“Apuntes para una herencia”: reconstruir desde la incomodidad
Esta tarde, en el marco del Festival Cortópolis, se estrena el largometraje de Federico Robles donde -en clave autobiográfica- el cineasta se pregunta sobre las marcas de la guerra (y de los silencios) en su familia. Con la cámara, Robles incomoda para hacernos partícipes de una reconstrucción de su pasado y de su presente, en una historia que a muchas nos interpela en el medio de las memorias comunes.
Por Ana Medero y Soledad Sgarella para La tinta
¿Cuántas generaciones en una familia pueden llevar inscriptas las marcas de una guerra? Así comienza la gacetilla y la descripción del documental que nos llega a La tinta. El estreno cordobés del filme será en la versión pandémica del ya instaladísimo Festival Cortópolis, enmarcado en «Recuerdos de Familia», una muestra-panorama de cine nacional junto con Ficción Privada, de Andrés Di Tella, y Caperucita Roja, de Tatiana Mazú.
«Comencé este proyecto hace muchos años, motivado por una especie de incomodidad que sentía con la mirada benévola de mi familia para con el pasado de mi abuelo». Robles parece gustar de la incomodidad para movilizarse y movilizarnos.
En El hijo del cazador, hace algo similar con el lugar en el que nos pone como espectadores: habla en primera persona, nos muestra su familia al desnudo, nos estampa una intimidad muy privada. Con su voz en off, nos convida, sin que le pidamos, sus pensamientos y sus dudas. Ahí es donde está nuestro lugar, ahí donde dudamos o -mejor dicho- donde empatizamos con él y con su historia. Entre lo político y lo familiar, lo político y lo íntimo, ahí -justo ahí- es donde la reflexión aparece.
“Es incómodo sentir que uno se parece a quien representa, lo contrario a lo que nos figuramos de nosotros mismos”, dijo Germán Scelso (codirector junto a Robles) en el Festival Internacional de Mar del Plata de 2018 cuando presentaron El Hijo del Cazador. Esos matices que se corren del blanco y negro en nuestro pensamiento crítico político, esos encuentros con otrxs, emergen dando pie a crear otras historias. Los hechos históricos, a fin de cuentas, involucran personas con sus vivencias, sus dudas, sus dolores y, con ellas, sus matices.
Robles hace de la incomodidad su caballito de batalla, quizás porque no la quiere transitar en soledad. Sacar afuera exorciza, dicen, y el cineasta cordobés, al exponer el discurso familiar con ideas que se contraponen, genera una construcción narrativa que logra poner(nos) en jaque las lecturas convencionales de la historia que cargamos.
«Mi abuelo había luchado para Franco y ese dato empezó a crecer en forma de pregunta»
¿Qué hacemos con nuestrxs muertxs? ¿Ponemos en tela de juicio a lxs abuelxs? ¿Qué le vamos a contar a nuestrxs sobrinxs, a nuestrxs hijxs? Hay una escena de Apuntes para una herencia en la que Federico habla con su padre. De un lado, el entrevistado, el padre del cineasta, el hijo del ex soldado franquista. Del otro, el realizador audiovisual, hijo y nieto.
En el medio, queda la cámara, que se convierte en el dispositivo que nos incluye como espectadores en una discusión que poco tiene que ver, en este caso, con el pasado. Más bien, de la forma que plantea el director, hacernos parte de esto tiene que ver con una invitación a reflexionar sobre nuestro presente.
¿Es importante hablar de esto? ¿A quién le sirve?, se cuestiona Federico. Repasa los recorridos de su abuelo y de su padre, en Argentina y en España. La cámara acompaña, observa, recorre, se sumerge en los restos de una ciudad destruida por el paso de una guerra que dio como resultado unas 700.000 víctimas. Robles transita los caminos de su historia particular, pero habla de la general respondiendo a su pregunta: Sí, importa.
He aquí la fuerza de estos relatos, del cine: hacer películas como un ejercicio para transformar desde el arte nociones que configuran las subjetividades, en pos de visibilizar otros mundos posibles. Un cine que, ante todo, no sea reaccionario, sino que incluya distintas voces y logre ser un aporte más para la memoria colectiva a partir de experiencias e historias individuales.
Dice Robles: “Ahora, ya hacia el final de estos apuntes, pienso que toda herencia tiene una parte incómoda. Porque implica hacerse cargo de los coletazos de una vida que no es la propia, de decisiones que uno no tomó. Es una cuestión de responsabilidad, no tanto con el mandato familiar, sino con la realidad del mundo que esa herencia trae consigo”. Apuntes para una herencia es eso, reconstruir desde la incomodidad para poder continuar.
Apuntes para una herencia – trailer – from Federico Robles on Vimeo.
Apuntes para una herencia. Dirección: Federico Robles | Producción Ejecutiva: Ana Lucía Frau | Montaje: Germán Scelso, María Aparicio, Federico Robles | Asistencia Dirección: Natalia Ferreyra, Luis Herrero. Producida por Ideas por Rosca (Arg.) y Hanoi Films (Esp.)
*Por Ana Medero y Soledad Sgarella para La tinta.
