¿Qué pasa en la Reserva San Martín?
La única área protegida que tiene la ciudad de Córdoba necesita ser ampliada y, para esto, hay una ordenanza que, si no se trata urgente en el Concejo Deliberante, perdería estado parlamentario el 30 de noviembre próximo. Una mesa conformada por una treintena de organizaciones pide sumar 50 hectáreas al importantísimo pulmón verde, bajo el lema “cuidemos lo poco que nos queda”.
La Reserva Natural Urbana General San Martín es la única Área Protegida de Córdoba capital. Ubicada al noroeste de la ciudad, detrás del complejo Feriar, lo que antes era el “parque” San Martín consiguió ser categorizado como reserva en 2009, gracias a la acción de vecines organizades, y, desde ese momento, está protegida por la Ordenanza 11.702. Actualmente, la Reserva tiene 114 hectáreas -enmarcadas por el río Suquía y el Canal Maestro Sur- con tres zonas: una de conservación, otra de amortiguación y la última, de uso intensivo, destinada al camping de la Reserva.
La Mesa de Trabajo de Acción para la Sostenibilidad está conformada por más de 30 organizaciones socioambientales, cooperativas y emprendimientos locales, y está impulsando su ampliación con carácter de urgencia. El pedido concreto es que se anexen 50 hectáreas que limitan al oeste, hectáreas que la Municipalidad de Córdoba debería comprar.
La ampliación de la Reserva está en manos del Concejo Deliberante de nuestra ciudad, sin avances desde mayo. Presidido por el viceintendente Daniel Passerini, no olvidemos la composición del Concejo: 16 concejales de Hacemos por Córdoba, 4 concejales de Córdoba Cambia, 4 concejales de la Unión Cívica Radical, 2 concejalas del PRO, un concejal de Vamos Córdoba, un concejal de Radical Evolución, una concejala de Fuerza de La Gente, un concejal del Encuentro Vecinal y una concejala del Frente de Izquierda y Trabajadores.
¿Por qué es importante la reserva y su ampliación? Desde la mesa, explican que “en la provincia de Córdoba, estamos frente a una situación de suma gravedad en donde, según los estudios más recientes, apenas el 2,28% de bosque nativo maduro sobrevivía hasta el año 2009 y se han prendido fuego más de 1 millón de hectáreas en zonas serranas en los últimos 10 años. Desde 2018, Argentina declaró la emergencia climática y ecológica, poniendo en peligro de extinción a un millón de especies de animales y vegetales”, recordando que estamos en la Década para la Restauración de los Ecosistemas (2021-2030) declarada por la ONU y que, desde el 2015, Argentina adhirió a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
La zona, como dicen, es esencial. “La Reserva nos da más de 12 servicios ambientales. Entre ellos, destacamos que es el hogar de especies de fauna nativa (como zorros, comadrejas, patos, etc.) que, cada vez más, se ven forzados a migrar (por eso los vemos seguido en zonas pobladas aledañas) o mueren por falta de hábitat y de recursos básicos como el agua que tendrán asegurada al ampliar la Reserva, porque es donde se ubican las únicas lagunas de la zona y flora nativa que está siendo amenazada por los potenciales desmontes, incendios e invasión de especies exóticas”. A esto, suman que “es una acción de mitigación frente a la crisis climática, es decir, absorberá más emisiones de gases de efecto invernadero, disminuyendo las consecuencias del cambio climático como incendios, olas de calor con temperaturas récord, inundaciones, sequías, olas de frío y nieve atípica, etc. Además: las áreas naturales protegidas ofrecen una solución rentable a los impactos del cambio climático”.
Otro de los puntos importantes es que es uno de los pocos lugares de Córdoba que filtra la contaminación hídrica, atmosférica, sonora y visual de la ciudad: “Funciona como filtro del agua, como pulmón que devuelve aire limpio, como sostén de suelo, amortigua ruidos y nos ofrece paisajes preciosos (es un espacio verde único, es la transición entre dos ecorregiones, entre el espinal y el chaco serrano). A más reserva, menos contaminación. Además, allí suceden actividades que cuidan el ambiente: la Reserva funciona de múltiples maneras, no solo por parte de todes les cordobeses, sino que además tiene alto potencial para recreación, turismo, educación, deporte e investigación”, concluyen.
Antes de fin de noviembre, un Concejo Deliberante cordobesista (con todo lo que ello implica a nivel ambiental) debería tratar el Proyecto.
*Por Redacción La tinta / Imagen de portada: Asociación Amigos de la Reserva.
