Gastón Vacchiani: “Las leyes de salud mental son letra muerta en nuestra provincia”
Un pantallazo, de primera mano, de lo que está pasando en los ámbitos que atienden la salud mental en nuestra provincia. Trabajadores colapsades, falta de personal, edificios precarios e inauguraciones fantasmas en una Córdoba donde no se abrieron ni casas de medio camino ni hospitales de día ni talleres asistidos. «Es un milagro realizar un tratamiento psicoterapéutico en la sanidad pública de Córdoba», dice en esta nota el médico y secretario general de la Unión de Trabajadores de la Salud (UTS).
Por Soledad Sgarella para La tinta
El acceso a lo necesario para preservar y sostener nuestra salud mental no es fácil. En realidad, es dificilísimo. Pagar las sesiones con psicólogues y/o psiquiatras es casi un lujo, las obras sociales dan vueltas para aprobar las consultas y la medicación (o ponen topes anuales), y el sistema público, sabemos, no da soluciones. Por el contrario, dice Gastón Vacchiani: “Es un milagro realizar un tratamiento psicoterapéutico en la sanidad pública provincial”.
Vacchiani es médico. Es el secretario general de la Unión de Trabajadores de la Salud (UTS) y trabaja en el Hospital Neuropsiquiátrico de nuestra ciudad. Hace años viene denunciando junto a sus compañeres la situación de colapso que se vive en las instituciones provinciales dedicadas a la salud mental y, asegura, mientras los padecimientos psíquicos han aumentado exponencialmente, cada día es más difícil acceder a un tratamiento.
“Lo que como trabajadores de la salud tenemos para decir es que todo viene en franco retroceso, año tras año, con el agravante de que es la misma gestión que, digamos, podría haber diagramado una política de Estado en cumplimiento de las leyes -de ambas leyes- y también aumentando el presupuesto, aumentando los lugares de asistencias, aumentando los dispositivos alternativos… y la verdad que nada de eso se hizo en los últimos 20 años y en los más de 10 que lleva la ley, ni hablar”, expresa Vacchiani.
Como dicen, la pésima infraestructura y, sobre todo, la falta de personal afecta tanto a pacientes -por la falta de accesibilidad- como a profesionales, por la sobrecarga laboral.
Para el médico, el aspecto de la ley es muy importante, pero aclara que no es lo que soluciona toda la problemática de salud mental que en Córdoba se vivencia. “Es un avance en derechos, pero hay muchas otras problemáticas que siguen sin resolverse. Sobre todo, que no hay centros de efectores de salud mental, que, si bien la ley contempla un presupuesto y demás, muchas veces el mismo gobierno la ha utilizado al revés, para cerrar, como en el caso del Instituto Provincial de Alcoholismo y Drogadicciones (IPAD)”.
En abril de este año, la Secretaría de Salud Mental, dependiente del Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba, “cerró el Instituto de manera abrupta sin brindar información sobre un programa asistencial alternativo para esa población de referencia: atención de urgencias y emergencias de pacientes adultos con adicciones en guardia e internado. Es decir, un cierre imprevisto, improvisado e irresponsable”, según un comunicado de les trabajadores.
El médico explica que, con el cierre del IPAD y el traslado de todes les pacientes al Neuropsiquiátrico, se generó un colapso en el internado, con situaciones de violencia, una denuncia de abuso y la consiguiente sobrecarga “tremenda” a un Hospital, que desde hace ya más de dos años no da turnos por consultoría externa.
Vacchiani hace hincapié en que la gestión de la salud mental en la provincia es desastrosa. “Exigimos, además del urgente cumplimiento de la ley, la incorporación de personal, ya que la situación es deficitaria en todo el sistema público. Se inauguran servicios -por ejemplo- en hospitales generales que no tienen personal, por lo tanto, no se pueden garantizar las internaciones. Se ‘inauguran’ camas fantasmas sin personal ni equipos interdisciplinarios. ¿Casas de medio camino? ¿Hospitales de día? ¿Talleres asistidos? No se creó ni uno. Es toda una gran puesta en escena para justamente hacer política electoral, pero está a las claras el fracaso, con una falta de accesibilidad de los usuarios, de los pacientes en prácticamente en toda la provincia y con una gran sobrecarga laboral para los trabajadores”.
La visión del panorama desde la UTS, agregan, es una visión muy crítica, calamitosa. “Hoy, con un aumento en la demanda de tratamientos, de los trastornos de ansiedad, de los padecimientos de depresión en esta situación de post pandemia (que no es un fenómeno de Córdoba, sino mundial), no solo no hubo respuesta, sino que, al revés, se siguió ajustando y achicando los servicios, y por eso la situación en la que estamos, que es muy terrible. Las leyes de salud mental son letra muerta en nuestra provincia”, concluyó Vacchiani.
*Por Soledad Sgarella para La tinta / Imagen de portada: Fernando Bordón para La tinta.
