Brasil: segunda vuelta a la vista
Lula y Bolsonaro irán a balotaje el próximo 30 de octubre. A partir de hoy, en Brasil comienza una nueva campaña electoral que mantiene en vilo a todo el continente.
Por Redacción La tinta
“Que me disculpen mis compañeros, pero vamos a tener que hacer más campaña, más actos y vamos a tener que convencer a la sociedad. La lucha continúa hasta la victoria final”, expresó, con voz cansada, Luiz Inácio Lula da Silva en la noche de ayer, luego de que el Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil confirmara que la elección presidencial estaba “matemáticamente definida” y que el próximo 30 de octubre todo el país tendría que ir a balotaje.
Con una participación en las urnas del 79,18 por ciento del total del padrón electoral (156 millones personas habilitadas), el exmandatario y líder del Partido de los Trabajadores (PT) superó en los comicios al actual presidente Jair Bolsonaro por más de cinco puntos, pero no le alcanzó para obtener el 50 por ciento más uno de los votos para triunfar en primera vuelta.
De los 117.384.255 votos válidos que se registraron el domingo en Brasil, 57.257.473 sufragios fueron para Lula (48,43 por ciento), mientras que Bolsonaro obtuvo 51.071.106 de votos (43,20 por ciento).
Antes de que hablara Bolsonaro, el candidato del PT, de 76 años y dos veces presidente (2003-2011), le garantizó a sus seguidores que va a ganar la segunda vuelta, para lo cual convocó a toda su militancia a esforzarse más para “convencer a la sociedad brasileña de lo que estamos proponiendo”.
Desde su búnker en San Pablo, donde se saboreaba una victoria agridulce, Lula remarcó: “Tengo treinta días más para hacer campaña, algo que me encanta hacer. Hablar con la gente y discutir con la sociedad brasileña”. En su breve discurso, el expresidente conminó a Bolsonaro a tener un nuevo debate público de cara al balotaje, así el electorado puede descubrir si el actual jefe de Estado “seguirá contando mentiras o le dirá una vez la verdad al pueblo brasileño”.
Por su parte, el exmilitar de 67 años y admirador de Donald Trump también habló sobre el resultado electoral. Desde Brasilia, la capital del país, Bolsonaro dijo que, en la campaña para la segunda vuelta, podrá “mostrarle a la población que la inflación está bajando” y que su administración “no ha dejado de atender a los más pobres”. De esta forma, hizo referencia a medidas coyunturales y subsidios aprobados por el Ejecutivo en los últimos meses para conquistar nuevos sectores de votantes.
Bolsonaro, que se caracteriza por su misoginia y racismo, además de mantener estrechos vínculos con la ultraderecha argentina, aseguró que, en Brasil, “hay una voluntad de cambio, pero ciertos cambios pueden ser para peor”. “Mi preocupación es que Brasil siga el camino de Argentina, Colombia, Venezuela y Nicaragua”, declaró.
En apenas una frase, el actual mandatario resumió la campaña de fake news y terror que encabezó para estos comicios: “Si gana (Lula), resignarán la libertad religiosa y el respeto por la familia y los valores tradicionales”.
A partir de hoy, Lula y Bolsonaro saldrán a buscar a quienes no ejercieron el derecho al voto para convencerles de sus propuestas. También afinarán sus contactos con Simone Tebet, candidata del Movimiento Democrático Brasileño (MDB), que quedó en tercer lugar con 4.915.288 votos (4,16 por ciento), y con Ciro Gomes, del Partido Democrático Laborista (PDT), que obtuvo 3.599.196 votos (3,04 por ciento) y se ubicó en cuarta posición. Tanto Tebet como Gomes expresaron que, en las próximas horas o días, iban a dar a conocer sus posturas para el balotaje. La candidata del MDB indicó que su decisión “ya está tomada”, porque tiene “una posición y hablaré en el momento adecuado”. En tanto, Gomes se manifestó “profundamente preocupado por lo que está pasando con Brasil. Nunca he visto una situación tan compleja, tan desafiante”. El representante del PDT pidió “unas horas más para hablar con mis amigos, con mi partido, para que podamos encontrar la mejor manera, el mejor equilibrio para servir a la Nación”.
Además de la elección del próximo presidente, en los comicios se eligieron a 27 gobernadores, 513 diputades, a un tercio del Senado y representantes en las asambleas legislativas regionales.
El Partido Liberal (PL), de Bolsonaro, junto a sus alianzas fueron los principales ganadores en las Cámaras de Diputados y Senadores, y obtuvieron mayoría en 9 de los 15 estados que eligieron mandataries locales. Las otras 12 gobernaciones también irán a balotaje el 30 de octubre.
La campaña para la segunda vuelta se vislumbra frenética y mantendrá en vilo no solo a todo Brasil, sino a América Latina. Según la prensa brasileña, Bolsonaro prepara una ofensiva judicial contra el Tribunal Superior Electoral, al que planea acusar de “parcialidad” en los comicios. La Folha de Sao Paulo señaló que “estos hechos podrían servir de base para impugnar el resultado, en caso de derrota de Jair Bolsonaro. Existe la posibilidad de una acción en los próximos días contra el propio TSE”.
Lula, después de sufrir la cárcel por casi 600 días debido a una intensa campaña de lawfare en su contra, recuperó la libertad y nunca dejó de tener en vista que llegar a la presidencia era la prioridad. Desplazar a Bolsonaro del poder -y a todos los valores que representa- es una tarea difícil. El veterano dirigente metalúrgico, admirado en todo el mundo, sabe más que nadie que el 30 de octubre puede ser la última oportunidad para darle un golpe de knockout fundamental a la ultraderecha brasileña y a sus satélites continentales. Quienes ese día concurran a las mesas electorales tendrán en sus manos la responsabilidad de decidir por un futuro que se mueve inestable y voluble desde el Río Bravo hasta Tierra del Fuego.
*Por Redacción La tinta / Foto de portada: Julianite Calcagno – Marcha.
