
El cantor imposible
Rechazado al principio por su voz, su estilo, hasta su físico, Edmundo Rivero superó todos los prejuicios, con la ayuda inestimable de Horacio Salgán que siempre creyó en él, y pronto ocupó un lugar central en el ranking de los cantores nacionales, con solo Roberto Goyeneche a su altura. Ahora se acaban de reeditar dos de sus discos más importantes, en un cuidado boxset, con notas del crítico Diego Fischerman: Edmundo Rivero canta a Discépolo (1959) y Tangos que hicieron época (1960). Una inmejorable oportunidad de revisitar a este hombre de Puente Alsina que añoraba un pasado de malevajes y epopeyas suburbanas.