos gritos. Aparece por primera vez esa iluminación cruda, cenital, casi de ensayo, que tendrá una denominación precisa para quien entienda del oficio de iluminador y aquí sólo será descripta como luz normal, sencilla, de ensayo, de entrecasa, de juntada de amigos.
Alguien grita “¡Genias!” mientras se retiran y queda Fede Flores. Un clima sonoro de río devuelve al Cuarteto al escenario. Cada una con un fuentón; cada fuentón con una sábana blanca.
18- Secondo Coro delle lavandaie (Italia). Séptima del tercero. Una hermosura ideal para experimentar más y más sonoridades desde los antojos del invitado. Gran aplauso para Fede Flores.
Ale: “Toda esta idea fue de los muchachos de (la revista) La central. Otro aplauso.”
Vivi: “Nuestro agradecimiento al Droopy Campos y a toda la gente de La Central. El año pasado nos vinieron con esta idea de hacer un disco, un compilado de De Boca en Boca. Cada una estaba con sus cosas y la verdad que el día de hoy era impensado. Ellos fueron unos de los primeros en insistir, primero con el disco, que se llama “Antología”, y después en invitarnos a hacer esta producción. Nos están ayudando a filmar los videos, así que muchísimas gracias a La Central.”
Sole: “También queremos agradecer especialmente a nuestro querido productor Raúl Colombo (¡hasta siempre Raúl!) y a sus hijas. También a cada una de nuestras familias que están aquí presentes.”
Marce: “También a los técnicos. A Federico Carabajal en las luces, Gustavo Martelli en sonido. Agradecer al Teatro que nos abrió las puertas, a Jorge Vallejos.”
Vivi: “Son muchos, no nos queremos olvidar de nadie. A los chicos que nos hicieron los peinados, a Cysar y a Eli de Studio 86, a Flor Díaz Campos que nos maquilló, a Iván Burnichón que nos acompañó en la prensa y también hizo un poco de producción.”
Ale: “Bueno todos estos agradecimientos son porque ya nos vamos. (¡Nooooo!) Se viene el último tema, ¿Pasó rápido no? Nueve años no es nada. (Desde el público gritan “Hermosas”, “La Verdolaga” y más) Queremos agradecerles a ustedes que se vinieron… El cariño enorme que sentimos en estos días fue hermoso. Gracias por estar acá.”
Vivi: “Sabemos que hay gente que se ha venido de otros lados, y los que no han podido venir nos han dejado sus mensajes por Facebook… (cuando De Boca en Boca se separó, aún no existía Facebook, o casi) La verdad es que nos sentimos muy halagadas de todas las cosas que nos dicen y estamos muy contentas porque sin el cariño de ustedes no hubiésemos vuelto, así que muchas gracias…”
Como si fuera necesario, se presentan. Vivi a Marcela, a Soledad y a Alejandra. Y Ale a Vivi, que anuncia el principio del fin: “Nos vamos con esta canción de Venezuela, se las dedicamos a dos amigas nuevas que andan por acá. ‘Las mañanas de San Juan’. Esta semana estuvimos recordando todas las anécdotas. Una de las primeras actuaciones fue justamente en una fiesta de San Juan en barrio Güemes, allá por los años noventa y pico. ¿Alguno de ustedes estaba presente? (Ale: “No se hagan los chiquitos”) Ahí estábamos, cantando frente a una fogata. Nosotras tenemos nuestro San Juan.”
19- Las mañanas de San Juan (Venezuela). Duodécima del segundo. “Ole leee leee leeee Mirá las hojas volar…” Palmas instantáneas. Se música se pasa volando. Se cae el teatro. Se vienen abrazadas hacia el proscenio. Todos de pie. Saludos y besos para todos lados entre gritos de “¡Otra!” y ahí nomás Vivi con los tambores y Ale: “Quéééée bonita y es bonita la verdolaga… (la saben no?) Bonita y cómo se riega la verdolaga (“¡por el suelo!” multitudinario) Y dice… “Ay cómo se riega…”
20- La Verdolaga (Colombia). Undécima del primero. Sí sí, todos por el suelo, desparramados por los parches, las maracas, y también por el invitado, nuevamente sobre las bandejas y perillas. Después del clásico de “Música de Mundos”, otra canción que por primera vez en toda la noche repite la tierra de origen. Los instrumentos pasan de mano en mano y el gran regreso va llegando a su fin.
21- Tres golpes (Colombia). Novena del primero. Será el baile de la Villa nueva o de Córdoba, pero no nos vamos nada.
Ale: “¡Está la Tía Pochola!” (risas).
Sole: “Y ahora sí nos vamos con estas Cántigas gallegas, un popurrí hermoso de canciones que tuvimos la suerte de conocer…”
Marce: “…A través de Teresita Landín, gran profe de canto.”
Con las luces encendidas, suena la última.
22- Popurrí de Cántigas Tradicionales Gallegas (España). Décimo tercera del tercero. “Quisierá… Quisierá… Quisierá… (así, con ese acento) Volverme hiedra… Y subir… Y subir… Y subir… Por las paredes…”
El telón, ese despropósito hijo del maligno, nos dejó saludar, aplaudir y mirarnos entre nosotros, después de un viaje inolvidable por nuestras historias, que acaban de sumar un nuevo capítulo.
Después, repasando el programa y jugando con un planisferio, apareció este recorrido, que ojalá, muy ojalá, se repita con las trayectorias que De Boca en Boca tenga a bien regalar, para seguir escribiendo en presente.
Por Pablo Arietti para Redacción 351.
Fotos: Sergio Manes.