Ballotage en Perú entre la izquierda de Pedro Castillo y el neoliberalismo de Keiko Fujimori
Perú va a la segunda vuelta electoral entre dos candidatos antagónicos. En la provincia de Córdoba, en los comicios del domingo pasado, los y las residentes peruanos optaron por el fujimorismo.
Por Álvaro Torero para La tinta
La segunda vuelta en Perú será entre un candidato de izquierda y una representante de la derecha: Pedro Castillo, que obtuvo 19,18 por ciento de los votos en las elecciones presidenciales del domingo pasado, y Keiko Fujimori Higuchi, con 13,36 por ciento. La hija del ex dictador peruano Alberto Fujimori reivindica el ciclo neoliberal que inauguró su padre en la década de 1990. Mientras que Castillo se rotula como marxista y es catalogado como una izquierda conservadora, que obtura la posibilidad de ampliación de derechos con perspectiva de género. La polarización será inminente.
Un día antes de la elección presidencial del domingo pasado en Perú, Castillo aparecía en primer lugar con el 14,8 por ciento de votos válidos, en un simulacro de una consultora reconocida, que se filtró en las redes sociales. Hernando de Soto (12,2 por ciento) y Keiko Fujimori (11,8 por ciento) disputaban el segundo lugar. Al día siguiente, en el día de los comicios, pasadas las 23 horas en la Argentina, el resultado de boca de urna confirmó la ventaja de Castillo por sobre los demás candidatos. De Soto y Fujimori empezaban a disputar voto a voto su pase a la segunda vuelta. Ayer, con el 98,62 por ciento de las actas procesadas, la Oficina de Procesos Electorales (ONPE) muestra una inminente segunda vuelta entre el profesor Pedro Castillo y Keiko Fujimori. Los resultados sorprendieron a propios y extraños. Castillo medía 6 por ciento en una encuesta de Ipsos el 31 de marzo, 10 días antes de la elección.
Por otro lado, el tercer lugar lo comparte –hasta el momento- el economista y ex asesor fujimorista, Hernando De Soto (11,64 por ciento), y el empresario conservador, López Aliaga (11,64 por ciento). El cuarto lugar sería para la centro-izquierda representada por Jhonny Lescano (9,11 por ciento) y le sigue la izquierda progresista, liderada por Verónica Mendoza (7,81 por ciento).
Todos, hasta quienes tuvieron acceso a la encuesta del día anterior, no se imaginaron que ese sería el escenario del domingo por la noche. En Lima, la capital del Perú, se prendieron las alarmas porque consideran que Castillo es un “radical” y Keiko representa la posibilidad de reafirmación de un neoliberalismo salvaje, que ha dejado a más del 50 por ciento de la población por debajo de la línea de la pobreza. Si bien Keiko es conocida, en Lima y en el mundo, hasta hoy, la pregunta es: ¿quién es Pedro Castillo?
Del campo a la ciudad: el triunfo de los invisibles
El triunfo del profesor y rondero Pedro Castillo, de 51 años de edad, evidencia el malestar social de los sectores populares, sobre todo rurales, ubicados en las zonas andinas del sur y del centro del Perú. El partido del lápiz (logo con el cual se identifica) logró conquistar más del 50 por ciento en los departamentos de Ayacucho, Huancavelica y Apurímac. Regiones que se encuentran entre las más pobres del Perú, según el “Mapa de Pobreza Monetaria Provincial y Distrital 2018”, elaborado por el Instituto Nacional de Estadísticas e Informática (INEI). Mientras tanto, Fujimori logró sus mejores presentaciones en los departamentos de Piura (24,85 por ciento) y Tumbes (37,10 por ciento).
Castillo nació en Chota, Cajamarca, al noreste del Perú. Es profesor en una escuela pública y tuvo un pasado militante en Perú Posible -liderado por Alejandro Toledo- desde 2005 hasta 2017, cuando el partido de la chacana perdió la inscripción por no pasar la valla electoral en las elecciones de 2016. Castillo realizó su aparición político-sindical más importante durante la huelga magisterial de 2017. Las bases de un gremio docente paralelo, con Castillo a la cabeza, reclamaron por casi tres meses un aumento de sueldo, una reparación social, la derogatoria de la Ley de Carrera Pública Magisterial y el incremento del presupuesto en el sector educación. No es casualidad que Castillo plantee una “Revolución Educativa”. Algunas de sus propuestas para este sector son destinar un 10 por ciento del PBI para la educación y el ingreso gratuito a las universidades. Tras la huelga de 2017, Castillo fue perseguido y acusado por el Estado de utilizar medidas violentas para lograr cristalizar sus objetivos sindicales. Salió airoso de esas imputaciones.
Perú Libre propone un Estado “socialista” e “interventor”, y la estatización de los sectores estratégicos de la economía como la minería, el gas y el petróleo. Sin embargo, en el debate presidencial descartó implementar un impuesto a las grandes fortunas. Castillo también propone cambiar la Constitución de 1993 a través de una Asamblea Constituyente, y desactivar el Tribunal Constitucional. Por otro lado, la izquierda conservadora de Castillo está en contra de las reivindicaciones del progresismo latinoamericano, como el matrimonio igualitario o el aborto. Castillo se coloca a las antípodas de quienes defienden una educación con perspectiva de género y no le da lugar a la comunidad LGTBIQ+.
Ya en campaña, con estas propuestas Castillo priorizó recorridos por las zonas rurales del Perú para luego visitar las zonas urbanas. El cierre de campaña lo realizó en la emblemática Plaza San Martín, en Lima.
Las condiciones de posibilidad del ballotage
Las elecciones evidencian una crisis de partidos políticos, una crisis institucional, una baja representatividad y una sociedad fragmentada. El número alto de agrupaciones políticas que pugnaron por pasar al ballotage, la ausencia (como el caso del APRA) o el exiguo caudal de votos de los partidos históricos pueden aproximarnos a este fenómeno. Según un informe del periodista Sebastián Ortiz Martínez, sin este fraccionamiento, Keiko Fujimori no hubiera logrado pasar a segunda vuelta. Su presencia en la disputa por el sillón presidencial en el ballotage puede verse como un triunfo a la luz (oscuridad) de la imagen obstruccionista de su bancada en el Congreso, disuelto por Martín Vizcarra. También superaría simbólicamente las investigaciones que corren en su contra por presunto lavado de activos por los aportes de Odebrecht en 2011. Por otro lado, la candidatura de Fujimori cobró más fuerza, más solidez, logró componer una mayor logística para encarar una campaña monumental, gracias a la reconciliación con el sector más duro del fujimorismo. “Yo estoy a favor del indulto de mi padre, prefiero decirlo así abiertamente”, sostuvo en el programa televisivo Cuarto Poder, el pasado 17 de enero.
Por su parte, Castillo conoció a Vladimir Cerrón tras la huelga magisterial de 2017. Cerrón es fundador y Secretario General de Perú Libre, ex gobernador regional de Junín, y sobre él pesa una condena de prisión suspendida por corrupción. Cerrón es el hombre detrás de Pedro Castillo. El creador del lápiz dotó de legalidad, le otorgó una estructura y una base social no menor a la candidatura de Castillo. Asimismo, es indudable que Castillo le arrebató un número significativo de votantes a una izquierda más moderada, representada por Verónica Mendoza.
En Córdoba, otra vez ganó el fujimorismo
En la provincia de Córdoba, en Argentina, las elecciones de las y los residentes peruanos se desarrollaron en el colegio Juan Bautista Alberdi, ubicado en la calle General Paz 488, desde las 8 hasta las 16 horas. Las mesas se instalaron pasadas las 9 horas. Durante el desarrollo de la jornada electoral, se formó una gran fila en las afueras del centro de votación. Muchos ciudadanos peruanos expresaron su disconformidad en las redes sociales ante la situación. El momento más tenso de la jornada se vivió luego de las 16 horas, cuando varios votantes no pudieron ingresar y se congregaron en la entrada del colegio para solicitar su derecho a través de cánticos de protesta. El conteo de votos comenzó luego de las 16 horas y la última mesa cerró las actas de escrutinio pasada la 1 de la mañana. Según la tendencia, el fujimorismo se coloca como la fuerza ganadora de la primera vuelta electoral (algo que se repite de otras elecciones). Lo sigue Renovación Popular, de López Aliaga, y Juntos por el Perú, de Verónica Mendoza.
Ahora es tiempo de elegir (nuevamente). Para quienes no votaron por ninguna de estas fuerzas, la decisión no será fácil. Casi un 70 por ciento de la población votó por otro candidato, y entre los ausentes los votos en blanco y nulos el porcentaje supera el 35 por ciento. Se vienen semanas de alianzas y negociones. Cualquiera que sea gobierno, tendrá dificultades para construir hegemonía, articular demandas, erigir un proyecto de país. Castillo pasó a la segunda vuelta con el 19.18 por ciento de los votos y Keiko con el 13.36 por ciento ¡Y había 18 candidates! En Perú, existe una crisis de partidos, de legitimidad y de representación. Hay una democracia que construir.
*Por Álvaro Torero para La tinta / Foto de portada: La Izquierda Diario