Riesgo de colapso en la colectora cloacal ilegal de Sierras Chicas

Riesgo de colapso en la colectora cloacal ilegal de Sierras Chicas
17 septiembre, 2024 por Inés Domínguez Cuaglia

Hace unas semanas, la Fundación para la Defensa del Ambiente (FUNAM) amplió su denuncia penal contra el Gobierno de la Provincia por las ilegalidades en la construcción de la colectora cloacal de Sierras Chicas. La situación representa un altísimo riesgo ambiental para toda la región. En esta nota, conversamos con el Dr. Raúl Montenegro acerca del impacto de la obra.

A principios de mes, Susana Rocha y Raúl Montenegro, integrantes de la Fundación para la Defensa del Ambiente (FUNAM), con el patrocinio legal del abogado Juan Smith, ampliaron su presentación ante la Justicia Penal contra el Gobierno de la Provincia por las ilegalidades en la construcción de la colectora cloacal de Sierras Chicas. Con anterioridad, ya habían denunciado por permitir que el conducto cloacal ―que llevaría la totalidad de los líquidos cloacales de Río Ceballos, Unquillo, Mendiolaza, Villa Allende, Saldán y La Calera― siga la costa del arroyo Isquitipe e, incluso, lo atraviese, sin tener autorización para hacerlo. La obra no puede realizarse en la ribera del río, dicen. En la denuncia, recordaron que el proyecto original, aprobado por la Provincia, se hacía fuera del cauce y sin amenazar el río. «Para bajar los costos, violaron la ley y cambiaron los lugares de construcción del conducto», subrayó Susana Rocha.

Los especialistas presentaron ante la Justicia material fotográfico en el que se evidencian fuertes procesos erosivos por debajo de los caños de conducción de la red cloacal, aun en estos meses de mínimo caudal del río Isquitipe. Tal como se explica en el comunicado de FUNAM, este vacío debajo del sistema de conducción amenaza la estabilidad del conducto, sobre todo, en épocas de fuertes crecidas como la temporada de verano. Una rotura del conducto cloacal no solo contaminaría el agua del Isquitipe, sino que también haría fracasar las temporadas turísticas y amenazaría la salud de las personas que entren en contacto con el agua contaminada.

Desde La tinta, conversamos con el Dr. Raúl Montenegro, quien desglosa la problemática en tres puntos a tener en cuenta para su análisis. Por un lado, el especialista apunta que, en general, se busca que cada comunidad tenga su planta de tratamiento, es decir, un sistema propio de recolección y su propia planta. «De ese modo, los residuos quedan en el propio lugar donde se producen y, de alguna forma, hay una mayor responsabilidad porque, si coloca una planta distante de la localidad, primero, la localidad elegida ―que, en este caso, sería la zona de La Calera― se transforma en zona de sacrificio y las localidades productoras ―por ejemplo, Río Ceballos― se abstraen de lo que sucede aguas abajo”, nos explica y contrasta con una realidad de políticas provinciales de ambiente que buscan generar procesos de concentración y zonas de sacrificio. «El primer punto importante con respecto a todos los líquidos locales es que cada comunidad se haga cargo. Además, teniendo en cuenta que ya los líquidos cloacales no son solamente materia orgánica que pueda contener el virus y bacterias, sino que también se considera el residuo peligroso, por lo que se descarga normalmente en inodoros”, subraya.

El especialista hace hincapié en que la colectora cloacal va contra este principio: «En esta colectora, inevitablemente, existe una zona de sacrificio ―la zona de La Calera―. En este caso, es importante recordar que el proyecto presenta un estudio de impacto ambiental y que, originalmente, todo lo que es el sistema de entubado no pasaba en la zona de riesgo de cursos de agua. Pero, posteriormente, hubo un rediseño, posiblemente motivado por razones económicas, y la colectora no solamente atraviesa cursos de agua, sino que también corre en forma paralela a los mismos, pasando a desplegarse en un área de alto riesgo porque justamente va siguiendo el curso de agua en toda la zona de Sierra Chicas».

Montenegro reflexiona directamente sobre el posible impacto: «El inicio de la colectora está en Río Ceballos, por lo tanto, va a recoger todos los líquidos cloacales de ese lugar y, sucesivamente, los de las restantes localidades hasta Villa Allende y La Calera. Esto es importante para considerar porque, a medida que vamos yendo aguas abajo, va a ser mayor el potencial de descarga si se llega a producir una rotura del sistema de conducción por una cuestión obvia. En cualquier punto aguas abajo de Río Ceballos, el total de líquidos transportados va a ser mayor. Es decir, por más que haya una capacidad límite de transporte instantáneo, en el caso de ruptura, podrían verterse durante mucho más tiempo estos líquidos cloacales”, comparte y continúa: «Quiero aclarar que el sistema tiene contemplado bombas impulsoras, pero en ningún momento se hizo, en el estudio de impacto ambiental, el análisis de qué pasaría en el caso de ruptura en distintos puntos y, a su vez, los impactos que podría producir en esos puntos. Esto es un elemento muy importante a considerar porque se acumularían los líquidos cloacales o, por lo menos, el tiempo de derrame, en el caso de un accidente aguas abajo del sistema”, subraya. 

La situación es preocupante, acentúa Montenegro, porque, en este momento ―y con la baja del río―, ya se observa erosión fuerte debajo de los conductos. «Por lo tanto, existe la posibilidad mecánica de que colapse. Ni que hablar en el verano, cuando puede aumentar notablemente el caudal del río. Sin ir más lejos, recordemos lo que pasó en el año 2015, la tragedia que se dio en la zona de Río Ceballos y aguas abajo. Por eso, nos parece realmente inaceptable que, con este riesgo de ruptura y esta amenaza, sobre todo, en las épocas en que puede aumentar el caudal, se haya permitido que esta obra se construya de la forma en que se está construyendo». El biólogo recuerda que Sierras Chicas es un lugar turístico y esto implica que, durante el verano, puede duplicarse la población y, por lo tanto, la descarga de líquidos cloacales, en coincidencia con la temporada de grandes lluvias y crecientes. «Es el momento en que mayores posibilidades hay de que una creciente excepcional afecte este sistema pésimamente diseñado. Este elemento también es muy importante y, obviamente, no ha sido considerado en el estudio de impacto ambiental», afirma Montenegro.

Por último, el ambientalista se refiere al Gobierno provincial: «Lo que tienen que hacer es simplemente responder al planteo judicial que hemos hecho. Hemos realizado una denuncia penal clara y muy nítida. No se trata de andar diciendo alegremente que la colectora cloacal no produce impacto, sino, realmente, tener en cuenta todas las presentaciones, pruebas y argumentos que hemos dado. Consideramos que es verdaderamente inaceptable que, en una provincia semiárida donde hay crisis de recursos hídricos, se amenace de una forma tan burda ese recurso».

*Por Inés Domínguez Cuaglia para La tinta / Imagen de portada: Nota al Pie.

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Palabras claves: Cloacas, Conflictos Ambientales, FUNAM, Sierras Chicas

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