Cuba: vanguardia en vacunación infantil
En la isla, más de la mitad de la población ya está vacunada contra el COVID-19. Pese a la complicada situación económica, profundizada por el bloqueo estadounidense, el país produce sus propias vacunas.
Por Ángel Guerra Cabrera para ALAI
Cuba se convirtió la semana pasada en el primer país del mundo en acometer una masiva campaña de vacunación contra la COVID-19 en niños de 2 a 11 años, al iniciarla con la totalidad de este grupo etario en la provincia de Cienfuegos. De hecho, todo indica que será el primer país en vacunar infantes menores de 12 años.
La isla tiene una vasta experiencia en producción e invención de vacunas, y realización de grandes campañas de vacunación infantil. Ya en 1962, llevaba a cabo el primer y exitoso empeño de inoculación de toda su población pediátrica contra la poliomielitis. Desde entonces, ofrece un programa masivo y gratuito de inoculación anual que ha eliminado, además de la poliomielitis, otras seis enfermedades prevenibles por vacunas, entre ellas, la rubeola, el sarampión y la parotiditis. Entre febrero y marzo de 2021 -en plena pandemia-, se vacunó contra la polio a 400.000 pequeños.
La iniciativa de usar sus vacunas contra la COVID-19 para uso pediátrico está ahora -como todo cuanto hace Cuba- bajo el ataque de las bocinas contrarrevolucionarias, incluyendo CNN en español, nula profesionalmente hablando. Otra vez mienten, calumnian y, como siempre, terminarán haciendo el ridículo. La gran verdad es que, tras las vacunas cubanas, hay enorme sabiduría y creatividad de los abnegados colectivos que componen sus centros de investigación biomédica, muchos de ellos, mujeres y hombres jóvenes que han entregado lo mejor de sí para crearlas y tener listas las cantidades necesarias en el tiempo previsto.
Cuba está a unos dos meses de lograr la vacunación casi total de sus habitantes con biológicos propios de probada calidad y conmueve solo imaginar cómo ha sido posible con el bloqueo reforzado, sin apenas líneas de crédito internacional, con su industria turística casi en cero desde hace 18 meses y sin poder acceder al mercado de fármacos de Estados Unidos.
El doctor Yuri Valdés Balbín, subdirector del prestigioso Instituto Finlay de Vacunas, explica: “Lo hemos logrado a partir de tener un país como el que tenemos y de tener las capacidades interconectadas”. Se refiere, con admiración, a los trabajadores de las plantas que hace meses laboran con entrega total y añade: “Nuestro instituto y la vacunología cubana han trabajado, durante muchos años, plataformas pediátricas y, cuando llega la COVID, que tenemos que hacer vacunas, entonces, nos montamos en esas plataformas pediátricas. Esto es un elemento muy importante y decisivo, porque la mayoría de las vacunas que existen hoy en el mundo, de las más aplicadas internacionalmente y más avanzadas, no son basadas en plataformas pediátricas”.
Desde luego, en el caso de la COVID-19, la meta de inoculación abarca también a toda la población adulta cubana. A su actual ritmo diario de inyecciones por 100 habitantes -más de cuatro veces la media mundial-, el país caribeño, que inició la vacunación el 12 de mayo de este año, debe estar muy cerca hoy de llegar a los 15 millones de personas que han recibido, por lo menos, una de las tres dosis de sus biológicos. Hasta el 6 de septiembre, tiene el 52,1 por ciento de su población con una dosis aplicada, el 43,1 por ciento con dos y el 37,5 por ciento con el esquema completo.
“Antes del 12 de mayo, habían transcurrido los ensayos clínicos con un número limitado de voluntarios y los estudios en los trabajadores de la salud, que fueron poco más de 100.000, pero el grueso de los más de 14.000.000 vacunados se concentran desde esa fecha”, afirma la doctora Ileana Morales Suárez, directora de Ciencia e Innovación Tecnológica del Ministerio de Salud Pública, lo que da una idea de la celeridad con que ha marchado la vacunación en la isla.
Como se ha informado en este espacio, Cuba cuenta ya con tres vacunas: Soberana 02, Soberana 03 y Soberana Plus, aprobadas para su uso de emergencia por el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (CECMED). Tiene, además, dos candidatos vacunales aún en fase de ensayo clínico: Soberana 01 y Mambisa, esta última de administración por vía nasal.
El cronograma de vacunación prevé concluir la inoculación de toda la población mayor de 2 años en noviembre de este año. Cuba tiene la enorme ventaja de la confianza y admiración que siente el pueblo hacia su personal sanitario y sus centros científicos. Existe una cultura de vacunación e inocularse no es objeto de cuestionamiento por la inmensa mayoría, aunque le pese y le duela a la quinta columna mercenaria y a sus amiguitos de Miami. Esta proeza de la ciencia y el sistema social cubanos propiciará que se reinicie el turismo y que el país pueda reanudar las demás actividades sin correr grandes riesgos, siempre que mantenga las medidas de bioseguridad, como insiste el presidente Miguel Díaz-Canel.
*Por Ángel Guerra Cabrera para ALAI / Foto de portada: Ramón Espinosa – AP