Persiguiendo a Mugabe
La noticia decía que el presidente de una nación africana había ordenado la detención de todo su equipo olímpico por no obtener medallas. Parecía increíble, pero estaba en todos los medios y decidí seguirla. Esta es la historia de cómo pasé 4 días persiguiendo un fantasma.
La noticia me había aparecido por primera vez durante el fin de semana en esa borra paga de las redes sociales que se llama algo así como publicaciones sugeridas. Como sea, la historia tenía jugo. ¿Quién con los índices normales de morboína podría resistirse a entrar a una nota que cuenta que el presidente de Zimbabue mandó a arrestar a todo el equipo olímpico del país por no ganar medallas? Click.
La cuestion era ésta: Robert Mugabe -92 pirulos, presidente desde 1987- había mandado a arrestar a los atletas por no haber ganado medallas al grito de “hemos desperdiciado el dinero del país en estas ratas que llamamos atletas”. Y lo que seguía era una arqueología de citas de colección. Repasemos:
- “Si no estás listo para sacrificarte y al menos ganar medallas de cobre o de lata como hicieron nuestros vecinos de Botswana, entonces por qué malgastar nuestro dinero”. El botsuano Karabo Sibanda terminó quinto en 400m libres, igual que el equipo de postas de 4x400m y ganaron diploma olímpico. De medallas de cobre o de lata no tenemos ni la menor idea.
- “Si necesitábamos simplemente gente que vaya a Brasil a cantar nuestro himno nacional y mostrar nuestra bandera, hubiéramos enviado a algunas de las hermosas muchachas y apuestos muchachos de la Universidad de Zimbabue. El dinero invertido en el equipo que representó al país podría haber sido utilizado para construir escuelas”. De las Miss Zimbabue, les recomiendo a Samantha Tshuma, pero ojo: http://www.elmundo.es/elmundo/2011/04/26/internacional/1303799224.html
- “Devolverán al gobierno el dinero invertido aunque lleve diez años”.
- “Resulta que les dimos un préstamo blando para ir a Brasil como turistas. Son inútiles. Esto es como si un hombre impotente estuviera casado con cinco mujeres. ¿Qué sentido tiene?”. ¿Eh?
Bueno, la cosa ya era rara. Para peor: Zimbabue ganó en toda su historia 8 medallas: en 1980, oro en hockey sobre césped femenino y las otras 7 -2 de oro, 4 de plata y 1 de bronce- las ganó la nadadora Kirsty Coventry en los Juegos Olímpicos de 2004 y 2008. O sea: el presidente estaba exigiendo medallas a los atletas de un país que salvo por su nadadora estrella y un antiguo equipo de hockey no había conseguido nunca nada. Ok.
Más: la titánica Kirsty Coventry era una de las 31 atletas de Zimbabue en Río de Janeiro, por lo que ya debía tener una orden de detención a su nombre firmada. ¡Oh, no, Kirsty! ¿Tú también?
Yo dudaba, pero la noticia empezó a estar en todos los medios: TN, Télam, La Capital de Rosario, TyC Sports, La Voz del Interior. Tenía que escribir una nota y el caso Zimbabue me podía llegar a resolver uno de los mayores suplicios periodísticos: la falta de tema. Ya lo tenía: una nota sobre el exitismo. La detención de los atletas olímpicos de Zimbabue más el tipo ese de Corea del Norte que decía que le había fallado a su líder por ganar sólo la medalla de plata, más algunas frases que decían algo así como que el exitismo acá era de cartón, que exitismo de verdad era ese, que exitismo posta es ir en cana si no ganás. Golazo.
Pero no. Intuía que no podía ser cierto. Googleé Robert Mugabe con mil palabras distintas atrás. Robert Mugabe Olympics. Robert Mugabe ratas. Robert Mugabe falso. Robert Mugabe mentira. Robert Mugabe fake. La noticia, obviamente, resultó ser falsa. Parece que nació en una especie de Taringa de Nigeria, que alguien la puso en Twitter, que entonces otro la retwitteó, que alguien de un diario la levantó, otro metió copy-paste y así. Ya saben cómo es eso. Había que bucear mucho para encontrar los sitios franceses que empezaron a publicar que la noticia era falsa. L’Express tituló que “No, el presidente de Zimbabue no encierra a todos sus atletas en la cárcel” y el suplemento deportivo de Le Figaro contaba cómo desde el entorno de Kirsty Coventry negaban la noticia. El Ministro de Transporte y Comunicaciones, Christopher Mushohwe, dijo que Zimbabue “es un estado democrático” y que “nunca hubiera podido pasar algo así”. Que, además, están orgullosos de sus atletas.
Parece ser que Mugabe -amigo de Chávez, aliado de China, enemigo de…bueh, imaginen- tiene otros problemas más urgentes que atender: en Zimbabue hay una crisis social y económica que disparó la conflictividad y multitudinarias protestas bajo el lema #ThisFlag o #ZimShutDown2016, con pedidos de destitución del añejo mandatario.
Durante los días en que la historia fue verdadera -mediáticamente verdadera- hubo 6 tuits de Kirsty Coventry (@KirstyCoventry). Todos la mostraban en distintas actividades, feliz y, fundamentalmente, no presa. Era tan fácil como entrar a su cuenta y la noticia se caía a pedazos. En uno de esos tuits, Kirsty compartió una foto de la delegación olímpica de Zimbabue, que no ganó ninguna medalla, y escribió: “Al final del día no importa si ganaste o perdiste. Es cómo te llevaste con vos mismo, cómo te comportaste con los otros y que nunca te rendiste”. Bueno, qué, ¿acaso no íbamos a escribir una nota sobre el exitismo?