Qué hacer en caso de incendio
Poco a poco, hemos ido aprendiendo acerca de la prevención de incendios forestales. Pero ¿qué hacemos en caso de ser testigos de un potencial incendio? ¿Qué podemos hacer cuando vemos fuego en el monte o al costado de la ruta, y no somos ni bomberos ni brigadistas? En esta nota, hablamos con Nicolás Mari, investigador, extensionista y docente especialista, para saber qué hacer y qué implicaría contar con un sistema de alerta y de respuesta temprana que funcionara óptimamente.
Lunes 9 de agosto, 2024. Se siente el olor, se ve un cielo que podría ser celeste, pero está opacado de cenizas, de humo, de desastre. El informe sobre la situación de incendios en Córdoba, según el comisario general B. V. José Macías, subdirector de Operación de la Federación de Bomberos Voluntarios de la Provincia de Córdoba, dice:
«-Valle de Traslasierra (zona de Ámbul): El frente activo de ayer pasó a guardia de cenizas desde la tarde-noche, bajo vigilancia del cuartel de jurisdicción de Salsacate.
-Región 1 (Quebrada de Jeanmaire): Incendio extinguido.
-El Durazno-Lutti (jurisdicción de Yacanto): Permanece con guardia de cenizas, controlado por el cuartel local, pero aún no declarado extinguido.
-Villa del Dique: Incendio extinguido.
-La Calera y Malagueño: Bajo guardia de cenizas, con monitoreo de perímetros por parte de los cuarteles locales. No se han reportado reinicios”.
Un listado incompleto de una semana sin descanso. Un listado del descontrol. Un listado de la desolación. Del ecocidio. De la irresponsabilidad. Un telón de fondo donde se vislumbran los agronegocios y las empresas inmobiliarias azuzando el desmonte.
Seguramente, en los próximos días, tendremos informes completos con datos duros sobre las hectáreas incendiadas, pero, para muestra, bastan un par de botones: en la Reserva Natural de la Defensa La Calera (territorio protegido), se quemaron más de 4.000 hectáreas sobre un total de 11.377; y en la zona de Calamuchita, la pérdida fue de 12.000 hectáreas. La semana pasada y después de una reunión con los bomberos, el gobernador Martín Llaryora declaró el estado de desastre en los departamentos Calamuchita, Punilla, Colón y Santa María, y anunció que incrementará el Fondo Permanente de Atención de Situaciones de Desastre. Veremos.
Pero ¿qué podemos hacer cuando vemos fuego en el monte y no somos ni bomberos ni brigadistas?
Nicolás Mari, investigador y extensionista en el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria-Cruz del Eje), y docente del Instituto Gulich ―dependiente de la UNC y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE)―, subraya que lo más importante es comunicar rápidamente el hecho a los bomberos de la jurisdicción local. «En su defecto, a la policía o la defensa civil de la localidad donde sucede. También puede ser a las ETAC, que suelen estar patrullando rutas o caminos aledaños a los pueblos. No es aconsejable que una persona intervenga en forma directa para apagar un incendio. En particular, los civiles que no estén autorizados y capacitados por personal de bomberos o brigadas constituidas no deberían intervenir, ya que esto podría entorpecer las tareas de extinción y poner en riesgo sus propias vidas o la de terceros. Además de que la Ley Provincial n.° 8751 de Manejo de Fuego de Córdoba no lo autoriza como tal, la intervención sin las autorizaciones correspondientes podrían traer sanciones administrativas o penales. No obstante, ante una situación de extrema urgencia y bajo la dirección de autoridades, es posible que los civiles puedan colaborar en tareas auxiliares, como logística, evacuación de personas u otras tareas que estén supervisadas y no impliquen mayores riesgos hacia las personas”, explica en diálogo con La tinta.
Tanto las brigadas amigas como el especialista coinciden en que, para informar fuego o una columna de humo, lo primero es comunicarse al 100, brindar nombre y teléfono (por si se corta la comunicación), dar a conocer la ubicación de quien llama y de la columna de humo (si son coordenadas, mejor) y, si es posible, también la distancia estimada.
“Cuidar los vínculos para trabajar en red”, expresan desde las brigadas. Para Mari, actualmente, se observa una mejora general a nivel estatal en relación con el manejo del fuego. «Principalmente, es importante destacar los avances en coordinación entre las ETAC y Bomberos Voluntarios (BBVV), y junto a ellos, el aporte de las brigadas formalmente constituidas. Estas tres fuerzas se desempeñan principalmente en el momento que suceden los incendios, lo cual implica mucha coordinación, manejo de recursos y una visión estratégica de abordar un incendio», dice el investigador. Cabe aclarar que ETAC es el Equipo Técnico de Acción ante Catástrofes de Córdoba, que depende del Ministerio de Gobierno y Seguridad, creado en 2021, y trabaja articuladamente con las defensas civiles locales, bomberos voluntarios y Policía de Córdoba.
¿Qué implicaría contar con un sistema de alerta y de respuesta temprana que funcionara óptimamente? Principalmente, obtener una mejor y más rápida respuesta ante un determinado evento de incendio, explica Mari: «Lo cual debería, por un lado, minimizar la cantidad de igniciones y, además, reducir la superficie quemada en el mediano plazo. Un sistema de alerta y respuesta temprana óptimo debería contar con un sistema de vigilancia continuo por medio de torres de observación, cámaras de detección y sistemas de monitoreo satelital que, conjuntamente con personal idóneo y sistemas de detección automático, comuniquen eficientemente los inicios de incendios en forma temprana a las autoridades. La detección temprana debe, además, difundirse rápidamente por diversas vías de comunicación que puedan activar protocolos de actuación establecidos para autoridades locales, que estén bien organizados internamente para movilizar recursos en forma rápida y también bajo protocolos de coordinación interinstitucional”.
Para concluir, el docente del INTA agregó: «El frente menos desarrollado es, en mi opinión, la actuación de la Justicia para determinar los actos delictivos tras la ocurrencia de incendios, identificar a los responsables o las organizaciones ilícitas que puedan estar detrás de los hechos».
*Por Soledad Sgarella para La tinta / Imagen de portada: A/D.