Sacco y Vanzetti, in memoriam
El 23 de agosto de 1927 dos anarquistas italianos, Nicola Sacco (1891-1927) y Bartolomeo Vanzetti (1888-1927), fueron ejecutados injustamente en Boston, Massachussetts, en la silla eléctrica. La acusación era haber perpetrado 7 años antes un robo a mano armada con víctimas mortales en una fábrica de calzado en South Braintree y otro en South Brigdwater.
Por Anred
Poco después de los sucesos, y coincidiendo con una serie de razzias contra las organizaciones obreras anarquistas y socialistas de EEUU (muchas constituidas por inmigrantes europeos, sobre todo italianos), son detenidos Sacco y Vanzetti. En el momento de ser detenidos portaban una pistola. Arma que nunca habían utilizado.
Las autoridades norteamericanas, en plena histeria contra la Revolución Rusa y realizando deportaciones en masa de inmigrantes extranjeros acusados de «rojos» (por ejemplo Emma Goldman o Alexander Berkman), y encabezadas por el Fiscal A. Mitchell Palmer, comienzan una persecución contra las organizaciones obreras, que lleva incluso al asesinato del anarquista Andrea Salsedo, arrojado por la ventana de una comisaria (personaje, que junto con Guisseppe Pinelli, inspirará a Dario Fo a escribir Muerte accidental de un anarquista). Sacco y Vanzetti se convierten en chivos expiatorios perfectos para «dar una lección» a los «rojos» en EEUU.
Igualmente coincide en un momento donde la mafia se está comenzando a organizar en EEUU. El atraco fue cometido por una banda mafiosa de nacionalidad italiana encabezada por unos tales Mike Boda, Mancini y Morelli. A pesar de que las autoridades conocían la existencia de la banda mafiosa y que sabían perfectamente que ellos habían cometido el robo y el crimen, continuaron adelante con el proceso a Sacco y Vanzetti.
Aquí entra en escena toda la guerra sucia del gobierno norteamericano contra los anarquistas. El tribunal estaba compuesto por el juez Webster Thayer y por el fiscal Kartzmann. Ambos eran reconocidos racistas y no dudaron en mostrar su cara más anti-inmigración y anti-anarquista. Entre el jurado había notorios miembros del Ku Klux Klan. Junto a ello decenas de testigos pagados para decir que Sacco y Vanzetti habían sido reconocidos en el asalto a la fábrica de calzado. Las posibilidades de la defensa eran nulas y a ello se unió la actitud matona de los rompe-huelgas a la hora de amenazar al abogado defensor y a los miembros del Comité para la Salvación de Sacco y Vanzetti.
La sentencia fue firme: pena de muerte para los dos anarquista italianos. Pero se logró reabrir el juicio.
Y muchas pruebas salieron a la luz que daban la inocencia a Sacco y Vanzetti. Entre ellas la siguientes:
> El arma incautada a Sacco y Vanzetti era una Colt 32. El giro de la bala de dicha arma es hacia la izquierda, no a la derecha como en la mayoría de la pistolas del momento. Eso al principio fue prueba irrefutable. Pero después se descubrió que la banda de Morelli utilizaba la pistola española Star que también tenía giro a la izquierda y con la que se cometieron los crimenes. Pruebas que ocultaron los responsables de balística.
> La propia confensión de los verdaderos asesinos. Entre ellos Celestino Madeiros, que también fue ejecutado el mismo día que Sacco y Vanzetti. 3. La confesión de muchos testigos que había sido comprados para acusar a Sacco y Vanzetti.
> A esto se unía que el día de los hechos Sacco y Vanzetti estaban en sus lugares de trabajo, con cantidad de testigos.
A pesar de ello nada fue posible. Todo estaba amañado y predeterminado. Solo cabía esperar que la actividad del Comité y la presión internacional por el asunto (todo el mundo se movilizó por Sacco y Vanzetti) pudieran conmutar la pena de muerte.
Pero nada fue posible. La suerte de Sacco y Vanzetti estaba echada. El 23 de agosto de 1927 fueron conducidos a la silla eléctrica y ejecutados.
Con esto culminaba una historia de crímenes del Estado norteamericano contra el anarquismo. No olvidemos que en 1886, el día 1 de Mayo, la protesta obrera de Chicago por la jornada de 8 horas acabó con las detenciones de numerosos anarquistas y la ejecución de cinco de ellos por un atentado que no había cometido (realizado por las bandas de rompe-huelgas de la agencia Pinkerton y esquiroles a sueldo del gobierno). Que tras el asesinato de William McKinley a manos del presunto anarquista León Czolgozs en 1901, llevó al decreto de Leyes Antianarquistas en EEUU que provocaron la persecución contra las organizaciones libertarias.
Y que tras el triunfo de la Revolución Rusa la persecución contra la izquierda norteamericana fue intensa, que culminó con el asesinato de Sacco y Vanzetti, y con la desarticulación del movimiento obrero revolucionario norteamericano que hasta ese momento había sido muy poderoso (representado por el anarquismo, que llegó a articular la IWW -Industrial Workers of the World – los famosos wobblies, que desde 1905 unificó a anarquistas y socialistas, el desarrollo político de personajes como Alenxander Berkman o Emma Goldman, así como la importancia que tuvo el Partido Socialista de Norteamérica hasta la escisión con el Partido Comunista ya con la Revolución Rusa en marcha).
En 1977 el gobernador de Massachussets, Michael Dukakis, declaró la inocencia de Sacco y Vanzetti, y el 23 de agosto fue establecido como el día de estos dos anarquistas italianos, llevados a la silla eléctrica por el racismo capitalista y cuyo único delito fue luchar por un mundo mucho mas justo llamado Anarquía.
*Por Anred.