Alerta ante el vaciamiento y despido de trabajadores en CONAE
La Comisión Nacional de Actividades Espaciales atraviesa una situación crítica debido a los recortes presupuestarios y los despidos de personal que, a diestra y siniestra, está ejecutando el gobierno de Javier Milei. Dialogamos con Emiliano Baum, delegado de ATE en CONAE, para interiorizarnos en las implicancias y consecuencias inmediatas.
La Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) es la encargada de ejecutar el Plan Espacial Nacional de Argentina para el aprovechamiento de la ciencia y la tecnología espacial. Y es tanto el trabajo realizado en más de 30 años de funcionamiento que intentar resumirlo en un párrafo sería una tarea titánica. Puedo citar, a modo de ejemplo de la importancia y envergadura de sus proyectos desarrollados, lo que sucedió en plena pandemia, cuando se realizó el lanzamiento del satélite SAOCOM 1B, cuyo objetivo es generar información útil para prevenir, monitorear, mitigar y evaluar catástrofes naturales o antrópicas, y generar datos sobre humedad de suelo, con beneficios para la actividad productiva nacional, entre otros sectores.
Con el lamentable sello de la violencia institucional con la que el gobierno está destruyendo literalmente todo lo que, hasta hace unos meses, conocíamos como Estado, se está ejecutando el desmantelamiento de esta agencia a través de recortes presupuestarios y despidos de personal altamente calificado. Para poder dimensionar lo que esto implica, dialogué con Emiliano Baum, desarrollador de software en la oficina de Ingeniería del Segmento Terreno de CONAE, quien también realiza tareas en Soporte de Sistemas de Estaciones Terrenas y es el delegado de ATE en dicha agencia.
El organismo cuenta con un total de 279 trabajadores, de los cuales 231 están en planta, a 38 se les extendió el contrato por tres meses más y a 10 no se les renovó por decisión del gobierno. La semana pasada, se llevó adelante una protesta en Falda del Cañete, en las afueras de la Estación Terrena de Córdoba. Hubo reuniones a través del secretario de ajuste interno de ATE en Jefatura de Gabinete para tramitar reincorporaciones, pero, hasta el momento, no hay respuestas. Están intentando tramitar otra reunión, pero las expectativas son pocas debido a la falta de interés en el diálogo que está demostrando el gobierno.
Tal y como manifiesta Emiliano Baum, la situación de CONAE en términos presupuestarios es la misma que la de las universidades: “Si no se revé la situación, es imposible que ningún organismo funcione con un presupuesto equivalente al del 2023, con la inflación que hubo, sobre todo, en los costos de los servicios”.
Para contextualizar el panorama actual, el delegado hace un pequeño repaso por lo que han significado los últimos años y comenta que, a partir del 2016, durante el gobierno de Macri, se recortó un 60% el presupuesto en relación a la gestión anterior de Cristina Kirchner, tomando como base el valor del peso al año 95. Cuando asumió el gobierno de Alberto Fernández, no se recuperó nunca el valor de los salarios. Eso significó la pérdida de muchos trabajadores, sobre todo, en áreas sensibles, tomando como referencia el mercado laboral externo relacionado a tecnologías de información. También fueron afectados quienes trabajaban en el proyecto Tronador, desarrollado bajo la responsabilidad de la CONAE, en el que la empresa VENG S. A es la contratista principal.
En el caso de los proyectos SAOCOM 1A y 1B, que ya están terminados, sus áreas se ven afectadas por la falta de recursos humanos. “Hay muchos trabajadores de VENG que se están yendo y hoy el futuro de la empresa está en riesgo porque, al tratarse de una sociedad estatal en donde la mayoría del capital lo tiene CONAE, al tener esta su presupuesto congelado, la proporción que se destinaba a contratos de proyectos disminuye cada vez más y se lo van comiendo los gastos cotidianos”, detalla Baum.
La situación es similar con el proyecto Satélite de Aplicaciones Basadas en la Información Ambiental del Mar (SABIA-MAR) que, con un 80% terminado, también está siendo afectado por el recorte.
Considerando los convenios internacionales que tiene la CONAE, el problema se agrava, ya que hay de diferentes tipos y con diferentes organizaciones intragobierno, pero también con otras agencias espaciales a las cuales se les brindan servicios. En la medida en que el presupuesto continúe congelado y los salarios en este sector no se incrementen, peligra su continuidad debido a la disminución de personal y a lo material relacionado a repuestos y servidores.
«Estamos trabajando mucho más allá de la paga para sostener las cosas andando», manifiesta el delegado al referirse al área de Estaciones Terrenas y de Ingeniería, donde ejerce sus funciones específicas y brinda ayuda en soporte. En esa área, existe un convenio de larguísima data con la Agencia Espacial Italiana, que anteriormente incluía intercambios de profesionales y estudiantes con el Instituto Gulich. Hoy, ese cupo de extranjeros ya no está más y se pierde la referencia que eso generaba a nivel Latinoamérica.
«Para entender lo que está pasando desde el punto de vista geopolítico, hay un punto que es clave en relación con este tipo de tecnologías de la industria espacial y sus aplicaciones. A los países centrales miembros de la OTAN no les interesa que desarrollemos tecnologías de doble uso, civil y militar, porque, de una u otra manera, terminamos siendo sus competidores. Esto se relaciona con el posicionamiento del Gobierno nacional que viene a convertirnos en una colonia, un país que desarma todo su tejido industrial y de conocimiento, que no es algo que se pueda rearmar de un día para el otro. Requiere de infraestructura y de una transferencia y acumulación de conocimiento entre generaciones”, finaliza Emiliano Baum.
*Por Fernanda Albornoz para La tinta / Imagen de portada: ATE.